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Se acabó el 3D, mejor en 6D

Una vez más los laboratorios del MIT nos enseñan qué nos depara el futuro. En esta ocasión el Instituto Tecnológico de Massachusetts presente un sistema de visualización que lleva el realismo más allá de las tres dimensiones. Los objetos no solo se representan en relieve sino que responden al entorno proyectando sombras y reflejos que responden a la iluminación del lugar donde se visualizan.

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Una vez más los laboratorios del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) nos muestran cuál es el futuro que nos espera. En esta ocasión con un sistema de visualización que lleva el realismo más allá de las tres dimensiones. Los objetos no solo se representan en relieve sino que responden al entorno proyectando sombras y reflejos que responden a la iluminación del lugar donde se visualizan.

 

 

 

En la actualidad la representación de objetos en tres dimensiones es un desafío que ha sido superado ampliamente, incluso en dispositivos comerciales destinados a aplicaciones muy concretas. Existen monitores capaces de presentar objetos en pantalla que mediante un juego de lentes y otros sistemas que provocan el efecto de que veamos los objetos representados en pantalla en relieve, mostrando una imagen para cada ojo. Incluso se mantiene este efecto con el objeto en movimiento, lo que se ha venido a llamar efecto 4D.

 

Sin embargo, el MIT Media Lab en colaboración con los laboratorios de investigación de la empresa Mitsubishi ha estado trabajando para que estas representaciones tridimensionales tengan mayor realismo. El concepto del que han partido es que para que el objeto mostrado pueda verse de forma realista, éste debería reaccionar e interactuar con la iluminación ambiental donde sea visualizado. Es decir, que proyecte sombras y emita reflejos que dependan de las características (dirección, intensidad…) de la iluminación de la estancia donde es visualizado.

 

 

 

 

El efecto se obtiene analizando la luz que incide sobre la visualización para crear un patrón de modulación de la misma en dos dimensiones. De esta forma se crea una pantalla plana que modifica su apariencia tanto al cambiar el punto de vista del usuario como al cambiar la iluminación de la estancia. Por ejemplo, las sombras se moverán si el punto de iluminación se mueve aunque el observador permanezca estático. Tal y como explica de forma gráfica el responsable del proyecto, Ramesh Raskar, «Incluso utilizando el mejor holograma disponible, si yo tengo el holograma de una flor y una flor real junto a ella, el holograma no parecerá real. Las sombras y los reflejos de la flor no se reproducen en el holograma«. 

 

 

 

El propio Raskar admite que aún se está lejos de desarrollar un prototipo que sea viable, sobre todo desde el punto de vista económico, ya que para las imágenes de prueba se gastaron 30 dólares por cada pixel.

 

 

 


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