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Análisis

Acer G24, para jugones

Acer se embarca en la aventura gamer con un monitor de altas prestaciones, destinado a ser el compañero perfecto de un PC o consola capaz de ejecutar videojuegos de última generación. Destaca por su diseño rompedor, una hoja de especificaciones muy interesante y un precio razonable. Además su panel tiene resolución FullHD, perfecto para disfrutar de nuestros contenidos multimedia en alta definición.

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Acer se embarca en la aventura gamer con un monitor de altas prestaciones, destinado a ser el compañero perfecto de un PC o consola capaz de ejecutar videojuegos de última generación. Destaca por su diseño rompedor, una hoja de especificaciones muy interesante y un precio razonable. Además cuenta con un panel de resolución FullHD, perfecto para disfrutar de nuestros contenidos multimedia en alta definición.

En uno de los embalajes más cuidados que hemos visto en el laboratorio (con la excepción de los productos Apple), Acer incluye, además del monitor y la peana, cables DVI, VGA, una guía rápida en varios idiomas (español incluido) y un CD con drivers y software de configuración. Como es habitual en todos los fabricantes no se incluye un cable HDMI, que tendremos que adquirir por separado.


El montaje es sencillo y sólo necesitamos enroscar un tornillo en la base de la peana. Una vez instalado es muy estable y se puede regular en inclinación (de -5º a 15º), aunque no en altura.

No cabe duda de que Acer apuesta por un diseño arriesgado en este equipo, muy moderno y agresivo en la línea de otros productos de la serie Predator que hemos visto. Más allá de apreciaciones estéticas necesariamente subjetivas, tenemos que alabar la calidad de construcción y el ensamblaje del dispositivo, por encima de otras soluciones de la firma que hemos tenido la ocasión de probar y de cualquier monitor de este precio que ha pasado por nuestras manos.

El monitor dispone de tres entradas de vídeo (D-Sub, DVI y HDMI) situadas en la parte posterior junto al conector de alimentación. Están firmemente sujetas a la placa metálica (sin plásticos de por medio) y a la distancia suficiente como para poder conectar varias fuentes sin problemas. Incluye los anclajes para un soporte VESA, por si queremos colgarlo en la pared y prescindir de la peana.

El panel de control está situado sobre el borde inferior derecho. Se distribuye en cuatro botones de color cromo de buen tamaño y tacto. En una decisión un tanto extraña (suponemos que para no estropear la estética del marco) las etiquetas de función están serigrafiadas en un gris muy claro, casi imposible de leer con poca luz que llevará a confusión durante las primeras horas de uso (precisamente el tiempo en el que más usaremos estos controles).

El sistema de menús en pantalla (OSD) es sencillo, con navegación de izquierda a derecha y un botón para confirmar. El de encendido se retroilumina en color naranja cuando el dispositivo está en espera y en azul si está en funcionamiento. Además de los ajustes de brillo, color, contraste, etc. que podemos encontrar en monitores de cierta calidad, el Acer G24 incluye una opción de calibrado automático. Los usuarios avanzados interesandos en hacer una calibración precisa pueden sentirse decepcionados al comprobar que las barras se dividen en 100 partes, en lugar de las 256 disponibles en RGB.

El Acer G24 equipa un panel TN, típico de monitores destinados al mercado de consumo. Tiene una diagonal de 24 pulgadas en formato 16:10, y una resolución nativa de 1.920 x 1.080 pixeles. La primera impresión tras encenderlo por primera vez es muy buena. El calibrado de fábrica es aceptable, aunque notamos el color algo cálido y un nivel de brillo demasiado alto (370 cd/m2).

Como con cualquier monitor es muy recomendable realizar un calibrado en el entorno donde vayamos a utilizarlo posteriormente para aprovechar al máximo las posibilidades del panel. Lamentablemente el Acer G24 sufre unos de los defectos más habituales de los paneles de esta categoría: sus escasos ángulos de visión, muy inferiores a los datos que facilita el fabricante. En la práctica cualquier desviación importante desde la posición central nos permitirá apreciar diferencias de brillo y color en las esquinas.

Utilizando el Acer M7720 (ya analizado por en nuestro laboratorio técnico) para probar la pantalla con videojuegos las sensaciones son excelentes: bajo tiempo de respuesta, ausencia total de estelas y unos colores muy vivos consiguen una imagen de alta calidad. Debemos comentar que en determinados juegos puede resultar molesta la superficie brillante del marco, sobre todo si no somos aficionados a jugar totalmente a oscuras.

Ya hemos comentado que el Acer G24 ofrece una resolución nativa de 1.920 x 1.200 píxeles. Evidentemente es necesaria una máquina muy potente para ejecutar juegos a esa resolución de forma fluida, así que es clave la capacidad del monitor para resolver bien tanto el escalado desde 720p (para consolas) como la posibilidad de mostrar otra resolución con precisión de píxel. En este caso el dispositivo se comporta con solvencia y la nitidez se mantiene en niveles óptimos en todo momento.

Un monitor con estas dimensiones y resolución también tiene ventajas en usos como aplicaciones ofimáticas o navegación web a la hora de trabajar con múltiples ventanas o paletas de herramientas sin problemas de espacio. La pantalla incluye modos predefinidos para trabajar con textos, disminuyendo el brillo automáticamente para no perjudicar la vista. Por las singularidades del panel no es la mejor opción para usuarios que busquen fidelidad de color necesarias en la edición gráfica, por ejemplo.

Con contenidos multimedia la experiencia también es fantástica, especialmente si son de alta definición. Aunque, evidentemente, un monitor no tiene los procesadores de vídeo y señal que sí encontramos en un televisor moderno, si la fuente es de calidad no apreciaremos diferencias importantes con este tamaño de pantalla. En el escalado de DVD si es posible apreciar artefactos y algo de ruido, pero nada grave a no ser que seamos realmente exigentes.

El Acer G24 ofrece un rendimiento excelente y tiene una construcción de calidad y un diseño muy cuidado. Los jugadores se sentirán satisfechos por su bajo tiempo de respuesta (de lo mejor que hemos probado), las posibilidade de trabajo con varias resoluciones sin pérdida de nitidez y la posibilidad de conectar una consola por HDMI.

Su precio actual ronda los 300 euros, muy competitivo teniendo en cuenta sus características, lo convierten en una de las mejores opciones para completar nuestro rincón de ocio interactivo.

Me encargo de traer innovación y nuevo negocio al grupo TPNET. Además colaboro en varios de nuestros sitios como MC y MCPRO.

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