Europa investiga a Steam por sus códigos con bloqueo regional

La Unión Europea sospecha que Steam y cinco grandes desarrolladoras están utilizando códigos de activación de juegos con bloqueo regional para hacer negocio; así, la estrategia consiste en evitar que los usuarios compren códigos más baratos en un país distinto al suyo.

En el comunicado oficial (que podéis leer íntegro aquí) la Comisión investiga acuerdos bilaterales entre Steam y cinco grandes empresas del sector: Bandai Namco, Capcom, Focus Home, Koch Media y ZeniMax (que cuenta con estudios como Bethesda o id Software, entre otros), por los que Valve habría entregado códigos de activación con bloqueo regional, perjudicando la libre competencia frente a los pequeños desarrolladores y distribuidores que no tienen estos acuerdos.

A pesar de que en Europa tenemos un mercado y una moneda única, las diferencias de PIB per cápita y de política fiscal son muy importantes. Según la Unión Europea, estos códigos están limitando el acceso de los jugadores de un país a contenidos comprados en otro, práctica que puede infrigir las normas de competencia entre los estados miembros.

Como muchos usuarios saben, los juegos que se compran directamente en Steam rara vez tienen bloqueo regional, así que la investigación de los organismos europeos se centra en por qué está permitiendo que se generen situaciones de desequilibrio entre los desarrolladores y favoreciendo el monopolio. Tiendas tan conocidas como G2A o Kinguin basan su negocio en la compra de «keys» en países donde son más baratos para luego revenderlas en otros, ofreciendo juegos más baratos que en las tiendas oficiales.

Entre Steam y G2A hay importantes diferencias de precio.

Por otro lado, este «comercio paralelo» nunca ha sido aceptado oficialmente por Valve y hay casos de cuentas canceladas por canjear claves no oficiales; como dueños de la plataforma es evidente que son ellos quienes marcan las reglas, pero también que deben someterse a la legislación europea cuando operan en nuestro territorio.

Todavía es muy pronto para hablar de consecuencias y todavía no hay reacción por parte de ninguno de los investigados. Actualizaremos este artículo cuando tengamos más información.

Vía | Comisión Europea