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FreeSync contra G-Sync ¿Por qué AMD le está ganando a NVIDIA?

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FreeSync contra G-Sync

FreeSync le está ganando la partida a G-Sync, o lo que es lo mismo, la solución en tecnologías de sincronización de AMD está muy por delante de la de NVIDIA en adopción, explican desde PC World en un artículo donde analizan la situación.

FreeSync y G-Sync mejoran la comunicación entre el procesador gráfico y el monitor, eliminando cortes de imágenes o fallos que resultan en parpadeos o destellos. Para ello, sincronizan las tasas de refresco de la pantalla y las GPUs, asegurando un rendimiento fluido, libre de artefactos, minimizando el entrecortamiento de las secuencias y el retardo de la señal de entrada para mejorar la velocidad de respuesta, prácticamente a cualquier velocidad de cuadros.

Aunque NVIDIA sigue liderando -de lejos- la venta de gráficas dedicadas, en adopción de estas tecnologías de sincronización AMD va por delante, como por otro lado era predecible. El catálogo de monitores disponibles para jugadores incluye 20 monitores G-Sync, mientras que los disponibles con FreeSync ascienden a 85, mostrando además, mayores combinaciones de tamaño de pantalla y diversidad de características como la tasa de refresco.

G-Sync trabaja con un módulo de hardware propietario mientras que AMD no lo necesita, ya que funciona con una tecnología de frecuencia variable de refresco que es parte del estándar Display Port y más recientemente de HDMI.

Además de ser más abierto, barato y sencillo de implementar, FreeSync permite a los fabricantes utilizar este tipo de tecnologías sin necesidad de cambiar sus diseños de monitores y paneles, ni de tener que hacer un hueco a un módulo de hardware adicional.

Además, algunos fabricantes de monitores se sienten restringidos en la forma en que pueden diferenciar sus monitores G-Sync. Uno de los más grandes, EIZO, tiene una característica en sus monitores de juegos llamada Smart Insight que ajusta el brillo y gamma sobre la marcha, lo que ayuda a mejorar la visibilidad en las zonas claras y oscuras.

Esta característica no es posible con G-Sync, porque el módulo de NVDIA se encarga de todos los ajustes de color. Además, G-Sync no admite la frecuencia de actualización variable a través de HDMI. Esto significa que todos los monitores con G-Sync deben incluir DisplayPort, elevando el coste de fabricación.

Ello nos lleva a un asunto importante: el precio final de venta de los monitores, bastante más caro los que usan la tecnología de NVIDIA. El director de marketing técnico de la compañía explica que, «se trata de valor no de coste» y piensa que aumentará la oferta en gama media y baja de monitores con G-Sync, bajando precios. Aún así, aseguran que no es su objetivo, sino «proporcionar una experiencia de juego de alta calidad y ahí es donde vamos a seguir centrándonos».

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