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Análisis

TeamViewer 7

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Administración remota

Las posibilidades en temas de administración remota son notables, y en este sentido se nota la experiencia de TeamViewer en este campo. Para empezar, la aplicación resuelve por sí sola conflictos con los firewalls y proxies que puedan estar activos en nuestra instalación de red, y es muy raro que surjan problemas a la hora de acceder a máquinas remotas -nosotros no hemos tenido ninguno.

Entre las opciones más interesantes de la administración remota están la posibilidad de reiniciar los equipos y que tras el reinicio esos equipos vuelvan a conectarse a TeamViewer para seguir administrándolos. Esa opción se une a la administración web: si creamos una cuenta de usuario en TeamViewer, podremos administrar nuestros equipos asociados y otros equipos a través de un navegador, entrando en la web de TeamViewer y manejando esos escritorios remotos de forma bastante fluida -aunque menos que con el cliente convencional- gracias a las prestaciones HTML y Flash del cliente web.

La configuración de la visualización del escritorio remoto es también un punto a favor de TeamViewer 7, que nos permite optimizar este apartado dependiendo de si necesitamos un escritorio remoto representado con la mayor calidad posible, o bien si necesitamos la mayor velocidad y fluidez en el control, algo que obviamente perjudicará la calidad visual del escritorio remoto.

Las transferencias de ficheros son otro de los apartados a destacar en TeamViewer 7, y se pueden realizar de dos formas: o bien mediante el mecanismo de arrastrar y soltar ficheros desde o al escritorio remoto, o bien mediante un potente gestor de transferencias que tiene un comportamiento muy similar al de cualquier cliente FTP, con una vista con dos paneles (origen y destino, nuestra máquina y la máquina remota) y que permite manejar muchos archivos de forma cómoda. En cualquier caso la velocidad de las transferencias es asombrosa, y es evidente que en TeamViewer 7 aprovechan al máximo la conectividad que tengamos en cada momento.

La administración remota es totalmente heterogénea en materia de plataformas: podremos controlar cualquier sistema operativo actual desde cualquier otro. Hemos probado las principales combinaciones (Mac OS X, Windows y Linux, con clientes instalados en todas las máquinas) y el resultado es excepcional, muy fluido y sin pegas, salvo en algunos pequeños hándicaps con la visualización de los escritorios en Linux, que no eliminaban correctamente el fondo de pantalla para aumentar la fluidez de la conexión.

Otra opción especialmente llamativa de TeamViewer es la posibilidad de invertir el funcionamiento en cualquier momento, de forma que el que administra se puede convertir en usuario administrado, y viceversa. El intercambio de papeles es instantáneo, y es una característica muy atractiva para que usuarios colaboren en desarrollos y puedan comprobar cómo funcionan ciertos servicios o aplicaciones en sus respectivos escritorios.

El soporte multimonitor se une a esas características, como también lo hace la posibilidad de realizar capturas y trasnsferirlas -para ilustrar cualquier situación- e incluso realizar grabaciones de vídeo de la sesión con el conversor AVI integrado que nos permitirá exportar esas sesiones para luego visionarlas tranquilamente, algo interesante para servicios de training y formación.

Otras opciones interesantes de la administración remota en el caso de administrar sesiones Windows es el soporte UAC, la posibilidad de envío de atajos de teclado muy útiles (Ctrl-Alt-Del) y, en general, la posibilidad de actualizar remotamente la versión de TeamViewer si existe alguna pequeña característica que es necesario activar pero que requiere una versión superior de TeamViewer en el equipo remoto.

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