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Análisis

Análisis MSI GE603

Los portátiles para gamers son un producto singular; prometen potencia suficiente para ejecutar aplicaciones tan exigentes como los videojuegos a cambio de renunciar a valores clásicos de las máquinas portátiles como la autonomía o la ligereza. ¿Merece la pena? Para comprobarlo analizamos uno de los últimos en llegar al mercado, el nuevo MSI GE603, un ordenador potente que la marca posiciona como una alternativa para los usuarios que buscan un portátil para disfrutar de sus videojuegos.

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Los portátiles para gamers son un producto singular; prometen potencia suficiente para ejecutar aplicaciones tan exigentes como los videojuegos a cambio de renunciar a valores clásicos de las máquinas portátiles como la autonomía o la ligereza pero… ¿realmente merecen la pena? Para comprobarlo analizamos uno de los últimos en llegar al mercado, el nuevo MSI GE603, un ordenador potente que la marca asiática posiciona como una alternativa para los usuarios que buscan un portátil que les permita disfrutar de sus videojuegos favoritos en cualquier sitio.

Incluso antes de abrir el embalaje del MSI GE603 ya queda claro que estamos ante un ordenador destinado al usuario aficionado a los videojuegos; estética agresiva y datos sobre su potencial gráfico adornan una caja de tamaño considerable que aloja al portátil, cargador, drivers, manuales y documentación. El equipo viene con Windows 7 Home Premium instalado de serie.

El embalaje anuncia las capacidades del equipo.

Ficha técnica

Con unas dimensiones de 380 x 250 mm. y un grosor que supera los 40 mm. en su punto álgido está claro que no estamos ante una máquina que destaque por su portabilidad. El hábitat natural de un equipo de estas caracteristicas está en una mesa cómoda y cerca de un enfuche (jugando su batería de nueve celdas no supera una hora de uso), acompañado de un buen ratón. A pesar de sus medidas y su pantalla de 16 pulgadas no es un ordenador especialmente pesado dentro de su categoría (2,7 kilos), siendo fácilmente transportable en cualquier mochila.

El ordenador está construido en plástico de alta calidad y reforzado con acero inoxidable y aluminio en puntos sensibles, como las esquinas del chasis. El nivel de ensamblaje es aceptable, y no detectamos holguras ni zonas suceptibles de deteriorarse con el paso del tiempo. Eso sí, como ocurre con productos similares es un auténtico imán para las huellas.

Un vistazo a sus especificaciones revela que estamos ante un equipo realmente potente, al que es difícil encontrar puntos débiles y que, a priori, debería ejecutar sin problemas cualquier videojuego del mercado. MSI ha optado por un procesador Intel Core i5 460M a 2.53 GHz (razonable, teniendo en cuenta que en videojuegos la mayor parte de la carga reace sobre el sistema gráfico), 4 Gbytes de RAM DDR3 (en dos módulos) y un disco duro SATA de 500 Gbytes que funciona a 7.200 RPM.

El panel de 16 pulgadas ofrece una resolución nativa de 1.366 x 768 píxeles. Aunque hemos probado modelos que alcanzan los 1.080p, no nos parece que tenga mucho sentido con estas diagonales, sobre todo teniendo en cuenta el plus de exigencia que supone mover un videojuego a esa resolución. Además, como incluye salida HDMI, siempre podemos aprovechar su potencia con un monitor o un televisor de alta definición.

Del apartado gráfico se encarga una tarjeta NVIDIA GeForce GT 425M con 1 Gbyte de GDDR3, basada en el núcleo GF108 y dentro de la generación Fermi. En nuestras pruebas sintéticas obtuvo 7.987 puntos con 3D Mark 06 y 3.811 en la versión Vantage, siempre con valores por defecto y a 1.024 x 768 píxeles, unas cifras que la sitúan en la gama media de soluciones gráficas para portátiles compitiendo de manera directa con la AMD HD 5650, por ejemplo. Además incorpora la circuitería gráfica integrada de Intel, que podemos activar cuando no necesitamos potencia gráfica para ganar algo de autonomía y ofrece potencia suficiente para la mayoría de tareas.

Llevando estos datos a un terreno más práctico – esto es, jugando – hemos comprobado que el equipo de MSI es capaz de mover sin problemas casi cualquier videojuego. Aunque la gráfica sufre cuando le exigimos que mantenga una tasa de frames aceptable al tiempo que aplicamos filtros con los títulos más novedosos, en términos generales y valorando el precio del equipo podemos decir que sirve perfectamente para jugar, si bien no podemos calificarlo de apto para hardcore gamers. Sin ir más lejos la misma MSI ofrece auténticas bestias gráficas que poco tienen que envidiar a un sobremesa aunque, evidentemente, a un precio muy superior a la propuesta analizada.

El sistema de sonido cumple sin más. A pesar del esfuerzo de MSI por mejorar los altavoces del equipo y la integración de tecnología SRS, sus limitaciones son evidentes y similares a los de cualquier portátil en este rango de precios. A los usuarios exigentes con el sonido les recomendamos adquirir unos buenos auriculares (a ser posible con soporte multicanal) o conectar el ordenador a una pareja de altavoces de calidad.

En la parte inferior se puede ver el pequeño subwoofer del equipo.

La anchura del chasis ha sido aprovechada por los ingenieros de MSI para instalar un teclado completo con pad numérico. A pesar de alguna decisión un tanto extraña (como el pequeño tamaño de la tecla Enter o las mayúsculas derecha) por tacto convence, y al menos durante el tiempo que hemos podido probarlo presenta resistencia más que suficiente al uso continuo. Lamentablemente no podemos decir lo mismo del touchpad (un problema común en muchos de los portátiles que han pasado por el laboratorio), impreciso, lento y poco eficaz detectando los gestos multiáctiles que debería soportar. En este caso, la adquisición de un buen ratón es casi obligatoria para disfrutar del equipo y la mejora del periférico nos parece clave en futuras revisiones por parte de MSI.

En lo relativo a autonomía el equipo se comporta como esperábamos teniendo en cuenta sus especificaciones; con la gráfica dedicada activa es muy complicado superar la hora y media de uso y sólo mantieniendo un perfil conservador (WiFi desactivado, brillo medio) se pueden superar las tres horas. Los 76 vatios que necesita el equipo para funcionar drenan rápidamente la batería de nueve celdas que integra de serie. En cualquier caso, y como venimos comentando a lo largo del análisis, no se puede exigir más si queremos un portátil con el que poder jugar.

Los laterales del equipo ofrecen una conectividad más que suficiente para cualquier usuario. Merece la pena que destaquemos el puerto HDMI, un eSATA que también funciona como USB adicional, la ExpressCard (práctico para una sintonizadora, por ejemplo) o el lector de tarjetas. Notable en este punto.

Conclusiones

A pesar de que el fabricante anuncia – y posiciona dentro de su serie GT – al MSI GE603 como un equipo para gamers pensamos que el adjetivo le viene grande. Es un equipo equilibrado con una excelente relación calidad precio (aspecto que hemos tenido muy en cuenta en su valoración final) pero en el mercado existen mejores opciones para jugar que la NVIDIA GeForce GT 425M que integra la propuesta de MSI, aunque es justo reconocer que el precio se eleva notablemente.

Por los 899 euros que cuesta el equipo es complicado encontrar una alternativa portátil que ofrezca lo que pone sobre la mesa el MSI GE603. Siempre que seamos conscientes de sus limitaciones en lo relativo a autonomía y portabilidad (el precio a pagar por poder jugar en un portátil) y si estamos dispuestos a pagar un poco más por una gráfica dedicada de gama media con la que ejecutar juegos con fluidez puede ser una compra interesante.

Me encargo de traer innovación y nuevo negocio al grupo TPNET. Además colaboro en varios de nuestros sitios como MC y MCPRO.

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