Hadopi 2: mas legal, más suave

Sólo un juez podrá suspender el servicio a Internet en Francia. Esta es la modificación principal de la ley antipiratería del gobierno de Sarkozy tras el varapalo del consejo constitucional francés a la propuesta original. Una enmienda obligada que se une a la rebaja considerable tanto del tiempo de corte del servicio como las multas en caso de reincidencia en la descarga de archivos protegidos por derechos de autor, separando al usuario común del pirata que se lucre con estas actividades. En todo caso y a pesar de las rebajas, compartir archivos aunque no exista ánimo de lucro estará sancionado en Francia si la ley sale adelante.

Tras la declaración de inconstitucionalidad de la polémica Ley contra la piratería en Francia, el gobierno se ha visto a obligado a realizar hasta 15 enmiendas al texto original, que volverá a ser debatido por el legislativo del país el 8 de julio.

La más importante es que la señala que la autoridad judicial será la única que podrá cortar el servicio a Internet a los usuarios, recortando significativamente las atribuciones de la autoridad administrativa Hadopi, que será la encargada de comunicar al infractor el incumplimiento de la Ley pero en ningún caso podrá cortar el servicio.

El tiempo de corte del mismo también ha sido rebajado, un mes para los internautas que descarguen contenido protegido para uso personal y un año en el caso que se lucre con estas actividades. Además se recorta la cuantía de las sanciones hasta los 1.500 euros para los primeros. En caso de actividades ilícitas de este tipo que conlleven lucro, la nueva ley prevé sanciones de hasta 300.000 euros y dos años de cárcel.

El texto será debatido de nuevo el 8 de julio en la Cámara Alta. Los senadores del Partido Socialista han pedido al ministro de Cultura una moratoria del proyecto Hadopi 2 y la celebración de una consulta sobre la financiación de la cultura. No olvidemos que aunque la ley Hadopi sea rebajada en sus pretensiones iniciales, compartir una simple canción estará penado en Francia, algo que no ocurre por ejemplo en España si no existe el ánimo de lucro.