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Acuerdo secreto sobre copyright

Diversos medios revelan un acuerdo mundial sobre copyright que en secreto habría comenzado a negociarse bajo el mandato de Bush entre Estados Unidos, la Unión Europea e importantes países asiáticos. El acuerdo convertiría a los proveedores de Internet en los policías de la Red bajo la exigencia de empresas y propietarios de derechos de autor para vigilar redes y el tráfico de clientes. Grupos civiles ya han enviado un carta de protesta a Obama por el secretismo y falta de transparencia.

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Diversos medios revelan un acuerdo mundial sobre copyright que en secreto habría comenzado a negociarse bajo el mandato de Bush entre Estados Unidos, la Unión Europea e importantes países asiáticos como Japón y Corea. El acuerdo convertiría a los proveedores de servicios de Internet en los policías de la Red bajo la exigencia de empresas y propietarios de derechos de autor para vigilar redes y el tráfico de clientes. Grupos civiles han enviado un carta a Obama protestando por el secretismo de estas negociaciones, en contradicción con la política de transparencia anunciada.

Estas negociaciones secretas reveladas por El País han trascendido por un documento de la Unión Europea en la que explicaba a sus estados miembros la posición de Estados Unidos en el Anti-Counterfeiting Trade Agreement (ACTA), que aunque formalmente se trata de un acuerdo mundial para combatir la falsificación, el texto incluye una propuesta sobre Internet para controlar a los internautas que intercambian archivos mediante P2P.

En las negociaciones participan unos 40 países desde Estados Unidos a la Unión Europea pasando por importantes países asiáticos, como Japón y Corea. Según la información empezó a trabajarse en secreto bajo el mandato de Bush y prosigue actualmente. La semana pasada hubo una nueva reunión en Seúl y en enero se celebrará otra en México.

El acuerdo permitiría a los titulares de derechos de autor a obligar a operadoras y proveedores de servicios a Internet a controlar el tráfico de sus clientes para evitar el intercambio o distribución de material protegido por copyright. Una responsabilidad que no tienen actualmente y que además en la mayoría de países tiene que pasar por controles judiciales. Un cambio de tuerca que convertiría a los proveedores en la policía de la Red.

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