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Microsoft habla del precio de W7

La política de precios de Microsoft con Windows 7 se ha convertido en el argumento de debate principal en vísperas de la versión RTM. En una reciente conferencia Bill Veghte, vicepresidente de Windows Business, dió algunas pistas sobre la estrategia de Microsoft al respecto. Una de las afirmaciones clave es que Microsoft no espera que Windows 7 suponga un gran impacto en lo que respecta a la venta de ordenadores.

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La política de precios de Microsoft con Windows 7 se ha convertido en el argumento de debate principal en vísperas de la versión RTM. En una reciente conferencia Bill Veghte, vicepresidente de Windows Business, dió algunas pistas sobre la estrategia de Microsoft al respecto. Una de las afirmaciones clave es que Microsoft no espera que Windows 7 suponga un gran impacto en lo que respecta a la venta de ordenadores. 

 

La conferencia UBS sobre tecnología global y servicios ha servido para preguntar a uno de los máximos responsables de Windows en Microsoft sobre las estrategias comerciales que piensa poner en marcha Microsoft con respecto a Windows 7. Ya se han conocido algunos detalles como la fecha de lanzamiento y se conocen pistas sobre el precio y se buscaba completar la información que permitiría saber si finalmente Windows 7 será un éxito y si sanará en parte el maltrecho mercado de la tecnología.

 

 

 

Bill Veghte, vicepresidente de negocio de Windows, contestó a la pregunta directa sobre el precio del nuevo sistema con evasivas más o menos convincentes.Según Veghte «el esquema de precios de Microsoft es complicado» pues se tienen que tener en cuenta mercados emergentes, pequeñas y medianas empresas, grandes clientes, tiendas, fabricantes de ordenadores…

 

En cualquier caso el esquema de la estrategia será el de «bueno, mejor, el mejor», es decir, apuntar a la versión Starter como la más económica pero suficiente, a la Home Premium como la versión ideal para la mayoría de clientes y la Professional como la versión más completa y potente. El intento es el que a pesar de la relativa complejidad del panorama de versiones del nuevo sistema, centrarse en estas tres. También afirmaba que esta estrategia será distinta en mercados en vias de desarrollo que en los más desarrollados.

 

 

Un punto en el que se detuvo Veghte fue en la actualización desde Windows Vista, un asunto delicado ya que este sistema operativo no ha tenido una acogida demasiado buena entre los usuarios. Según Veghte «en términos de filosofía de precios, quiero asegurarme que la actualización de Vista a Windows 7 va a facilitarse mucho…«. También afirmó que la eliminación de la limitación de las tres aplicaciones concurrentes en la versión Starter no iba a perjudicar la venta de Home Premium.

 

 

En lo que respecta a la repercusión que el lanzamiento de Windows 7 podría tener sobre la venta de ordenadores, Veghte ha arrojado un jarro de agua fría sobre las esperanzas de fabricantes y de paso ha contradecido las previsiones de algunas consultoras. Según el vicepresidente no es probable que se produzca este fenómeno: «en el corto plazo la historia nos enseña que tanto en la época de Windows 95, Windows 2000 o Windows XP la salida de estos productos influyó en la venta de PCs de forma muy, muy modesta».

 

 

Llama la atención, por un lado, que ni siquiera ha mencionado a Windows Vista en esta reflexión, y por el otro que no confíe en la propia estrategia de Microsoft. Las previsiones hablan de la posibilidad de que las empresas y usuarios que habían paralizado el cambio a Windows Vista, puedan decidirse por Windows 7 de forma masiva, en parte por las buenas críticas preliminares del sistema y en parte porque Windows XP ya no disfruta de soporte oficial gratuito.

 

En general se prevé que el ritmo de adopción de Windows 7 será mucho más alto que  Vista, sobre todo en el mercado empresarial que ha sufrido la mencionada «hibernación».

 

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