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Visitamos las oficinas de ESET en Bratislava

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Bratislava no solo es una de las ciudades más bonitas que el viajero encuentra a las orillas del Danubio sino que desde el punto de vista tecnológico, la ciudad eslovaca alberga con orgullo a ESET.

Lo que empezó como una empresa de garage en los años 80, se ha convertido en una de las empresas de seguridad informática más importantes del mundo. Con más de 800 trabajadores a nivel global  y sedes en ciudades como San Diego, Buenos Aires o Singapur, la compañía europea ha sabido hacerse un hueco en la férrea lucha que mantienen otras como Norton, Symantec o McAfee. En MuyComputer hemos tenido la oportunidad de visitar sus oficinas y conocer en exclusiva el laboratorio responsable de matener nuestros equipos seguros.

ESET por dentro

Lo primero que nos llama la atención cuando llegamos a ESET es la sensación de que podríamos estar perfectamente en una de las empresas punteras que se tuestan al sol de Silicon Valley.

La empresa ocupa nada menos que cinco plantas de la Aupark Tower (uno de los centros de negocios más importantes de Eslovaquia). En su interior ganan la partida los espacios amplios, el diseño «cool» nórdico y decenas de jóvenes que trabajan encerrados en sus casos en despachos de cristal.

Una fantástica terraza se asoma sobre el Danubio, e instalaciones como un gimnasio,una zona de ocio y pequeñas cafeterías dispuestas aquí y allá completan una escena «californiana» que contrasta con el frío propio de esta época del año en la capital eslovaca.

Y por supuesto, como buena empresa de seguridad informática, la joya de la corona es su laboratorio de investigación, un espacio en el que se monitorizan en tiempo real las amenazas tecnológicas que afectan a medio planeta.

En el laboratorio de Malware

El laboratorio de Malware de ESET es muy similar a otros de los que hemos tenido la oportunidad de visitar. Estructurado como una gran zona de control, cuatro grandes monitores reflejan casi en tiempo real los datos que recogen los servidores de ESET: datos relativos a la base instalada, centros o ciudades que presentan amenazas anómalas, porcentajes de malware detectado, etc.

Tras ellos cada técnico trabaja con dos equipos de forma simultánea: uno con el que se realiza el trabajo «ordinario» (Internet, correo electrónico, etc.) y su gemelo, empleado para analizar directamente la estructura del malware detectado, ya sea de forma pasiva (analizando su código) o bien de forma activa (infectando el equipo y comprobando los resultados).

Junto a los técnicos que se dedican al análisis de las amenazas menos corrientes (ya que una gran parte de ellas son analizadas de forma automatizada), otras 120 personas se dedican de forma exclusiva al desarrollo y mantenimiento del motor y core de sus productos: «NOD 32 Antivirus 5» y «ESET Cibersecurity».

El trabajo en ambos frentes así como el de sus socios (Ontinet en el caso español), ha permitido a esta empresa del este europeo experimentar un crecimiento del 300% en los últimos cinco años, obteniendo una cuota de mercado del 9,2% a nivel mundial. En el caso español, la empresa ha convencido a más de 3,5 millones de usuarios.

Amenazas y más amenazas

Uno de los momentos más interesantes de nuestra visita a la instalaciones de ESET fue la charla sobre Malware ofrecida por Robert Lipovský (uno de los investigadores de la empresa).

Los virus, nos explicó, han dejado de ser una amenaza (más allá de lo puramente testimonial), ya que el principal objetivo de los ciber criminales es ganar dinero.

Para ello, lo que hoy en día más cotiza al alza, es la creación y propagación de troyanos, que son ofrecidos al mejor postor en el «mercado negro de Internet» , ya sea productos «llave en mano» ya sean auténticos kits de desarrollo que permiten fomentar la «creatividad» de los cibercriminales.

Una reciente investigación llevada a cabo por la propia ESET determinó que por 2.500 euros (aunque según las opciones el precio puede subir hasta los 7.000 euros), cualquiera puede adquirir su «equipo de guerra» para el cibercrimen. El precio está lejos de ser caro, ya que según indica Lipovský, «el ROI de estos productos es casi inmediato».

Aunque es cierto que los troyanos son viejos conocidos de las empresas de seguridad informática, en los últimos meses han evolucionado, escogiendo a nuevos objetivos. Y es que si hasta hace muy poco aquellos asociados al robo de datos bancarios eran los que más proliferaban, en los últimos tiempos la balanza se ha inclinado hacia los asociados a los juegos on-line.

El robo de cuenta en juegos como World of Warcraft para después venderlas en portales como eBay se ha disparado de forma alarmante (especialmente en países asiáticos). Por otro lado, el famoso phishing bancario está llegando a los terminales móviles y especialmente en plataformas como Android, el número de amenazas se ha disparado en los últimos seis meses.

Otras amenazas que cotizan al alza son los antivirus Rogue o falsos antivirus: programas que bajo la promesa de proteger nuestro sistema, realmente lo están infectando, obligándonos a un «pequeño desembolso económico» si queremos volver a retomar el control sobre nuestra máquina. Este tipo de táctica no solo se esconde bajo supuestos antivirus, sino que utilidades que prometen limpiar el registro de Windows o optimizar el funcionamiento de nuestro sistema, pueden ser potencialmente peligrosas.

No obstante, tal y como nos recuerdan en numerosas ocasiones, la principal amenaza para nuestra seguridad informática se encuentra entre el monitor y el teclado: el usuario y su falta en muchas ocasiones de sentido común, puede ser más peligroso que cualquier virus. Y es aquí donde compañías como ESET hacen cada vez más énfasis: en educar al usuario, hacerle consciente de cuáles son las malas prácticas que le vuelven vulnerable.

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