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Opera Software en manos chinas: ¿deberían preocuparse sus usuarios?

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No, todavía no se ha anunciado nada en firme. Pero no tardará en suceder, a juzgar por lo leído esta mañana y por la actualización que acaban de publicar en los blogs de Opera, donde además de algún dato de interés suelto que comentaremos más abajo, vienen a llamar a la calma, recalcando que sin importar lo que ocurra «seguirá siendo tu Opera».

Para Opera Software, desarrolladora de los navegadores web para PC y móvil entre otros productos y servicios, cerrar el acuerdo con las partes chinas sería un todo un pelotazo. No hay que pasar por alto que la oferta de compra es realmente generosa en relación a la cotización de la compañía noruega, y para más señas es la propia dirección de Opera Software la que está recomendando aceptarla a sus accionistas.

Salvo sorpresa de última hora el negocio se puede dar por sentado. ¿Debería ser motivo de preocupación para sus usuarios fuera de China? Las primeras reacciones a la noticia -basta con echar un vistazo a los comentarios de las publicaciones tecnológicas que se han hecho eco- recogen cierto rechazo que en los medios oficiales intentan mitigar, asegurando un futuro a corto plazo en el que Opera brillará más que nunca gracias a la inyección de capital y la nueva situación. No tendrían por qué equivocarse.

Según indica la compañía, Opera para PC cuenta con unos 5 millones de usuarios, mientras que en el móvil llegan a los 350 millones de usuarios. La diferencia es importante, pero es sabido que Opera ha disfrutado tradicionalmente de una fuerte y diversificada presencia en el segmento móvil; y también en el de otro tipo de dispositivos conectados: los navegadores de las consolas de Nintendo o de televisores inteligentes de algunas de las principales marcas son un ejemplo.

Por resumir, la parte china aportaría 1.200 millones de dólares y 500 millones de usuarios; la europea 355 millones de usuarios, un portafolio de navegadores web relativamente bien posicionados y con amplia cobertura multiplataforma y multidispositivo, su propia plataforma de marketing móvil y, en definitiva, todos los activos tecnológicos -que son varios- de una gran empresa con veinte años de historia. Qué pasará después es especular.

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Entonces, ¿hay que preocuparse o no? Depende. ¿Por que desaparezca Opera? No parece probable, aunque en caso de que sucediera existen alternativas de sobra. ¿Por que lo controlen los chinos? Ahí entramos en otro terreno, el político, que no es el nuestro y que tampoco sirve para arrojar luz al asunto: ¿son menos de fiar los chinos que los noruegos? ¿Que los estadounidenses? Es de suponer que cualquier producto que se distribuya fuera de China cumplirá con la legislación de turno, ya que lo contrario es ilegal (todo lo malo puede pasar, pero si piensas así no te puedes fiar de nada, ni siquiera del software libre a no ser que revises personalmente cada línea del código fuente de todo lo que usas).

Más allá de darle vueltas al coco con que si los chinos van a minar Opera con software espía, conviene tener en consideración otras cosas. Como que Opera se basa por entero en Chromium, que es cien por cien software libre; además de en otros muchos, muchos proyectos de código abierto (ver about/credits en la barra de navegación de Opera). Aunque, es cierto, la interfaz del navegador, su seña de distinción, o el servicio de sincronización y compresión de datos, son privativos.

El improbable pero posible problema al que se enfrenta Opera es que la confianza en el software privativo, en los tiempos en que vivimos y siempre bajo el prisma de un público entendido, en esencia representado por la mayoría de sus usuarios en PC, es la misma que se le otorga a la compañía que lo desarrolla. Y Opera Software goza de buena imagen, de credibilidad. Lo que ocurra en adelante está por verse.

Retorciendo las perspectivas, especulando por lo tanto, la adquisición de Opera Software presume más de peligro para los empleados que para los usuarios, porque al fin y al cabo nadie quiere perder usuarios, pero por el sueldo de un programador noruego pagas a cinco chinos picando código doce horas al día. Sin embargo, tampoco parece un movimiento inteligente: Opera Software colabora activamente con el desarrollo de Chromium y ya es el segundo mayor contribuidor del motor web Blink, detrás solo de Google, lo cual sitúa a la compañía en una posición privilegiada para innovar en el campo en el que son expertos; y para competir con Google, ya que estamos.

Si empiezan con despidos y deslocalizaciones, malo. Si siguen como hasta ahora pero echando más carne al asador, genial. Pase lo que pase os los contaremos por aquí, así que estad atentos…, pero no merece la pena preocuparse. La sensación es positiva por el momento, de acuerdo a las declaraciones de los empleados de Opera. Los que han salido a responder a la comunidad piden tiempo para demostrar que todo va a seguir no solo igual, sino mejor. Se lo daremos.

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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