Las empresas no instalarán W7

Según un estudio de Dimensional Research, el 83% de las empresas esperarán por lo menos un año para instalar Windows 7 en su entorno corporativo. Algunas están dispuestas a esperar al 2011 o considerar alternativas como Linux. La crisis económica, el miedo a los problemas de compatibilidad y la mala prensa de Windows Vista auguran una recepción más fría por parte de las empresas de lo que se esperaba.

A pesar de que las críticas de la versión beta son excelentes y el desarrolo de Windows 7 avanza sin problemas, un reciente estudio de la empresa Dimensional Research del que publica un extracto InformationWeek parece augurar un futuro difícil en los entornos empresariales. Según esta encuesta el 83% de las empresas no planean implantar el nuevo sistema en los primeros 12 meses desde su lanzamiento.

Por otro lado, de los 1.100 profesionales de tecnologías de la informacíon encuestados, sólo el 42% tenía previsto implementar el nuevo sistema operativo entre los 12 y 24 meses tras el lanzamiento, el 24% entre los 24 y 36 meses y el 17% decía tener planeado esperar más de 36 meses. Como dato interesante, el 50% de los encuestados decía haber tomado en consideración alternativas a Windows como plataforma para su empresa.

Esta encuesta enfrenta a Microsoft a la dura realidad de un mercado empresarial que ya se mostró muy reacio a la implantación de Windows Vista por problemas de compatibilidad y exigencias hardware. Las dudas en lo que respecta a la compatibilidad siguen estando presentes a pesar de los esfuerzos de Microsoft en asegurar que se están solucionando. Para el 88% de los que se mostraron preocupados por instalar Windows 7, el problema principal era la compatibilidad.

Además el clima económico no invita a aventuras o grandes inversiones a corto plazo. Según las cifras Windows XP sigue fuerte en entornos empresariales a pesar del anuncio del final de su ciclo de vida. Microsoft parece haber convencido a los usuarios de las bondades de Windows 7, pero le queda una importante asignatura pendiente y un gran trabajo por delante para convencer a las empresas.