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Análisis

SsangYong Tivoli, lo que cuenta

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“Esto es igual que en las películas. ¿Recuerdas? En «La dama desaparece» cuando ella dice: «Usted es el hombre más detestable». Luego se enamoran”
Marie. Cuando Harry Encontró a Sally 1989

Será mejor que empecemos por el elefante que hay en la habitación (ver fotos). Mi primer encuentro con el SsangYong Tivoli no se puede definir como amor a primera vista. No soy demasiado fan de los colores pastel en los coches, pero el rosa “Algodón Azucarado” (lo he buscado por Internet) para los vinilos decorativos sobre el blanco de la carrocería he de confesar que me superó, no me gustó. Aclaro que obviamente es algo puramente personal, mostrado a distintas personas las reacciones de muchas no fueron como la mía… pero el caso es que mi relación con el Tivoli no empezó precisamente con buen pie.

Sin embargo mi historia con los automóviles es una historia plagada de prejuicios y malos encuentros superados por las circunstancias, cosa que en las mejores (y las peores) comedias románticas de Hollywood sucede a menudo. Así que vencida esa primera impresión (no suele ser la que cuenta) me dispuse a conocer mejor a un coche con ambiciones revolucionarias y dispuesto a conquistar el mercado de los SUV. Y es que Ssangyong quiere superar su sambenito de coches baratos con diseños algo estrafalarios para competir de tú a tú con las mejores marcas del mercado.

Su adquisición por parte del grupo Indio Mahindra ha puesto a disposición de SsangYong un músculo financiero que puede convertirle en un serio competidor dentro de un mercado en el que otros fabricantes coreanos se están haciendo un sitio. Y el Tivoli es un bien ejemplo de esta apuesta con un diseño y características muy adaptados al mercado europeo. El desembarco elegido es en el terreno de los SUV compactos, un campo de batalla muy activo actualmente en el que competir supone todo un reto.

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Ficha técnica

El diseño del Tivoli

Pero dejemos de apartar la mirada de las rayas del capó del Tivoli y echemos un buen vistazo al exterior. Dejando a un lado el color lo cierto es que el diseño es moderno, con toque de originalidad pero sin desafiar a la aerodinámica con ángulos imposibles. Unos grupos ópticos delanteros agresivos y modernos, unas líneas interesantes que dejan una original toma de aire en el frontal, un perfil aerodinámico pero con look todoterreno, unos “hombros” musculosos en los pasos de rueda traseros…

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El diseño del Tivoli es interesante, no se trata de un coche urbano transformado en todocamino sino que siguen más bien los pasos de marcas como Land Rover en los que han urbanizado diseños destinados al campo con bastante éxito. No en vano Ssangyong empezó en los años 60 fabricando camiones y vehículo todoterreno como el Jeep del ejército de los Estados Unidos y tiene larga experiencia en tracción integral así como en motores gracias a su acuerdo con Daimler Benz.

Al entrar en el Tivoli no pude evitar revisar el precio. Los acabados y el equipamiento son sorprendentes para un coche que puedes llevarte a casa desde menos de 15.000 euros. Los asientos delanteros son excelentes tanto en sujeción lateral como lumbar, son cómodos en largos trayectos y la tapicería tiene un aspecto excelente. Detalles como el acceso a las plazas, muy cómodo, o el tacto de la propia tapicería me han parecido sobresalientes.

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Profundizando en el interior, los plásticos y terminaciones de la consola y los controles son muy buenos, con una calidad más que aceptable y poco habitual en coches de este precio. El espacio dentro es muy abundante, con plazas traseras generosas y buenas cotas que permiten viajar a personas de cierta estatura. Lástima de techo solar, que daría una mayor sensación de amplitud. Las plazas traseras son notablemente más amplias que las de sus competidores de tamaño medio y pequeño y en general se viaja bastante cómodos también atrás, incluso cuando hay tres personas ocupando el asiento.

Interior bien armado

El salpicadero es de diseño agradable y moderno, con una generosa pantalla de información y con todos los controles accesibles. No nos han convencido del todo los controles de climatización, especialmente el control de temperatura que se encuentra en la parte de debajo de cada lado y que consiste en una pequeña barra horizontal que pulsaremos en su parte izquierda o derecha para subir o bajar la temperatura de cada zona.

Más abajo nos encontramos la sorpresa de que no solamente tendemos una toma para conectar un dispositivo USB como un móvil o una llave de memoria, sino que también podemos conectar un cable HDMI. Esto permite ver en la pantalla de 7 pulgadas del Tivoli contenido multimedia siempre que el dispositivo reproductor disponga de esa salida. No es una opción demasiado práctica por la necesidad de tener un cable de por medio en la zona de la palanca de cambios, pero sí que es interesante y no disponible en modelos de la competencia.

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Nos ha gustado el generoso espacio debajo del conector para apoyar el teléfono (y otros objetos) con un recubrimiento de plástico rugoso para evitar que éste se deslice de un lado para otro. Además se encuentra cerca del conector USB para conexión y recarga, por lo que no necesitaremos cables largos ni enredaremos con la palanca de cambio. En la parte frontal hay hasta seis boquetas de ventilación estratégicamente colocadas que dan un buen servicio a la hora de repartir aire frío o caliente en la parte anterior del habitáculo.

El cuentakilómetros y el cuentarrevoluciones tienen diseño redondo y se han orientado al conductor o que le da un aspecto más cuidado. Entre ellos una pequeña pantalla de información puede darnos datos del viaje como autonomía, consumos etc. Buenas terminaciones en los puntos estratégicos como las costuras del volante (calefactado), los tiradores de las puertas, la palanca de cambios, el remate de las alfombrillas… Un trabajo excelente para que en ningún momento nos sintamos dentro de un coche Low Cost.

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Un maletero acogedor

En el apartado de espacio en el maletero el Tivoli se defiende muy bien con sus más de 420 litros de capacidad, superando a sus rivales de categoría sin problemas. Se echa en falta un espacio de carga más accesible ya que hay que superar parte de la carrocería, pero el espacio es bastante aprovechable y los asientos se abaten sin dificultades para obtener un espacio aún mayor. El espacio es sin duda uno de los puntos fuertes del Tivoli.

Al poner en marcha el Tivoli lo primero que se percibe es una buena insonorización que nos aisla del sonido del pequeño motor diésel de 1.600 centímetros cúbicos. También nos defiende del ruido aerodinámico por lo que el confort acústico es muy bueno. La dirección puede regularse de tres formas distintas: un tacto más urbano, el neutro y el sport. Desde luego yo no recomendaría la primera opción, sobre todo en carretera, pero en ciudad puede echar una mano a la hora de maniobrar.

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El Tivoli y su motor diésel de 115 caballos (el que equipaba la unidad que hemos probado) no decepciona. No es una bala pero alcanza velocidades de crucero considerables y las recuperaciones incluso en marchas altas son bastante buenas. Contribuye una buena cifra de par, 300Nm. Hay que decir que Ssangyong tiene una larga tradición Sorprende la dureza de las suspensiones que permite afrontar curvas a velocidades poco aptas normalmente para coches con este tipo de carrocerías.

De hecho el Tivoli que hemos probado es un coche muy divertido de conducir, se desenvuelve con agilidad y sin sobresaltos en carreteras viradas. En cuanto al consumo es difícil (como siempre) acercarse a las cifras declaradas por el fabricante, pero podemos tranquilamente alcanzar los 5,5 litros en carretera y mantenernos por debajo de los siete litros en ciudad. Se mantiene bastante austero incluso cuando se exigen más prestaciones y en general se puede decir que con la motorización diésel el Tivoli es más bien poco gastón.

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Multimedia asegurada

En línea con el resto de elementos del coche, el sistema de infoentretenimiento es de una calidad bastante alta para el precio de este modelo. Lo preside una pantalla táctil de 7 pulgadas con buen tratamiento antirreflejos que dispone de múltiples entradas, incluidas conexión por Bluetooth, USB y HDMI tal y como hemos comentado. El sistema de navegación desarrollado por Tom Tom es bastante preciso y rápido en localizar nuestra posición en GPS. Dispone además de cámara para facilitar las maniobras de aparcamiento.

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El sistema también permite la conexión del Smartphone a través del sistema MirrorLink, aunque como hemos dicho en otras ocasiones no es el sistema ideal para controlar el teléfono por su dificultad de conexión y pocas aplicaciones compatibles. Esperemos que también Ssangyong se suba al carro del Android auto / Car Play para mejorar este aspecto. En cualquier caso para escuchar radio por Internet y otro puñado de aplicaciones puede resultar útil.

Conclusión

Soy voluble. No tengo otro remedio que admitirlo. El Ssangyong Tivoli y yo no empezamos de la mejor manera, nos mirábamos con desconfianza mutua: yo no podía apartar la mirada de esos vinilos rosa de su carrocería mientras que el coche coreano leía frialdad en mis ojos llenos de prejuicios. Pero al final cuando lo dejaba aparcado por última vez al terminar la prueba dejando la llave en el mostrador me di cuenta que no solamente me había acostumbrado a su aspecto, sino que su diseño, comodidad y prestaciones me habían conquistado. Es un buen coche.

Del Tivoli no me han gustado tanto los detalles, otros aspectos puntuales me han convencido menos, sino que lo que me ha gustado especialmente es que se trata de un modelo en el que se ha puesto mucha atención al conjunto, a que las prestaciones del motor conjuguen con su manejo en carretera, a que su aspecto exterior moderno encaje con unos buenos acabados y un sistema de entretenimiento competente, a que el espacio interior sea amplio y bien aprovechado a la vez que tenemos buen espacio en el maletero… Un trabajo de diseño global que ha dado unos excelentes frutos.

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Hay detalles a mejorar pero al reflexionar sobre ellos (algunos acabados en plástico más endeble, el que no se pueda regular el volante en profundidad…) no hay que olvidar que se trata de un SUV urbano que puede adquirirse desde menos de 16.000 euros con un buen paquete de extras en cada versión. Falta algo de refinamiento y la incorporación de elementos técnicos como control de crucero adaptativo o aviso de cambio involuntario de carril, pero en este caso podría competir con vehículos de un precio bastante más alto.

Notas finales

7Nota

Prestaciones7

Diseño7

Consumo6

Confort7

Sistema de Infoentretenimiento8

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