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Análisis

Disco duro Intel SSD X25-M 80GB

Intel ataca en un frente más en su ofensiva por la conquista de las entrañas de todos los PCs. Si con el anuncio del Larrabee parece asegurarse la hegemonía en tarjetas gráficas, el lanzamiento de modelos de discos duros SSD como el que hemos probado harán que los fabricantes de sistemas de almacenamiento tomen posiciones ante un serio contendiente, muy preparado, como era de esperar, desde el punto de vista tecnológico.

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Intel ataca en un frente más en su ofensiva por la conquista de las entrañas de todos los PCs. Si con el anuncio del Larrabee parece asegurarse la hegemonía en tarjetas gráficas, el lanzamiento de modelos de discos duros SSD como el que hemos probado harán que los fabricantes de sistemas de almacenamiento tomen posiciones ante un serio contendiente, muy preparado, como era de esperar, desde el punto de vista tecnológico.

 

Lo cierto es que hablar de discos SSD no es realmente una novedad en sí misma. Desde hace varios meses ya se pueden encontrar modelos de estos discos en ordenadores portátiles de gama alta o incluso en los ordenadores tipo eeePC. En estos últimos se trata de discos de escasa capacidad y rendimientos bajos, mientras que en los ordenadores del tipo MacBook Air las capacidades aumentan y el rendimiento también, aunque hasta límites similares a los de los discos duros convencionales. Lo novedoso en el caso de Intel es observar un rendimiento literalmente espectacular, sobre todo en lectura. Además, el precio no es realmente una exageración, con cifras en torno a los 600$ para el modelo analizado, aunque se trata de un precio de mayorista y no para cliente final. De todos modos, a pesar de no tratarse de una novedad, es bueno repasar brevemente los conceptos detrás de un disco duro basado en memoria flash.

 
Tecnología de los discos SSD

Los discos duros convencionales emplean para leer y escribir datos, tecnologías similares a las empleadas por las citas de casete: un cabezal magnético actúa sobre una superficie recubierta de partículas susceptibles de orientarse siguiendo las pautas marcadas por dicho cabezal en el momento de la escritura. Otro cabezal magnético se encarga de leer la polaridad de esas partículas para reconstruir los datos grabados. La diferencia entre la cinta de casete y los discos duros se encuentra en las dimensiones de los cabezales, en el de las partículas magnéticas y en la disposición de dichas partículas que no es lineal como en la cinta, sino que se distribuyen por la superficie de los platos circulares que giran a una velocidad constante de 4.200, 5.400, 7.200, 10.000 ó hasta 15.000 rpm. En los discos duros, los cabezales se desplazan por la superficie del disco de un modo extremadamente preciso, con tolerancias del orden de las micras.

 

Se trata de sistemas de elevada precisión, que además son bastante frágiles. Si el cabezal llegase a tocar la superficie del disco en un golpe, los daños serían realmente serios y catastróficos. Y muchas veces lo son, desgraciadamente. El rendimiento de un disco duro «magnético», depende en gran medida de la velocidad de rotación o de la densidad de almacenamiento de las partículas magnéticas, pero aunque se ha avanzado mucho en este apartado, aún no se consiguen velocidades medias superiores a los 90 MB/s en lectura, con cifras rondando los 50 – 70 MB/s medios en la mayoría de los modelos actuales. Además. los discos duros magnéticos integran partes móviles y un motor que consume una cantidad de energía elevada, sobre todo cuando se habla de su uso en soluciones portátiles. 

 

 
Los discos duros SSD son totalmente distintos. El aspecto exterior es similar: una caja rectangular de 2,5» y conexión SATA. Pero cuando se coge, el tacto es menos «duro» que el de los modelos convencionales. Al carecer de motor y de la parte móvil de los cabezales, se reduce peso notablemente. Además, no hay ningún componente electrónico a la vista, con lo que se evitan riesgo de cortocircuitos y demás. Las caídas las soportan mucho mejor, desde luego, pues lo único que podría acabar con el disco es la rotura del PCB donde se sueldan los componentes, o la rotura de un punto de soldadura. En el interior se alojan los chips de memoria NAND fabricada por Intel, con tecnología de 50 nm, que en el caso del disco Intel X25-M Mainstream Solid-State-Disk es del tipo MLC o multi level cell. Esta tecnología no es la ideal para este tipo de discos, aunque sí es más barata que la SLC o single level cell que integran los discos SSD diseñados para rendimiento extremo.

 

 

En los SLC, cada célula de memoria alberga un «bit» de información, mientras que en la MLC, cada célula de memoria alberga más de una unidad de información.  Esta diferencia supone retrasar operaciones de acceso a los datos y obtener un rendimiento menor que en el caso de los discos SLC. La interfaz de los discos SSD puede ser SATA o PATA, dependiendo de lo que más convenga. En este caso se trata de un disco SATA con los conectores externos habituales. Internamente este disco integra un sistema de control con 10 unidades de acceso a datos de forma que las operaciones de lectura y escritura se realizan de una manera extremadamente ágil. Los resultados de las pruebas de rendimiento no dejan lugar a demasiadas dudas.

Las pruebas

 

Para medir las bondades de este disco, se ha utilizado como referencia de disco convencional un modelo de 2,5» de 320 GB y 5.400 rpm de Hitachi. Se trata de un modelo de reciente factura, con una elevada densidad de almacenamiento y que ataca el mismo segmento de mercado que el disco SSD de Intel: los portátiles. Los benchmarks empleados han sido HDTach, IOMeter y PCMark 2005.
 

En todos los casos se detecta un incremento en el rendimiento notable. Ya sea en la velocidad de lectura y escritura puras, como en el rendimiento del sistema global.
HDTach es una prueba sintética en la que se miden las variables típicas de un disco duro, como velocidad media de lectura o escritura o tiempo de respuesta. Sin duda los valores obtenidos muestran una superioridad indiscutible del disco SSD X25-M frente al modelo de Hitachi

 

 

Pero no es sino IOMeter quien nos da más detalles sobre las virtudes del disco SSD. Al no haber partes mecánica, el acceso a las posiciones de memoria está limitado por la electrónica y no por la mecánica, lo que permite aumentar la tasa de operaciones de entrada y salida notablemente. En transferencias grandes las diferencias se difuminan, pero a medida que los bloques de datos se hacen más diminutos, las ventajas de la tecnología NAND se hacen patentes. Se trata de algo así como hacer que un mensajero realice muchos portes de mercancías pequeñas. Si el mensajero no es suficientemente ágil, y tiene inercia, en las operaciones de recoger los paquetes y dejarlos invertirá más tiempo que otro mensajero que no tenga inercia, de modo que no invertirá tiempo en acelerar y parar. En el modo aleatorio las diferencias son excepcionales, con casi 1.200 operaciones de I/O frente a las apenas 75 del disco magnético en escritura, y 2.100 frente a 50 en lectura. Más de 40 veces más.

 

En PC Mark, el rendimiento global es 1,4 veces mayor usando un disco SSD, y en la prueba específica de disco duro, pasa a multiplicarse por 6 el rendimiento. Sencillamente espectacular.

 

La temperatura medida en el disco fue, como máximo, de 41ºC en zonas muy puntuales, con un valor en torno a los 30º C para el resto de la superficie. Por supuesto el nivel de ruido es nulo al no tener partes móviles. Aspectos como la vida útil del disco ya no son una preocupación como sucedía en los primeros modelos. Ahora, con 1,2 millones de horas de tiempo medio entre fallos, se dispone de 136 años de vida teórica. Sin duda hay tiempo de sobra para hacer copias de respaldo en otros soportes.

Se incluirán pruebas “de campo” en las que se analice el comportamiento del disco en una instalación real más adelante. Son pruebas largas que requieren más tiempo del que se ha tenido para hacer este primer contacto con la muestra cedida por Intel a Muy Computer.

Que se abaraten ya

 

Tras estas primeras pruebas la sensación es muy buena. Incluso con una tecnología que es mejorable, aunque difícilmente implementable a un nivel masivo debido a los elevados precios de los discos con tecnología SLC, las mejoras frente a los discos magnéticos son innegables. Mejoran todas las métricas y salvo sorpresas de última hora la única barrera entre estos discos y los usuarios es el precio y la capacidad. Los modelos de 160 GB serán los de mayor capacidad de Intel para el segmento “Mainstream” de portátiles de gamas altas. En cualquier caso, se espera que la curva descendente de precios tenga una pendiente acusada hacia abajo y se abran las puertas a estos discos para una audiencia cada vez más amplia.

 

Sus aplicaciones inmediatas están en el ámbito de la informática portátil, reproductores multimedia personales, aunque también en sistemas de sobremesa que precisen el máximo rendimiento y la mayor fiabilidad aún a costa de tener que invertir sumas de dinero elevadas. Para usuarios extremos, gamers o entusiastas, un disco como este X25-M de 80 GB supone un revulsivo importante en el rendimiento para ciertas aplicaciones, o como un complemento perfecto para su recién estrenado eeePC o similar.

Para quien necesite un tamaño menor, existe la versión de 1,8’’. En realidad estos tamaños se mantienen por compatibilidad puesto que en la práctica se podrían construir modelos de dimensiones menores.

 

Bancos de pruebas

HD Tach
   Intel SSD X25-M Hitachi HTS543232L
Velocidad de lectura media  222,4 MB/s  49,3 MB/s
Velocidad de  escritura media 80,2 MB/s  47,4 MB/s
Tiempo de acceso   0,1 ms 17,9 ms
Uso de CPU     7%  2 %
PCMark 2005 (Sistema)  
11.537 
8.209
PCMark 2005 (Disco duro)  25.100 
 4.508

       

 

  IOMeter

Velocidad transferencia (MB/s)

Intel SSD X25-M

Hitachi HTS543232L

Escritura 512 Bytes

8,42 

 2,68

Lectura 512 bytes 

10,11

 3,62

Escritura 2 KB 

31.86 

9,62  

Lectura 2 KB  

36,81

12,69

Escritura 64 KB

72,14

55,31

Lectura 64 KB 

212,8

59,34

Escritura 128 KB 

72,04

56,27

Lectura 128 KB

237,51

59,34

Escritura 256 KB

72,5

57,86

Lectura 256 KB

238,52

59,41

Escritura random 64 KB

73,8

4,65

Lectura random 64 KB 

131,8

3,19

 

 

 

     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 IOMeter    

 

I/Os por segundo

Intel SSD X25-M

Hitachi HTS543232L

Escritura 512 Bytes

17.142

 5.479

Lectura 512 bytes 

20.513

 7.410

Escritura 2 KB 

16.313 

4.927  

Lectura 2 KB  

18.847

6.497

Escritura 64 KB

1.159

885

Lectura 64 KB 

1.918

949

Escritura 128 KB 

578

450

Lectura 128 KB

1.918

474

Escritura 256 KB

284

231

Lectura 256 KB

954

237

Escritura random 64 KB

1.179

74

Lectura random 64 KB 

2.108

50

 

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