Panasonic TX-50AX800, análisis

En el pasado CES vivimos una auténtica explosión del 4K, con multitud de fabricantes presentando sus propuestas. Hemos tenido la oportunidad de disfrutar durante unas semanas de la Panasonic TX-50AX800, un televisor espectacular que ofrece todo lo que un buen aficionado puede esperar y estas son nuestras impresiones.

El abandono del plasma por parte de Panasonic supuso una pequeña decepción para su legión de seguidores, si bien era evidente que este movimiento tenía que llegar tarde o temprano. Afortunadamente la casa japonesa ha realizado una impecable trancisión al LED, convirtíendose en muy poco tiempo en una referencia a seguir y apostando por la fidelidad de color y el respeto al material original como puntos clave a la hora de fabricar televisores.

El modelo que nos ocupa se posiciona en la gama alta de la compañía (pueden presumir de una gama todavía más elevada a precios en consonancia) y propone al usuario comprar un televisor preparado para 4K pero que también es la ventana perfecta para disfrutar de lo que ya tenemos: un extenso surtido de contenido 1080p, consolas que mueven juegos en alta definición y la experiencia de los ecosistemas SmartTV.

Que la Panasonic TX-50AX800 es un producto de exquisita factura se nota en cuanto la sacamos de la caja; la firma japonesa opta por un diseño sobrio y elegante, con un marco fínisimo y un chasis de líneas estilizadas en color cromo. A pesar de las dimesiones del televisor no da sensación de «armatoste» en ningún momento y consigue dar el máximo protagonismo a lo realmente importante: el panel.

La pantalla de este televisor tiene 50 pulgadas de diagonal y ofrece una resolución nativa de 3.860 x 2.160 píxeles (UHD). Como algún lector ya sabrá y hemos explicado con detalle en análisis anteriores, la Digital Cinema Initiative establece que el DCI 4K tendrá una resolución nativa de 4.096 × 2.160 píxeles, en una proporción de aspecto 1.9:1. El «ahorro» de píxeles que vemos en los productos de electrónica de consumo (no es una exclusiva de Panasonic) viene motivado por que la mayoría de contenido está diseñado para relaciones de aspecto 1.78:1, así que de usar paneles 4K sería necesario recurrir a molestas bandas negras para los laterales.

En términos de calidad, el objetivo de Panasonic con esta serie es acercarse lo máximo posible a sus míticos plasma, especialmente a lo que tratamiento de negros y escenas con trancisiones de luz complicadas se refiere. La combinación de un panel Edge LED con el sistema Local Dimming Pro de 32 zonas hace posible que las sensaciones sean muy similares y, desde cualquier punto de vista, muy superior a cualquier LED de gama media que hayáis probado.

Del tratamiento del color se encargan las tecnologías exclusivas Studio Master Drive y Studio Master Color ofreciendo un rendimiento que parecía fuera del alcance de la tecnología LED: los negros son profundos y las escenas oscuras (probarla con el Blu-ray de «El caballero oscuro» ha sido una gozada) están llenas de matices y muy cerca de los mejores plasmas que ha fabricado Panasonic.

En el apartado de lo que menos nos gusta problemas inherentes al LED que tienen una solución mucho más complicada. Por un lado, el comportamiento del panel es excepcional siempre que estemos en un ángulo más o menos ideal pero, saliendo de ahí, son perceptibles defectos menores en la fidelidad de color y aparecen zonas excesivamente iluminadas que, probablemente, solo serán perceptibles para el ojo entrenado.

Sacar el máximo partido a un panel como este requiere una calibración del panel. Podemos partir del excelente modo certificado por THX para ajustarlo a nuestro gusto (se puede utilizar la app Panasonic TV Remote 2) pero os recomendamos encarecidamente pasar por foros especializados como avforums y probar configuraciones de usuarios expertos hasta dar con la más adecuada para nuestro entorno.

A estas alturas pocos pueden dudar que el 4K ha llegado para quedarse. Puede resultar sencillo establecer paralelismos con «la burbuja del 3D» pero, desde nuestro punto de vista, esta evolución es mucho más sólida y el salto de calidad resulta evidente para cualquier perfil de usuario y la llegada de contenidos es solo cuestión de tiempo. Esa variable resulta clave a la hora de valorar la adquisición de un producto como este.

Cuando alimentamos a un panel de esta calidad con contenidos 1080p (cuatro veces por debajo de lo que puede dar) o los penosos bitrates que ofrece la TDT actual debemos ser conscientes de que desaprovechamos gran parte de su potencial. No queremos llevar al lector a engaño, a la distancia adecuada cualquier contenido luce increíble, pero el procesador de imagen no puede hacer magia y hasta con los Blu-ray debe inventarse 3 píxeles artificiales por cada real que enviamos. En lugar de recurrir a la interpolación vía software, los ingenieros han aplicado un reescalado 1080p punto a 4 punto, multiplicando cada píxel por cuatro para ganar nitidez y evitar artefactos en la imagen.

Evidentemente el salto existe y la mera reproducción de un vídeo 4K de YouTube (con pruebas utilizado ISO todavía se nota más) hace palidecer cualquier otra cosa y, automáticamente, el espectador notará como sus flamantes contenidos en HD «ya no se ven tan bien». Como ocurrió primero con el DVD y luego con el Blu-ray, una vez que se ha probado el 4K ya no hay vuelta atrás.

En lo relativo a sonido el sistema 2.1 cumple sin más (lleva dos altavoces de 4 vatios apoyados por un subwoofer de 10 vatios) pero resultará insuficiente para los perfiles más exigentes. En cualquier caso alguien que vaya a desembolsar los más de 2.000 euros que cuesta este televisor haría bien en invertir en un buen sistema de sonido adicional o, al menos, una barra de sonido de cierta calidad.

Software y funciones SmartTV

Panasonic añade valor al producto con una pantalla de inicio totalmente configurable y un ecosistema de apps correcto, donde encontramos las de servicios de distribución de vídeo como Wuaki o Yomvi, de canales de televisión o de servicios de Internet. Se agradece que estén y la mejora respecto a modelos del año pasado, pero no nos parece que ofrezcan algo realmente diferencial.

Por otro lado funciones como el control por voz, el sensor de proximidad, la conversión de contenido 2D a 3D activo, la guía de TV inteligente o las posibilidades de funcionar como PVR son interesantes y están bien implementadas, ofreciendo ese plus que puede marcar la decisión de compra respecto a la competencia en este rango de precios. En los siguientes vídeos podéis ver cómo funcionan.

Conclusiones

Disfrutar de lo último antes que nadie implica sacrificios y, en este caso, no hablamos únicamente de precio. Como ocurre en ocasiones, la tecnología ha adelantado a la industria de contenidos y tenemos a nuestra disposición paneles que ofrecen una calidad infinitamente superior a la que vemos diariamente, pero que resulta complicado aprovechar (y más en nuestro país).

La Panasonic TX-50AX800 es un televisor de ensueño, con muy pocos puntos débiles y que se posiciona como el mejor televisor (4K o no) que ha pasado por el laboratorio técnico de MuyComputer. El usuario que pueda y quiera dar ya el salto al 4K tiene en este producto una opción fantástica, que le ofrecerá grandes satisfacciones con contenidos 1080p y con la que estará preparado para el futuro.

Igual que pasó con el DVD primero y el Blu-ray después, una vez que disfrutas de contenido en 4K ya no querrás volver atrás

¿Bajarán los precios de los televisores 4K? Rotundamente sí. ¿Es pronto para comprar uno? Para la inmensa mayoría de usuarios probablemente sí, pero pensamos la escasez de contenido (un escenario que no depende de Panasonic) no debe afectar a nuestra valoración sobre un producto que, con el suministro adecuado, ofrece una calidad brutal. De ahí la nota y nuestra insignia de recomendado. La decicisión de cuándo dar el salto compete a cada usuario.

Este televisor tiene un precio que ronda los 2.000 euros (en tiendas online de Amazon la hemos encontrado bastante más barata) y está a la venta en toda la red de distribuidores autorizados.