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Análisis

i-Dog ampd, tamagotchi 2.0

La verdad es que por nuestro Laboratorio Técnico no acostumbran a llegar productos como el i-Dog ampd, una mezcla entre altavoces para MP3 y juguete inteligente. Pero como evaluamos de todo, le metimos el diente. Y qué mejor que una niña, mi hija, para poner a prueba este juguete tecnológico que cuesta 49 euros y lo fabrica Hasbro, uno de los grandes de este negocio. ¿El resultado? U aprobado holgado.

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La verdad es que por nuestro Laboratorio Técnico no acostumbran a llegar productos como el i-Dog ampd, una mezcla entre altavoces para MP3 y juguete inteligente. Pero como evaluamos de todo, le metimos el diente. Y qué mejor que una niña, mi hija, para poner a prueba este juguete tecnológico que cuesta 49 euros y lo fabrica Hasbro, uno de los grandes de este negocio. ¿El resultado? Un aprobado holgado.

Un complemento ideal para el primer MP3 de nuestros hijos.

El i-Dog ampd es un divertido altavoz juguete, ideal para los más pequeños, que ya va por la segunda generación. Lo fabrica uno de los líderes mundiales del mercado lúdico, Hasbro, y tiene adeptos por todo el mundo. Vamos, es tan popular que tiene incluso entrada propia en la Wikipedia. Nosotros lo pusimos a prueba con una niña de 8 años y pasó el examen de forma holgada. Para lo que cuesta -en torno a 40 euros- es un buen juguete. Eso sí, nosotros lo vimos en Internet bastante más barato. Dense una vuelta por la web de Amazon….

Este divertido robot con forma de perro es una mascota para tener en casa y conseguir que tus hijos disfruten interactuando con ella. El funcionamiento básico es muy simple: sólo tienes que enchufarlo con el cable incluido a tu reproductor de música (ipod, mp3, móvil, etc.). Y a bailar. El i-Dog actúa como altavoces portátiles bastante decentes para su tamaño. Está construido en plásticos de buena calidad y su diseño es atractivo.

Su alimento: la música

Pero la gracia es que el i-Dog interactúa con la música, se alimenta de los acordes musicales. Cuando no le prestas suficiente atención a tu mascota o no le ¨alimentas¨ de suficiente música puede entristecer o enfermar (cuidado, si está enfermo no reproducirá la música sino que lloriqueara así que cuídalo bien) pero también puede ocurrir al contrario y puede estar muy feliz si le acaricias la cabeza. Podrás reconocer su estado de ánimo gracias a las leds de la cara ya que tiene varias combinaciones para dártelo a entender. Para mí, y sobre todo para mi hija, este es uno de los puntos mejorables del i-Dog -junto al cargador de baterías que se echa en falta-. Es muy críptico el sistema de combinaciones y no es cosa de estar con el manual en la mano para saber si nuestra mascota está triste, aburrida, o emocionada.

Este es uno de los puntos por los que no acaba de enganchar a los más jóvenes. Aunque en honor a la verdad, mi hija le ha hecho más caso que al perrito que crece y crece, el furor de estas navidades, cuya atención no le duró ni dos días.

Si se te hace incomodo enchufar al i-Dog a los altavoces porque te parece que no tiene suficiente volumen, te molesta la calidad del audio o te quieres ahorrar un pico en pilas puede interactuar también como oyente. Basta que lo tengas cerca del lugar en el cual estás escuchando música y el bailará o nos dirá si le gusta o no gracias a su micrófono incorporado.

Conclusiones: si tienes niños, buena alternativa

Un juguete 2.0 que seguro que llama la atención de los más pequeños. Su reducido tamaño es otro punto ya que permite al niño transportarlo a cualquier lugar. También parece robusto y las pilas, el elemento más peligroso, están protegidas con tornillos de seguridad. Su funcionamiento es muy básico: ni descarga ni graba música, sólo reproduce música en estéreo. Su número de movimientos es bastante limitado. Cuenta con siete patrones de luces para decirnos el estado de ánimo. Tiene 3 personalidades distintas y es sensible al tacto (aprecia las caricias), al sonido y a la luz. A mí me ha gustado como juguete y mi hija, después de una semana con el i-Dog todavía lo tiene en su mesilla de noche. Buen síntoma.

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