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Se suicida el «rey del spam»

Si anteayer la noticia era que el conocido como el «rey del spam» se escapaba de la cárcel con la ayuda de su mujer, hoy las portadas americanas hablan del doble asesinato de su esposa e hija y el posterior suicidio de Eddie Davidson. Una prueba más de cómo el cibercrimen traspasa la frontera de lo virtual para ser más cruento si cabe. Las simpatías que pudo tener en su momento Davidson se han disipado totalmente.

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Si anteayer la noticia era que el conocido como el Rey del spam se escapaba de la cárcel con la ayuda de su mujer, hoy las portadas americanas hablan del doble asesinato de su esposa e hija y el posterior suicidio de Eddie Davidson. Una prueba más de cómo el cibercrimen traspasa la frontera de lo virtual para ser más cruento si cabe. Las simpatías que pudo tener en su momento Davidson se han disipado totalmente.

  

Coche donde aparecieron los cuerpos del «rey del spam», su mujer y su hija.

 

 Edward ‘Eddie’ Davidson fue condenado el pasado mes de abril a 21 meses de prisión. Ya entonces ocupó varias portadas pues siempre llama la atención una condena en firme por spam. Claro que su caso era flagrante. Se comenta que ganó más de cuatro millones de dólares a través de su compañía Powers Promoters enviando miles de millones de mails vendiendo perfumes y relojes falsos (seguro que nos habrá llegado más de uno de este elemento que en el juicio fue calificado como hiperactivo y con alarmante falta de atención). Por ello fue calificado por la prensa con el apodo de «Spam King».

 

Pues bien, el pasado domingo escapó de una prisión del estado de Colorado con la ayuda (pobre inocente) de su mujer, que le facilitó después de una visita ropas de calle. Poco se sabe de estos tres días, salvo que sacó dinero en efectivo de alguna de sus cuentas. Hasta ayer que apareció muerto con una pistola al lado en el coche de su mujer. Ella y su hija de tres años habían sido asesinadas. Una tercera joven, por lo visto, logró huir. Un final trágico para una vida bordeando el delito. Aunque, todo hay que decirlo, su condena por spam y evasión de impuestos, fue la primera (y última de su vida).

 

Más información de esta trágica historia en el periódico local de Denver.

 

 

 

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