Hannspree Hannspad SN1AT71

El aluvión de tabletas con Android no parece tener fin, siendo el segmento de bajo coste uno de los más explotados por los fabricantes. Precisamente en este nicho de mercado habría que situar al modelo más reciente de la taiwanesa Hanspree, Hannspad SN1AT71, que con un tamaño de 10,1 pulgadas y un precio de 159 euros parece, a priori, una alternativa interesante.

Empecemos por las características técnicas, más que adecuadas para esta gama de precios: procesador de cuatro núcleos ARM Cortex-A9 a 1,2 GHz, 1 Gbyte de memoria RAM y 16 Gbytes de almacenamiento interno que pueden completarse con tarjetas microSD de hasta 32 Gbytes.

Buenas credenciales sobre el papel, pero que en la práctica no se aprovechan como deberían por una probable falta de optimización, ya que tanto en las transiciones del sistema como en la ejecución de aplicaciones se aprecia cierta ralentización. Por ejemplo, con reproducción de vídeo la tableta funciona bastante bien, pero a la hora de navegar le cuesta cambiar de pestañas en el navegador si tenemos abiertas unas cuantas, o tarda en reaccionar al querer escribir algo o cerrar una aplicación.

Al sacarlo de la caja, viene con Android Jelly Bean 4.1 preinstalado, pero Hanspree ha prometido que antes de acabar el año se actualizará a la versión 4.2. Algo tardío si tenemos en cuenta que Android Kit Kat 4.4 ya está entre nosotros, pero si consiguen al menos pulir el sistema, bienvenido sea.

Tampoco debería costar mucho si tenemos en cuenta que la interfaz de Android es prácticamente pura, sin apenas modificaciones más allá de la inclusión de dos apps preinstaladas (la suite ofimática SoftMaker Office y el explorador de archivos ES File Explorer, que podemos desinstalar sin problemas).

Pantalla y diseño

Por su parte, su pantalla multitouch de 10 puntos, de tipo IPS y con un ángulo de visión de 178º, posee una resolución de 1.280 x 800 puntos (160 dpi), con lo que queda lejos de los referentes de gama alta como Nexus 10 (2.560 x 1.600 píxeles) o iPad Air (2.048 x 1.536 píxeles).

Nada que sorprenda si atendemos a la diferencia de precio existente entre estos productos, pero que provoca que podamos distinguir claramente los píxeles al acercar la pantalla. En funcionamiento, el nivel de brillo es adecuado (llega hasta 300 cd/m2), pero en cambio la reproducción de los colores no nos ha parecido muy fidedigna, faltándole intensidad en algunos casos y saturándolos en exceso en otros.

Pero donde más flojea la tableta Hannspad de Hannspree es en los materiales escogidos para su diseño. Mientras que la parte trasera (que se puede elegir en color blanco o negro) tiene un acabado bastante digno que imita al aluminio cepillado, en los bordes de la carcasa predomina un plástico de consistencia mejorable y que empobrece el resultado final. Y si nos fijamos en el peso, sus 620 gramos no son tampoco un motivo para presumir, estando por encima de otras tabletas de tamaño similar (aunque no mucho si lo comparamos con los 603 gramos de la Nexus 10).

Todas las conexiones disponibles se encuentran en el mismo lateral, quedando los otros tres libres. Nos encontramos con salida de vídeo Mini HDMI, lector de tarjetas microSD, puerto microUSB 2.0 (que, por desgracia, solo sirve para transferir contenido al ordenador, pero no para cargar la tableta) y la entrada de la alimentación, además del micrófono integrado, una toma para auriculares y los botones de encendido/apagado/bloqueo y de control del volumen.

A las cámaras, como suele suceder con las tabletas de esta gama de precios, no se les puede exigir mucho. Tanto la frontal (de 0,3 megapíxeles) como la trasera (2 megapíxeles) dejan muchísimo que desear, pero al menos no sobresalen del chasis. En cambio, los altavoces, de 1W cada uno y ubicados en la parte trasera, sin ser una maravilla al menos son capaces de cumplir con un mínimo de calidad.

Por último, en lo que a autonomía se refiere, los valores son discretos: su batería de 6.000 mAh llega, según datos del fabricante, a un máximo de seis horas reproduciendo vídeo a 720p con el brillo al 60%, el volumen al mínimo y el WiFi apagado, algo que pudimos comprobar de primera mano con parecidos resultados.

Conclusiones

La Hannspree Hannspad SN1AT71 se dirige a quienes busquen una tableta de 10 pulgadas para uso ocasional o como dispositivo secundario, y no quieran gastar mucho. Resulta útil para ver vídeos, pero no tanto para jugar a los videojuegos más recientes disponibles en Google Play, y la falta de optimización del sistema hace que sus especificaciones técnicas rindan por debajo de lo esperado (aunque sin resultar especialmente frustrante). Así, el en teoría bajo precio de este dispositivo acaba derivando en una relación calidad/precio normal.