Ni siquiera los robots sobreviven a Fukushima

La radiación es un enemigo terrible. Silenciosa, no es posible verla, oírla, sentirla ni olerla, pero una vez que nos exponemos a ella empieza a producir efectos que pueden llegar a ser devastadores si recibimos una dosis muy elevada.

Chernóbil y los liquidadores son un claro ejemplo de lo dicho. La exposición a la negra y humeante boca del reactor de muchas de personas que hicieron lo posible por minimizar las consecuencias de la explosión tuvo consecuencias trágicas, ninguno era capaz de aguantar más de unos minutos hasta perder el conocimiento, y posteriormente la mayoría moría en apenas dos semanas.

Por desgracia hemos tenido que aprender el peligro de la radiación por las malas, y ahora la ruinosa central nuclear de Fukushima vuelve a darnos una lección, ya que su zona cero, donde se concentra la mayor cantidad de radiación, no es ni siquiera un lugar para robots.

La radiación es tan potente que cinco robots que fueron enviados no han conseguido volver, ya que aquella ha estropeado totalmente sus sistemas y los ha dejado inutilizados. Todo esto complica mucho las cosas, ya que como indican es necesario desarrollar modelos concretos para llevar a cabo cada tarea de limpieza, y parece que todavía no cuentan con los robots necesarios para identificar la localización las barras de combustible fundidas que se desperdigaron por los reactores de la planta nuclear.

Cada robot tiene que ser hecho a medida para cada tarea, como anticipamos, pero aún así la radiación lo complica todo muchísimo, según han reconocido los expertos japoneses, que esperan que todo el proceso de limpieza pueda llevar entre 30 y 40 años.

Más información: Engadget.