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MWC: obsesión por la seguridad

MWC 2010. La otra cara del MWC 2010 es la obsesión por la seguridad y la picaresca de la que ya hemos hablado. Se ven guardias de seguridad y Mossos de escuadra por todas partes. Eso sí, algo de razón tienen. Y es que sólo en la mañana del lunes la policía autonómica detuvo a 50 carteristas. Claro que hay atracos y atracos. Porque los abusos son descarados. Todos los restaurantes de la zona han subido precios; por no hablar de taxistas espabilados y hoteleros sin escrúpulos. No es el camino.

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La otra cara del MWC 2010 es la obsesión por la seguridad y la picaresca de la que ya hemos hablado. Se ven guardias de seguridad y Mossos de escuadra por todas partes. Eso sí, algo de razón tienen. Y es que sólo en la mañana del lunes la policía autonómica detuvo a 50 carteristas. Claro que hay atracos y atracos. Porque los abusos son descarados. Todos los restaurantes de la zona han subido precios; por no hablar de taxistas espabilados y hoteleros sin escrúpulos. Este no es el camino para consoldar a Barcelona como capital de la industria del móvil.

Estación de policía dentro del recinto ferial. Y de estas casetas hay varias.

Seguridad obsesiva para evitar más problemas que los típicos robos de carteristas, que como hemos adelantados son muchos y variados. Un portero de seguridad del edificio de la ONCE comentó a este periodista cómo a un visitante extranjero de la feria le robaron el maletín por el método del tirón delante de sus ojos. Y de estos casos a decenas. Por algo el recinto ferial está plagado de casetas de policía para atender denuncias. Incluso el pase de visitante dedica toda la parte de atrás a avisar del tema y pone, en inglés, que en caso de incidente en Barcelona llamen al 900 77 20 10.

Pues eso, el panorama de la plaza de España combina a cacos, policías y guardias de seguridad junto con los visitantes. Los perros abundan y los controles de acceso son muy duros. Valga un dato, Nokia, para proteger su cuartel general en el edificio de la ONCE, ha contratado a cuatro grupos de seguridad experto y ha diseñado un plan de evacuación que ni la ONU en tiempos de guerra, según contó a este periodista un portero. Pero no son los únicos. Los stands cuentan, casi todos, con guardias jurados. Pero el peligro está en la calle, no en la feria.

Pero lo que llama más la atención a este periodista son los otros "atracos". Lo de los bares, restaurantes, hoteles y taxistas que sin excepción han subido precio. El menú medio en la feria cuesta cerca de 30 euros y comer por los alrededores otro pico de aupa. Y es que, salvo la cafetería de la ONCE, todos aplican el plus de feria, más si se habla en inglés. De los hoteles ya hemos hablado en otra noticia, así que poco más que contar.

Si está en la feria, intente hablar catalán. Se evitará disgustos y se ahorrará unos euros. Y la cartera bien agarrada. Que tristemente los chorizos también hacen su agosto en el MWC.

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