Shuttle SZ170R8, impresiones

Mencionar a Shuttle en cualquier conversación sobre ordenadores de tamaño compacto es casi obligatorio; la veterana firma taiwanesa lleva muchos años refinando el concepto barebone con chasis que combinan una estética espectacular con soluciones técnicas orientadas a montar equipos de alto rendimiento en espacios reducidos: hemos probado la Shuttle SZ170R8 y estas son nuestras impresiones.

En un primer vistazo, la nueva propuesta de Shuttle recuerda mucho a otros modelos de la casa; totalmente construida en aluminio de alta calidad ofrece un nivel de ensamblaje sobresaliente (clave para evitar ruidos y holguras a posteriori) y una estética tan elegante como discreta. Mide 332 x 216 x 198 mm, así que cabe en casi cualquier sitio.

El Shuttle SZ170R8 está repleto de detalles marca de la casa; el tacto del aluminio es fantástico, los laterales están perforados para garantizar una refrigeración óptica, los botones están cromados y el frontal luce un material cepillado muy bien resuelto desde el punto de vista estético, si bien es todo un imán para las huellas.

El producto se entrega con una placa base propietaria basada en el chipset Z170 de Intel, compatible con procesadores Intel Core Skylake con TDP de hasta 95W. Para ponerlo en marcha es necesario adquirir el procesador, la memoria RAM y la unidad de almacenamiento que queramos.

De serie, la placa admite hasta 64 Gbytes de RAM DDR4 y ofrece cuatro ranuras para dispositivos de almacenamiento (discos duros mediante SATA III y SSD vía M.2.), soportando configuraciones de hasta 40 terabytes de capacidad.

A nivel de conectividad, contamos con 8 puertos USB 3.0, un eSATA, audio HD 7.1 integrado, toma Ethernet Gigabit y triple salida de vídeo para la GPU integrada en el procesador que elijamos, dos Mini-Display Port y un puerto HDMI 1.4.

En cuanto a refrigeración, Shuttle opta por una solución personalizada para el procesador que combina un radiador de aluminio con tres heatpipes de cobre encargados de mantener la temperatura interior bajo control. El ventilador trasero PWM de serie, de 92 mm., funciona bien y es silencioso salvo en condiciones de máxima exigencia.

Oculto bajo el frontal, los ingenieros de la compañía asiática han instalado un segundo ventilador de 80 mm. protegido por un filtro de polvo que tiene como misión introducir aire para refrigerar las unidades de disco. No es relevante si solo instalamos un SSD, pero sí ayuda a mejorar la fiabilidad del equipo para aquellos que tengan pensado convertirlo en una solución de almacenamiento aprovechando toda la capacidad disponible.

Una base perfecta para crear un equipo personalizado

La gracia de este tipo de producto es contar con una plataforma estable desde la que diseñar el ordenador que queramos, en función de nuestras necesidades. Si queréis un equipo para gaming, optar por un Intel Core i5 de gama media, 16 Gbytes de RAM DDR3, un SSD y una GPU NVIDIA GTX 1050 o AMD RX 460 podría ser una configuración ideal para jugar a 1080p a casi todo.

La fuente integrada es de 500W y está certificada como 80 PLUS Silver, así que no deberíamos tener problemas a la hora de elegir tarjeta dedicada (es importante elegir un ensamblador que monte una buena solución de refrigeración y que no supere los 28 cm de largo).

Si lo que necesitáis es una solución para trabajar se puede optar por un micro más modesto, 8 Gbytes de RAM y aprovechar la GPU integrada en el procesador, que suele ser más que suficiente para uso normal. También es buena opción como HTPC, apenas hace ruido y se puede instalar sin dificultades cerca del televisor, como centro de nuestro hogar digital.

Llegados a este punto merece la pena advertir a los aficionados al cine en casa; este chasis no incluye ranura frontal para unidades de disco, así que no podremos montar un grabador de Blu-ray. Es cierto que los formatos físicos cada vez se usan menos, pero nos parece un punto a destacar para un nicho de mercado que aprecia el modelo barebone.

Con el objetivo de comprobar el comportamiento del equipo en condiciones reales montamos una configuración todo-terreno utilizando un procesador Intel Core i5-6500 a 3.2 GHz, 16 Gbytes de RAM Kingston HyperX (en dos módulos) y un Samsung 850 Pro SSD de 120 Gbytes de capacidad. Como GPU instalamos una Asus Radeon RX 460 OC 2GB, con el objetivo de no superar los 900 euros de presupuesto (sin incluir el sistema operativo).

A partir de estos mimbres tenemos un equipo fantástico para trabajar o jugar, que apenas hace ruido y que añadiendo un pad inalámbrico se puede convertir en la mejor consola de videojuegos del mercado. La estabilidad del Shuttle fue fantástica en todo momento, mantiendo temperaturas de placa por debajo de los 35º grados en reposo y nunca más de 60º en plena actividad y con un ruido prácticamente nulo.

En términos de rendimiento, no hay diferencia alguna entre este barebone y cualquier sobremesa basado en Z170 con similares componentes; todo un logro, teniendo en cuenta que ocupa menos de la mitad que una torre de tamaño estándar.

Conclusiones

La Shuttle SZ170R8 tiene un precio recomendado de 379 euros (lo hemos encontrado por 357 en Amazon), al que debemos sumar los componentes que necesitemos (mínimo procesador, memoria y almacenamiento). No se puede considerar económico, pero debemos tener en cuenta que estamos ante un producto de alta calidad que se presenta como la plataforma ideal sobre la que montar un barebone de ensueño.

La decisión sobre si merece la pena invertir más en una solución como esta depende de cada usuario; no estamos ante un equipo para todo el mundo, sino una propuesta orientada a aquellos que aprecian unas dimensiones compactas, una estética muy lograda y la posibilidad de tener un equipo más «transportable» que una pesada torre. Es evidente que podemos conseguir una potencia similar por mucho menos recurriendo a un montaje por piezas, pero también que renunciamos al valor añadido que ofrece Shuttle en forma de diseño, tecnología y calidad.

Lo mejor es la posibilidad de montar equipos de alto rendimiento y la conectividad, excelente a pesar de su pequeño tamaño. En el lado negativo echamos de menos un adaptador de 3,5 a 2,5 en el pack, el lector SD, conectividad WiFi o Bluetooth de serie y la posibilidad de instalar una unidad óptica, si bien entendemos la decisión del fabricante. Nos encantaría ver una fuente de más potencia pero, de nuevo, es importante tener en cuenta las limitaciones técnicas de un espacio tan reducido.

Desde nuestro punto de vista, es una gran opción si tenemos claro el salto y las limitaciones de los formatos mini. Especialmente recomendado para aquellos que quieran un PC de salón bonito y silencioso, pero sin renunciar a la potencia y las posibilidades de personalización de la plataforma.