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Análisis

Magic Mouse de Apple

Apple lanza un nuevo ratón inalámbrico sin botones mecánicos que hace uso de la tecnología patentada Multi-Touch para ofrecer un control más intuitivo que nunca. Su motor de seguimiento por láser ofrece una precisión en el movimiento muy superior a los ratones de seguimiento óptico al tiempo que mejora la detección de movimientos sobre cualquier superficie. Probamos el nuevo y revolucionario Magic Mouse de Apple, un nuevo alarde de diseño y tecnología en la palma de la mano.

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Apple lanza un nuevo ratón inalámbrico sin botones mecánicos que hace uso de la tecnología patentada Multi-Touch para ofrecer un control más intuitivo que nunca. Su motor de seguimiento por láser ofrece una precisión en el movimiento muy superior a los ratones de seguimiento óptico al tiempo que mejora la detección de movimientos sobre cualquier superficie. Probamos el nuevo y revolucionario Magic Mouse de Apple, un nuevo alarde de diseño y tecnología en la palma de la mano.

Posiblemente el ratón más bello del mundo.

Aunque en los últimos tiempos (especialmente tras la llegada de Windows 7) lo táctil parece estar más de moda que nunca, Apple lleva muchos meses confiando en la interfaz táctil como un sistema óptimo para interactuar con la tecnología. Lo demostró con los revolucionarios iPhone/iPod touch y desde hace tiempo lo aplica con acierto en sus ordenadores portátiles. Ahora llega el turno del ratón.

Salta a la vista que el nuevo Magic Mouse es una joya del diseño. En los primeros minutos de uso llama la atención su perfil bajo, que invita a dejar reposar los dedos sobre su superficie. La parte superior está realizada en plástico de alta calidad con el logo de la compañía y el chasis es de aluminio, idéntico al que lucen los Mac de última generación.

En la parte inferior encontraremos el botón de encendido junto al sensor (esta vez sin tapa protectora) y el alojamiento para dos pilas AA (incluidas). Dos carriles de plástico negro reducen la superficie de apoyo y permiten un desplazamiento suave sobre cualquier superficie plana, al tiempo que ayudan a que el dispositivo no se mueva mientras realizamos los gestos. El sensor láser integrado funciona perfectamente sobre la mayoría de superficies opacas (podemos olvidarnos de la alfombrilla) y proporciona una precisión excelente, pero encontramos problemas al deslizarlo sobre un cristal o materiales que reflejen la luz.

El ratón utiliza la tecnología Bluetooth para comunicarse con el ordenador sin cables de por medio. Funciona de forma impecable e incorpora un sistema que ahorra energía de forma automática detectando los momentos de inactividad.

Como es habitual en Cupertino, el cuidado por los detalles es exquisito.

El nuevo Magic Mouse carece de botones tradicionales y de rueda de desplazamiento, prescindiendo de partes mecánicas susceptibles de deteriorarse con el uso. Para hacer clic solo tenemos que empujar suavemente su superficie hacia abajo (si es sobre la parte derecha haremos clic derecho, siempre que lo configuremos previamente en las preferencias del sistema).

Desde el panel de preferencias podemos configurar el dispositivo a nuestro gusto.

Para realizar los gestos multitáctiles sólo tenemos que deslizar los dedos suavemente sobre la superficie, con unas secuencias de movimientos muy intuitivas y que el dispositivo detecta siempre -y os aseguramos que no falla- respondiendo como esperamos en todo momento. El trabajo de Apple en este sentido es elogiable por la sensación de naturalidad que conseguimos a los pocos minutos de utilizar el periférico; una vez acostumbrados, será complicado volver a un ratón convencional.

Aunque para la mayoría de usuarios una apuesta por la sencillez siempre es bienvenida pero habrá otros que echen de menos más botones (sobre todo si vienen de un ratón más completo) para acceder a funciones avanzadas o lanzar aplicaciones sin necesidad de recurrir al teclado. Desde luego no es el ratón más apropiado para usuarios avanzados o gamers.

La propuesta de Apple también tiene deficiencias desde el punto de vista de la comodidad para trabajar durante horas (diseño y ergonomía no suelen llevarse demasiado bien), pero es el precio a pagar por una estética tan espectacular y no debería ser un problema para la mayoría de usuarios que usan un ratón tradicional. La incorporación de los gestos persigue un uso más intuitivo del periférico y una vez asimilados suponen un importante abanico de posibilidades fácilmente accesibles.

Conclusiones

El Magic Mouse es una deliciosa combinación de diseño, tecnología y usabilidad. La ausencia de la bola de desplazamiento que tantos problemas daba con el Mighty Mouse es todo un acierto y los gestos, además de intuitivos, son muy prácticos en el día a día con el ordenador gracias a la precisión del ratón a la hora de detectarlos.

El dispositivo viene de serie con todos los nuevos iMac y también está disponible por separado por 69 euros. Para utilizarlo es necesario tener Mac OS 10.5.8 o superior, aunque también funciona en otras plataformas como un simple ratón de dos botones.

Me encargo de traer innovación y nuevo negocio al grupo TPNET. Además colaboro en varios de nuestros sitios como MC y MCPRO.

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