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Análisis

Apple MacBook de aluminio

Los MacBook presentados personalmente por Steve Jobs en su keynote del 14 de octubre comparten con sus «hermanos mayores», los MacBook Pro, una carcasa «unibody» de una sola pieza y fabricada a partir de un único bloque de aluminio. A esto hay que sumar su nuevo sistema gráfico basado en el chip NVIDIA 9400M y la pantalla con retroiluminación LED, así como otros pequeños detalles muy interesantes.

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Los MacBook presentados personalmente por Steve Jobs en su keynote del 14 de octubre comparten con sus «hermanos mayores», los MacBook Pro, una carcasa «unibody» de una sola pieza y fabricada a partir de un único bloque de aluminio (eso sí, más pequeño ya que no podemos olvidar que los MacBook Pro tienen pantallas de 15,4 pulgadas y la del portátil de entrada de los de Cupertino es de 13,3 pulgadas). Este chasis de aluminio les permite ser más delgados y mucho más resistentes. A esto hay que sumar su nuevo sistema gráfico basado en el chip NVIDIA 9400M y la pantalla con retroiluminación LED, así como otros pequeños detalles que os vamos a descubrir en este análisis.

Cualquiera diría que nos encontramos ante un MacBook Pro o incluso un MacBook Air, pero no, es un MacBook de aluminio.

 

Lo primero que uno se encuentra cuando recibe un producto de Apple es un embalaje de cartón bastante anodino que guarda en su interior su «secreto», que en este caso no es otra cosa que la caja del MacBook de 2,0 GHz protagonista de nuestro análisis. En esta ocasión, y aunque no suele ser muy habitual en este tipo de tests, nos gustaría comenzar mencionando que el embalaje del nuevo MacBook de aluminio se ha hecho de material reciclado y que es un 41% más pequeño que el de la generación anterior, una idea muy buena para facilitar su transporte (con el ahorro en combustible que supone al poder llevar más portátiles en un mismo viaje) y para no tener que talar tantos árboles. Como siempre, y tal como dicen los americanos, la experiencia out of the box (abrir la caja) es inmejorable, ya que los de Apple son unos maestros en hacerte pasar un rato agradable al sacar tu MacBook de su embalaje.

 

Ya que hablamos de medidas a favor del medioambiente, y antes de entrar en harina con el MacBook de aluminio, decir que Apple ha suprimido totalmente el uso de mercurio tan habitual en las bombillas CCFL (lámparas fluorescentes de cátodos fríos) y en las pantallas LCD. Así, los ingenieros de Cupertino han optado por la tecnología LED y los cristales sin arsénico y han prescindido de los retardantes de llama bromados en las placas de los circuitos y del PVC de los cables y conectores. Además, el MacBook cumple con los requisitos de bajo consumo de la EPA y del Departamento de Energía de los Estados Unidos, recibiendo por ello la certificación Energy Star y la categoría Gold en la certificación EPEAT (que sirve para evaluar el impacto medioambiental de los productos electrónicos).

 

El futuro pasa por el aluminio

 

Lo primero que llama la atención cuando tenemos ante nosotros el MacBook es que se ha igualado en su diseño a los MacBook Pro e incluso al MacBook Air. Su carcasa de aluminio (llamada «unibody«) de una sola pieza no tiene soldaduras y está esculpida en una plancha. El hecho de haberla realizado toda de aluminio y de una sola pieza en su parte superior hace que este MacBook sea más resistente y se eviten algunas quejas que tenían los usuarios de manchas amarillas (en el MacBook blanco) provocadas por el uso intensivo al apoyar las muñecas sobre la superficie preparada para ello, así como roturas pequeñas en los bordes, un problema que Apple te soluciona (tras comprobar que no ha sido provocado por un mal uso) cambiándote la carcasa por una nueva, aunque tienes que quedarte una temporada sin tu portátil mientras está en el servicio técnico.

 

La carcasa de aluminio llamada unibody es de una sola pieza y no tiene soldaduras.

 

El teclado también ha sido modificado y de las teclas blancas del anterior MacBook pasamos a un color negro que combina perfectamente con el borde y la bisagra de la pantalla. Personalmente, el tacto del teclado de los MacBook y la respuesta a nuestros dedos es de lo mejor que me he encontrado nunca. De hecho, dos generaciones atrás era muy corriente que el trackpad molestara bastante al escribir y que, sin querer, lo rozaras con resultados catastróficos algunas veces porque si marcabas un texto y escribías sobre él sin darte cuenta, se borraba lo anterior. También hay que mencionar que el MacBook «alto de gama» (el de 2,4 GHz) cuenta con un teclado retroiluminado (al igual que los MacBook Pro) que bajo condiciones de poca luz se muestra muy útil porque las teclas se ven perfectamente. Por cierto, y sin ánimo de parecer un maniático con la limpieza, la teclas negras hacen que la suciedad se note menos.

 

Otra mejora interesante es que ahora se puede acceder al compartimento del disco duro, de la memoria y de la batería levantando una pestaña situada en el fondo del equipo; todo muy sencillo y preparado para cumplir con la normativa de la Unión Europea que obligará a que en todos los productos electrónicos podamos sustituir la batería fácilmente (al contrario de lo que sucede con el iPhone y los iPods actuales). Además, seguimos teniendo la cámara iSight en la misma posición (centrada en el borde superior de la pantalla) y el micrófono se encuentra un poco más arriba de la tecla de Esc.

 

Ahora es muy sencillo acceder al disco duro y a la batería con sólo levantar una pestaña situada en el fondo del equipo.

 

Siguiendo con las novedades, el trackpad (que ofrece casi un 40% más de superficie de control) se ha convertido en una pieza de cristal tratada con un material que hace que tenga el mismo aspecto que el resto del aluminio del MacBook, aunque, eso sí, con diferente tacto. Este trackpad Multi-Touch actúa, desde más o menos su mitad horizontal, como un único botón; de hecho, cuando lo pulsas te das cuenta de que se hunde ligeramente. Al ser multitáctil podemos manejarlo, al igual que en el MacBook Pro, con varios dedos para girar imágenes, navegar por fotografías con tres dedos o acceder a Exposé o al selector de aplicaciones con cuatro dedos. Desde el panel de preferencias del trackpad se puede configurar la esquina inferior izquierda o derecha para que se comporte como el famoso botón derecho del ratón.

 

El teclado de color negro y el trackpad Multi-Touch de cristal con casi un 40% más de superficie son otras de las novedades del MacBook.

 

¿Dónde está el FireWire?

 

Siguiendo con las diferencias entre este MacBook de aluminio y la versión anterior, hay que mencionar la ausencia del puerto FireWire 400 (criticada por muchos usuarios, pero argumentada por el propio Steve Jobs con que con USB 2.0 es suficiente) y la nueva entrada Mini DisplayPort. Por lo demás, todo sigue igual (incluso la unidad SuperDrive 8x de carga de ranura), quitando que en el borde izquierdo (en la zona de reposo de las muñecas) hay un indicador luminoso del estado de la batería que con ocho lucecitas nos dice cómo está tras pulsar el pequeño botón junto a éstas.

En la parte lateral derecha del equipo seguimos contando con la unidada SuperDrive 8x de carga de ranura.

Por cierto, el que no pueda vivir sin FireWire no tendrá más remedio que optar por un MacBook Pro que sigue contando con un FireWire 800. No está de más este aviso para profesionales de la imagen que no están convencidos con que el USB 2.0 sea suficiente. Para el resto de usuarios, no queda más remedio que olvidarse del modo target que nos permitía conectar dos Mac entre sí a través del puerto FireWire, de tal forma que uno se comportara como un disco duro externo con conexión FireWire del otro, con las ventajas que esto tenía para pasar información a toda velocidad. No cabe duda que Apple acabará sacando algo similar con USB 2.0, pero por el momento no existe.

 

Respecto a la opción del Asistente de Migración que nos ayuda a «calcar» el disco duro de nuestro antiguo Mac cuando pasamos a uno nuevo, ahora se puede hacer por WiFi o por el cable Ethernet. Vía Airport, y dependiendo de que tengamos que mover muchos gigabytes, el proceso se puede hacer eterno (más de 8 horas, por ejemplo), pero si es por Ethernet la cosa cambia y aunque no es tan rápida como el FireWire, en dos horas trapasas una cantida de gigas considerable.

 

Pantalla LED retroiluminada y NVIDIA 9400M

 

Un cambio fundamental con respecto a la anterior generación es su pantalla. Aunque sigue siendo de 13,3 pulgadas y con la misma resolución (1.280 x 800 píxeles), está basada en la tecnología LED retroiluminada, que ofrece más brillo, consume menos energía y también es más delgada. Rodeando la pantalla tenemos un borde negro de 1,9 cm de grosor que sustituye al contorno de plástico del MacBook blanco (o el negro) y además dispone de un fina tira de goma que protege la pantalla y hace que al cerrar el portátil no se produzca ningún daño en la zona del teclado. Hay que aclarar que por primera vez no hay opción mate de la pantalla y todas son brillo. Es cierto que hay muchos diseñadores que se han quejado de no poder elegir una pantalla mate, pero para mí, personalmente, donde esté un panel glossy, que se quiten los demás.

 

La pantalla con tecnlogía LED retroiluminada ya sólo está disponible en brillo; la opción mate ha desaparecido del catálogo de Apple.

 

Cómo no, una mejora fundamental en los MacBook de aluminio es el procesador gráfico GeForce 9400M, que ofrece un rendimiento mucho mayor que el chip Intel GMA X3100 anterior. El 9400M también utiliza la memoria principal del sistema, pero al tratarse de DDR3, la velocidad se nota. Otra ventaja es que con este subsistema gráfico y el nuevo Mini DisplayPort el MacBook puede utilizar pantallas externas de hasta 30 pulgadas a una resolución de 2.560 x 1.600 puntos, cuando anteriormente lo máximo eran 24 pulgadas a 1.920 x 1.200 píxeles. De todas formas, la memoria de vídeo sigue siendo compartida, pero en este caso la cantidad asciende hasta 256 Mbytes en lugar de los 144 megas del anterior chip gráfico de Intel. Si tenemos en cuenta que el modelo analizado se vende con 2 Gbytes de RAM, restemos 256 Mbytes para tareas gráficas y el resto quedará para las demás aplicaciones.

 

Según nuestra experiencia con el modelo anterior de color blanco y este MacBook de aluminio, este último se comporta mucho mejor en juegos (aquí la GeForce 9400M se deja notar), pero no es precisamente el aumento de velocidad lo que más nos va sorprender. Su carcasa de aluminio, la pantalla LED retroiluminada o el trackpad Multi-Touch son detalles más que suficientes para que compremos este modelo sin temor a equivocarnos, pero si es por velocidad y no somos «jugones», por lo menos el MacBook de 2,0 GHz no supera al anterior de 2,1 GHz por mucho que su memoria sea DDR3 a 1.066 MHz en lugar de la DDR2 a 667 MHz. Eso sí, no hemos probado el MacBook superior con 2,4 GHz, donde suponemos que el aumento de velocidad será más evidente.

 

Y ya que hablamos de microprocesadores, lo dicho, pocas novedades. Los de Apple han optado por continuar con los Intel Core 2 Duo (Pernyn) con 3 Mbytes de caché compartida L2 que tan bien se han comportado en la generación anterior.

 

Almacenamiento y puertos

 

Aunque el modelo analizado tenía un disco duro Serial ATA de 160 Gbytes a 5.400 rpm, opcionalmente es posible adquirir uno de 250 Gbytes por 90 euros más o de 320 Gbytes por 180 euros más. Además, y como gran novedad, podemos comprar un MacBook de aluminio con un disco SSD (Solid State Drive) de 128 Mbytes pagando un suplemento de 630 euros más, una auténtica exageración si tenemos en cuenta que el portátil se vende por 1.149 euros, es decir, más de la mitad de su precio.

 

Los puertos situados en el lateral izquierdo del MacBook son, por este orden, conector MagSafe, puerto Gigabit Ethernet, dos puertos USB 2.0, Mini DisplayPort, entrada y salida de audio y ranura de seguridad Kensington.

 

En el lateral izquierdo se sitúan todos los puertos del equipo. En su parte superior está el conector de alimentación MagSafe (¡la de veces que este gran invento de Apple ha evitado que mi equipo se viera arrastrado al suelo porque alguien se ha enganchado al cable!), la entrada de red Gigabit Ethernet, dos puertos USB 2.0, un Mini DisplayPort, una entrada y salida de sonido de sonido, y una ranura de seguridad Kensington que además de permitir amarrar el portátil con un cable, bloquea el acceso a la batería, la memoria y el disco duro de su fondo.

 

Conclusiones

 

Por mucho que los detractores de Apple digan que los Macs son caros (algo que se ha demostrado muchas veces que no), un portátil de aluminio construido con una sola pieza (más las de su base), pantalla LED retroiluminada, tarjeta gráfica NVIDIA 9400M, trackpad Multi-Touch, procesador Penryn a 2,0 GHz y un diseño que lo iguala con los MacBook Pro y el MacBook Air (es decir, con los portátiles con el mejor look del mercado), no puede ser caro si se vende por 1.149 euros, ya que cubre con creces lo que se paga por él.

 

Como principal pega encontramos que las cinco horas de autonomía que nos ofrece, según Apple, la batería no son nada realistas. Ellos dicen que lo han medido conectándose vía WiFi a páginas web y con una aplicación de edición de textos abierta, todo con el brillo ajustado al 50%, pero lo cierto es que nosotros no llegamos a superar, trabajando con normalidad (entre otras cosas viendo una película en DVD), las dos horas y 47 minutos, cuando con nuestro MacBook blanco «en plena forma» (es decir, recién comprado) sobrepasábamos ligeramente las 3 horas de autonomía.

 

 

Como ya hemos comentado, hay un modelo de 2,4 GHz, disco duro de 250 Gbytes y teclado retroiluminado (en todo lo demás es igual al analizado) que se vende por 1.449 euros. Pero si lo que buscas es el MacBook más barato del mercado, Apple vende uno blanco (este no es de aluminio) con 1 Gbyte de RAM, disco duro de 120 Gbytes y procesador gráfico GMA X3100 de Intel por 899 euros.

 

Por cierto, si quieres ver cómo es por dentro un MacBook, te recomendamos que eches un vistazo a la página iFixit donde han elaborado una guía que explica cómo desmontarlo totalmente.

 

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