Windows 10 bajo suscripción existe, pero solo para la versión Enterprise

Sí, Windows 10 bajo suscripción existe (o más bien existirá), porque acaba de ser presentado por Microsoft en su Conferencia Anual de Partners que esta semana se está celebrando en Toronto y que están siguiendo nuestros compañeros de MuyCanal.

El mes pasado se encontró en el directorio Windows System un ejecutable llamado “UpgradeSubscription” que alimentó la idea de un programa de suscripción para Windows 10. Los críticos con el nuevo sistema tiraron con bala: Microsoft ofrecía la actualización gratuita ahora para obligar a los usuarios en un futuro a pagar por el uso del sistema.

Microsoft lo desmintió claramente, indicando que no estaba relacionado con la oferta de actualización gratuita para el consumidor ni era aplicable a las ediciones de Windows de consumo, porque se trataba de una «ayuda para gestionar grandes volúmenes de actualizaciones de licencias de Windows 10 Pro Anniversary Update a Windows 10 Enterprise». 

El Windows 10 bajo suscripción ha terminado concretándose pero como decía Microsoft únicamente para empresas a través del Windows 10 Enterprise E3, un programa que será estrenado el próximo otoño y que ofrecerá a las empresas el sistema operativo y soluciones de seguridad por 7 euros mensuales.

Un concepto de «software como servicio» y de pago por uso que es habitual en el mercado corporativo y gubernamental. Windows 10 no será el único software que Microsoft ofrezca bajo este tipo de modelo porque esta misma semana hemos conocido el Enterprise Mobility + Security, otra solución que ofrece productividad y colaboración con Office, la nube de Azure y seguridad empresarial, también combinado con Windows 10.

Bajo el mismo modelo de «Windows-como-servicio» estará disponible Windows Server 2016 y todos los anteriores podrán combinarse con hardware como los 2 en 1 Surface, que terceros autorizados ofrecerán junto con los servicios de software.

O sea, que sí, el Windows 10 bajo suscripción existe y será un modelo interesante por el que apostarán las empresas, pero nada que tenga que preocupar al consumidor.