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Guía de compra de tarjetas MicroSD

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Seguimos actualizando nuestras guías de compra y si arrancábamos la semana con las tarjetas gráficas, hoy vamos a revisar las tarjetas MicroSD, un dispositivo de almacenamiento externo y extraible   tremendamente popular que se extiende por decenas de millones en múltiples productos.

MicroSD es un formato de memoria flash desarrollada por SanDisk en julio de 2005 y estandarizado por la Asociación de Tarjetas SD posteriormente. Es la variante más pequeña en tamaño de la especificación de tarjetas de memoria SD, que incluye estas mismas SD genéricas y las miniSD. Su tamaño reducido a 15×11×1 mm ha permitido incluirlas en todo tipo de dispositivos, especialmente los smartphones.

Su lanzamiento coincidió con las explosión de ventas de móviles inteligentes y aunque hoy, algunos modelos ya no las soportan, su extensión es masiva y en algunos casos imprescindibles para aumentar la capacidad de almacenamiento interno del propio dispositivo. Cámaras fotográficas, tablets, ordenadores, GPS, consolas portátiles y un larguísimo etc, son el campo de actuación de estas tarjetas de almacenamiento externo.

Formatos microSD

Igual que la norma general de tarjetas SD se divide en tres formatos (SD, SDHC y SDXC) las tarjetas microSD se han comercializado en estas variantes. Y es lo primero a valorar en la compra porque no son compatibles con todos los dispositivos, si bien en la actualidad la tercera es la más extendida y utilizada.

  • microSD: La más antigua. Tienen una capacidad de hasta 2 Gbytes y se pueden utilizar en cualquier ranura microSD.
  • microSDHC: Tienen una capacidad superior a los 2 GB y hasta 32 GB. se puede utilizar en dispositivos que soporten SDHC y SDXC.
  • microSDXC: Son las más modernas y la referencia de compra siempre que el dispositivo la soporte porque solo son compatibles con hardware SDXC. Su capacidad varía desde 32 Gbytes a unos impresionantes 2 Tbytes. Es el máximo teórico de la norma, si bien, hasta ahora, el máximo ofertado por la industria es de 512 Gbytes.

Rendimiento – Clase

Los responsables de la especificación parece que se empeñaron en complicar las cosas y también a la hora de elegir la tarjeta tenemos que tener en cuenta que el rendimiento sea suficiente para el uso al que vamos a destinarla. Afortunadamente es fácil de distinguir a base de unos números insertos en un semicírculo que designan la «Clase». Debe venir impreso en todas las tarjetas que compremos:

microSD_2

Sí conviene conocer que estos números no designan el rendimiento real o máximo sino la velocidad mínima en Megabytes por segundo que en modo escritura es capaz de soportar la tarjeta. Aunque no es lo habitual, técnicamente es posible que la velocidad máxima en lectura de una tarjeta Clase 2 superara a una Clase 4. Para no liarnos, intenta elegir siempre la Clase 10 aunque intenta conocer también la velocidad máxima en lectura. La velocidad mínima en escritura soportada de cada clase es:

  • Clase 2: Al menos 2 MBps.
  • Clase 4: Al menos 4 MBps.
  • Clase 6: Al menos 6 MBps.
  • Clase 10: Al menos 10 MBps.

Rendimiento – UHS

Complicando la elección aunque mejorando la velocidad del formato ante las necesidades de nuevas aplicaciones como la grabación 4K, la asociación normalizó la interfaz Ultra High Speed (UHS) que mejora la velocidad de datos. Las dos versiones de UHS son UHS-I (con velocidades de bus de hasta 104 Mbps) y UHS-II (hasta 312 Mbps) que definen la velocidad máxima en lectura de la tarjeta.

Por ello verás impreso en las tarjetas «I» para UHS-I o «II» para UHS-II. Como las anteriores referidas a la Clase, cada tarjeta que soporte este formato también debe incluir impreso la velocidad mínima en escritura soportada, en este caso los números 1 o 3 inserto en una U, como verás en la imagen:

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Es un lío sí, pero si quieres ponerte al día en tarjetas microSD hay que conocerlo. La velocidad mínima en escritura es la siguiente:

  • U1: Al menos 10 MBps.
  • U3: Al menos 30 MBps.

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Velocidad nominal

La mayoría de fabricantes citan la velocidad máxima en modo lectura que sus tarjetas son capaces de alcanzar. Las velocidades se basan en pruebas internas del fabricante por lo que en la mayoría de los casos en prueba real serán algo más discretas. Aún así puede servirte de referencia. Se indica en MB/s y viene indicado en el anuncio publicitario de la tarjeta, en el manual técnico del mismo o en el envoltorio de la tarjeta. No es obligatorio señalar este dato de velocidad como sí lo es el formato y la Clase que vimos arriba.

Velocidad relativa

Más complicaciones. Algunos fabricantes usaban la velocidad de transferencia original del formato CD (150 KBps) para mostrar la velocidad de la tarjeta. Así, podríamos ver algo como «2x», 4x» y así sucesivamente. Una «100x» correspondería a una velocidad de 15 MBps. Ya no suelen utilizarse pero por si te topas con alguna que sepas de qué va.

Cuidado con las falsificaciones

Hace unos años, un ingeniero de SanDisk declaró que una tercera parte de las tarjetas vendidas bajo su marca eran falsificaciones. Cuidado con ello. Las guías de compra en Ebay incluyen una página en la detección de falsificaciones debido a la extensión de estas falsificaciones, que no ofrecen ni la velocidad ni la capacidad prometida. Puedes utilizar aplicaciones como H2testw para Windows o F3 para Mac and Linux, para chequear si una tarjeta es genuina.

¿Que tarjetas microSD compro?

Hablando de rendimiento dependerá mucho del dispositivo donde vayas a utilizarla y del tipo de aplicaciones a usar. No tiene nada que ver su uso en un GPS donde necesitamos extender el almacenamiento y poco más que en una cámara para grabación de vídeo que sí exige tarjetas más rápidas. La siguiente imagen de Panasonic con recomendación de uso puede darte una idea de las necesidades de grabación de vídeo en distintas calidades hasta llegar al 4K. Hablamos siempre de consumo porque en el mercado profesional se utiliza otro tipo de tarjetas.

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En cuanto a la capacidad de almacenamiento también dependerá de las necesidades del usuario. Pero este apartado es más sencillo de elegir y la oferta amplísima. El mínimo actual se marca en 8 Gbytes de capacidad de almacenamiento. No compres nada inferior si tu dispositivo lo soporta porque no merece la pena. El coste de las memorias flash ha bajado tanto (como vemos con las SSD) que podemos adquirir modelos SDHC UHS-I de 8 GB a un precio de 4 euros.

De ahí para arriba hasta donde necesites en capacidades de 16, 32 o 64 Gbytes. También las hay con capacidades superiores (hasta 512 GB) pero ya el precio se dispara. En el pasado MWC, SanDisk presentó una microSD de 200 Gbytes con velocidad de 90 MB/s (excelente para este formato) pero a un precio de 400 dólares. Ya en el Computex, vimos una Microdia de 512 Gbytes y velocidades superlativas de hasta 300 Mbytes por segundo, con un precio de salida de 1.000 dólares.

Incluso por usuarios que las usan mucho como fotógrafos aficionados, prefieren comprar varias tarjetas de menor tamaño que aparte del coste permiten salvaguardar una parte de las tomas en caso de fallo de la unidad. Tenlo en cuenta. Compra la capacidad suficiente pero tampoco te pases. Tu bolsillo lo agradecerá.

En cuanto a marcas, todas las grandes del sector ofrecen gran fiabilidad, velocidades superiores al mínimo establecido y ofrecen buena garantía. Algunos fabricantes como Lexar o SanDisk ofrecen garantía de por vida en sus mejores modelos. También software de recuperación de datos y modelos robustos para mayor protección contra el agua, el polvo o los rayos X de aeropuertos. Buena compra.

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– Imagen de portada | Shutterstock

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