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Dentro del infierno de Fukushima ni los robots sobreviven

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infierno de Fukushima

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Cuatro años después del terrible terremoto magnitud 9.0 de Japón, que provocó el desastre nuclear de la planta de Fukushima, los investigadores han enviado un robot dentro de uno de los reactores para inspeccionar el combustible fundido y evaluar los niveles de radiación.

Los robots están trabajando en la planta desde el primer momento de la tragedia pero es la primera vez que uno de ellos llegaba al verdadero infierno de Fukushima, dentro del núcleo de uno de los tres reactores donde se registraron las explosiones de hidrógeno y una catástrofe nuclear –la peor desde Chernóbil– que ha provocado de 16.000 a 27.000 muertos, 500.000 evacuados y unas consecuencias finales incalculables a todos los niveles.

Desarrollado por Hitachi-GE y el Instituto Internacional de Investigaciones para el Desmantelamiento Nuclear, se suponía que el robot era capaz de funcionar cerca de 10 horas a niveles de radiación altísimas que serían mortales para los humanos, evitando los problemas de funcionamiento que estos ambientes causan a los dispositivos electrónicos ordinarios.

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No ha sido posible porque el robot se quedó parado a las tres horas de misión y ha tenido que ser abandonado dentro del reactor. La misión de un segundo robot programado para entrar el lunes, ha sido aplazada hasta que los ingenieros determinen la causa de la avería.

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Aún así, el robot ha sido capaz de enviar las espectaculares imágenes y vídeo del infierno de Fukushima que ves en las imágenes, y niveles de temperatura y de radiación que los técnicos de TEPCO (operadora de la central) evalúan como «inferior a lo esperado». También se confirma que las barras de combustible del reactor examinado se han fundido, roto el núcleo y el combustible se extiende por la cámara de contención.

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Todo ello es una información vital para el programado desmantelamiento de la central que durará años y costará miles de millones de dólares. Y no será lo peor. Con suelos y aguas contaminadas, nadie podrá vivir allí en décadas porque no se sabe cuándo se completará la misión de limpieza. Quizá nunca, porque el isótopo plutonio-239 empleado como combustible nuclear tiene una vida media de 24.000 años. Además, últimos informes encontraron aumento de incidencia de cánceres como la leucemia, de tiroides y de próstata, similar a lo sucedido en Chernóbil aunque con menos incidencia.

Seguiremos el trabajo de estos robots porque serán clave para limitar la catástrofe y asegurar la zona. Más información y vídeo en DailyMail.

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