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Análisis

Canon EOS 50D

Esta cámara D-SLR de Canon ha quedado ensombrecida por la aparición de la Canon EOS 500D, que dispone del mismo sensor de 15,1 megapíxeles y que teóricamente es inferior a su hermana mayor, algo difícil de apreciar a priori. De hecho es más que probable que si eres un fotógrafo amateur te convenga más apostar por la excelente calidad de la 500D, aun cuando la 50D aporta una mejor construcción y su mejor enfoque.

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Esta cámara D-SLR de Canon ha quedado ensombrecida por la aparición de la Canon EOS 500D, que dispone del mismo sensor de 15,1 megapíxeles y que teóricamente es inferior a su hermana mayor, algo difícil de apreciar a priori. De hecho es más que probable que si eres un fotógrafo amateur te convenga más apostar por la excelente calidad de la 500D, aun cuando la 50D aporta una mejor construcción y su mejor enfoque.

 

Esta evolución de la Canon EOS 40D fue presentada en agosto de 2008, y su éxito se ha visto comprometido tras la aparición de la Canon EOS 500D, que analizamos recientemente en MuyComputer y que nos sorprendió gratamente por sus excelentes prestaciones. Sin embargo uno no debe caer en el error de comparar de forma descuidada ambas D-SLR, ya que aunque comparten muchas prestaciones, hay diferencias que claramente dirigen la 50D a un mercado más experimentado.

 

 

Canon de hecho vende este modelo como una especie de cámara intermedia entre el novato y el profesional con un gran bagaje, y de hecho para conseguir demostrar su ambición han aprovechado y potenciado características como el aspecto físico y la construcción de cámaras profesionales. Entre otras cosas gracias a su mayor tamaño y a su cuerpo fabricado con una aleación de magnesio que hacen de la 50D un modelo mucho más consistente y con un mejor agarre para la mano. Obviamente, eso también se nota en su peso (822 gramos frente a los 520 de la 500D).

 

 

El sistema de control de la 50D es claramente distinto a la de los modelos «para aficionados» de las gamas EOS 350D-400D-450D-500D, y consta de un joypad direccional y de una especie de rueda tácil «a lo iPod» que permite moverse por las numerosas opciones de los menús. La navegación es ciertamente intuitiva -sobre todo si ya has manejado otros modelos de Canon, con una organización de menús prácticamente idéntica-, por lo que en general ese apartado está muy bien resuelto.

 

 

Algunas opciones novedosas de la EOS 50D están desactivadas por defecto, y el ejemplo más claro es el visor Live View, una opción muy interesante para muchos usuarios que tiene un botón específico para ella sola. En este punto hay que hacer notar que el sistema de enfoque de la 50D es fantástico gracias a sus 9 puntos (más otros 6 invisibles) que proporcionan una velocidad de enfoque excepcional.

 

 

La cámara que hemos probado en el Laboratorio de MuyComputer llegó con un fantástico objetivo EF-S-18-200 f/3.5-5.6 IS (con estabilizador de imagen) que es un compañero perfecto para esta cámara como tele para los aficionados a abarcar tomas a buenas distancias del objetivo. La calidad de las imágenes y su definición es sobresaliente tanto en buenas condiciones de luz con ISO bajas a condiciones limitadas en las que hacemos uso de su rango ISO.

 

 

Precisamente en este apartado hay que hacer notar que la EOS 50D es capaz de llegar a ISO 3200, pero también alcanza ISO 12800 en el modo H2. En estos modos obviamente aparece el problema del ruido, pero incluso a altas sensibilidades como 3200 la proporción de ruido es realmente baja, algo que precisamente califica a este modelo como destinado a fotógrafos más ambiciosos y experimentados que buscan este tipo de ventajas, que los aficionados no valoran tanto en primera instancia.

 

 

Para diferenciarla de modelos como la EOS 500D conviene recordar que entre otras cosas la velocidad de obturación llega a 1/8000 (1/4000 en la 500D), que su visor es de mayor calidad gracias al uso de un pentaprisma en lugar de un pentaespejo, o que dispone de un modo ráfaga de 6,3 fotogramas por segundo contra los 3,4 de la 500D. Obviamente es un modelo claramente más caro, pero aún así su construcción y estas mejoras abogan por una cámara más sólida en aspectos muy importantes para muchos usuarios.

 

 

La inclusión de la conexión mini-HDMI en uno de los laterales es interesante para un segmento cada vez más comprometido con este estándar, y aunque no dispone de la capacidad de grabar vídeo, tan de moda últimamente en las D-SLR de última generación, la EOS 50D se sitúa claramente como lo que es: un sólido modelo destinado a fotógrafos experimentados que quieren «pasar de nivel» en el mundo de la fotografía.

 

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