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Obama y su BlackBerry

A Barack Obama le quieren quitar su BlackBerry por motivos de seguridad. Pero el electo presidente de Estados Unidos, que se declara adicto a este dispositivo, se niega. «Tendrán que arrancármela de las manos», ha dicho recientemente en unas declaraciones a la prensa de su país. La razón principal es que los e-mails de los presidentes pueden ser públicos y deben tener garantías de no ser interceptados.

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A Barack Obama le quieren quitar su BlackBerry por motivos de seguridad. Pero el electo presidente de Estados Unidos, que se declara adicto a este dispositivo, se niega. "Tendrán que arrancármela de las manos", ha dicho recientemente en unas declaraciones a la prensa de su país. La razón principal es que los e-mails de los presidentes pueden ser públicos y deben tener garantías de no ser interceptados.

Es el precio del poder: la pérdida de privacidad personal. Y aunque Barack Obama -el próximo presidente de Estados Unidos que será investido el próximo 20 de enero- se resiste a ello no le queda otra que vivir en la gran burbuja de cristal blindado que es la Casa Blanca.

Aun así, Obama -que según quienes le conocen a fondo es un adicto a las nuevas tecnologías- se resiste a soltar su último vínculo con su entorno privado: su BlackBerry. De hecho, en la mayoría de los actos privados (como sus vacaciones en Hawai) se le ve colgado al dispositivo de RIM. Buena publicidad ante tanto iPhone. El equipamiento techie de Obama, antes de su llegada a la casa Blanca, se compone de un MacBook, un iPod y por supuesto su BlackBerry Storm.

La realidad es que como presidente de Estados Unidos dejará de contestar mails. Por lo menos eso el lo que no hicieron Bill Clinton o George Bush. Tampoco podrá tener una vida activa en las redes sociales (millones de personas tienen como amigo a Barack Obama en Facebook, como parte de su estrategia electoral). Tendrá eso sí, una pléyade de secretarias que harán ese trabajo por él. Y volverá al papel, a los informes oficiales repletos de sellos, controles y supervisiones.

Pero por ahora, que puede, resiste. Al canal de televisión de CNBC dijo que no sabría cómo sobrevivir al día a día sin su BlackBerry. Quiere mantener el contacto con su entorno, como la mayoría de los humanos, vía e-mail.

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