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For Honor, análisis

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For Honor se presentó el 14 de febrero, un buen día para sacar a la venta un juego de batallas. Con esta última entrega hemos visto que Ubisoft se ha tomado las cosas con calma y For Honor ha llamado la atención de propios y extraños, ya que se podría decir que ha conseguido lo que no muchos juegos consiguen, el ansia por llegar a casa y jugarlo.

Todas las historias tienen un principio y es justo decir que la historia del For Honor brilla por su ausencia; la narrativa es casi inexistente y las misiones son tan genéricas que puedes saltártelas directamente. El valor real que tiene es que puede usarse como campo de pruebas, pero ya está.

Esto no quiere decir que For Honor sea menos juego por no tenerla, del mismo modo que no lo son LoL o Team Fortress. Al igual que en estos juegos, lo importante es el multijugador.

Un sistema de combate fácil de aprender, pero duro de dominar

El punto fuerte de For Honor es su sistema de combate. Es cierto que de primeras For Honor tiene una toma de contacto un tanto extraña, por lo que hay que darle mínimo un par de horitas para saber de qué va el asunto.

El sistema de base es el siguiente:

  • Fijas un objetivo
  • Tienes tres guardias: Superior, Izquierda, Derecha
  • Bloqueas y atacas dependiendo de dónde coloques la guardia.

Con esto de primeras, te sueltan al campo de batalla y te sientes como un minion más, y acabas suplicando al resto de niños del parque que dejen de pegarte.  Pero, si indagamos en el menú y en el apartado de personajes, de repente toda nuestra perspectiva cambia. Cada personaje tiene unos combos enmarcados dentro de un rol muy definido para cada uno, y de primeras piensas que ya has descubierto de que va el juego y que es un Hack&Slash, pero si miras más detenidamente ves que, además, cada personaje tiene una serie de habilidades que le permite construir una configuración diferente. Muchos combos son condicionales ( por ejemplo: golpe ligero, si lo aciertas y en el siguiente haces un golpe pesado obtienes determinado efecto) y cada personaje tiene el suyo. Aquí te pica la curiosidad pero tranquilos, no empecéis a jugar aún, meteros con un personaje en el modo tutorial avanzado, y ahí se os descubrirá de qué va de verdad For Honor.

Cada combate es una experiencia única que te obliga a dar todo de ti. Calcular distancias, romper guardias, cuando dar un golpe y cuando no, vigilar la stamina, decidir si puedes o no puedes con una situación, utilizar el entorno, todo esto a un ritmo frenético, que requiere de habilidad y picardía.

 

For Honor llevará un par de horas pillarlo, pero ser bueno y descubrir las peculiaridades de cada personaje es todo un reto personal.

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Lo de aprovechar los elementos del mapa es un arma de doble filo. Se ha oído mucho aquello de que en un juego que se llama For Honor, precisamente lo que menos hay es honor. Sí es cierto, pero, el Honor es algo que debes llevar tu. Si otro jugador lucha de forma poco honorable, tirándote por un barranco por ejemplo, depende de ti recuperar tu honor y castigarle por su falta del mismo.

De todas formas, según vas jugando con niveles más altos por lo general vas encontrando más gente que entiende que esto no es un Call of Duty medieval y que se disfruta mucho más teniendo un duelo honorable que mida las fuerzas de ambos contendientes.

Personajes

For Honor se divide en tres facciones: Samurais, Vikingos y Caballeros Medievales. Esta combinación digna de un episodio de “El guerrero más letal” da una combinación y ofrece un abanico de gustos más que suficientes.

Cada facción tiene cuatro personajes, equivalentes, pero no iguales. Podríamos decir que todos tienen un personaje de vanguardia equilibrado, un personaje con lanzas para mayor distancia, un personaje asesino ágil y letal pero frágil y difícil de controlar; y un personaje de tanque con escudo excepto en el caso japonés, que no lo lleva.

Y dentro de este tipo de personajes no hay ninguno que sea superior a los demás, efectivamente un asesino tiene mejor combate contra un personaje de vanguardia, pero si la vanguardia es bueno el asesino se va a llevar una buena tunda. Ningún personaje te asegura la victoria sobre otro.

Por último, la recreación épico-fantástica de los tres tipos diferentes de facción, así como el trabajo artístico de los distintos escenarios es genial.

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Modos de juego

Dominio: Este es en el que se desarrolla todo el potencial técnico de recrear un campo de batalla. Hay tres puntos a capturar A, B y C, divididos en tres calles, no tan definidas como el LoL en apariencia, pero las hay, es un modo que bebe mucho de los MOBA. En una de las calles, normalmente en el punto central, se van generando oleadas de minions, que si bien parecen inofensivos, no lo son en absoluto. Matar minions enemigos te da puntos para ir subiendo de nivel en la partida e ir desbloqueando nuestra configuración de habilidades. Los minions tienen que estar ocupando el punto de su calle para poder capturarlo y mantenerlo y aunque no te hagan daño, te quitan stamina y te rompen guardias, por lo que no es nada recomendable luchar contra un jugador enemigo entre sus minions.

Duelos 1 vs 1 y 2 vs 2: Bastante literal el nombre, destacar que los de 2 vs 2 ocurren simultáneamente, tratad de ser honorables pero atentos porque muchos no lo serán.

Eliminación: Duelos de 4 vs 4. Aquí además hay power ups por el suelo, cosa que no me gusta nada, personalmente es un modo de juego que detesto.

Escaramuza: Es como dominio pero con menos mininos y sin puntos de captura.

En mi caso disfruto de For Honor solo con esto, pero entiendo perfectamente a la gente que quisiera tener más modos de juego, ya que no es un abanico muy amplio.

Conexiones, Matchmaking y Micropagos.

Las conexiones en For Honor necesitan ser muy pulidas, hay fallos frecuentes y sinceramente lo de que si un jugador se desconecta o se conecta en mitad de una partida, esta se detenga, me parece muy de los 2000.

Luego tenemos el Matchmaking, que lejos de agruparte con gente de tu nivel te agrupa, según el cartel, con “todos los niveles de habilidad” lo que me hace preguntarme para que hay un Matchmaking entonces. Y esto nos lleva directamente al tercer punto.

Los personajes en For Honor van desbloqueando equipamiento según suben de nivel, todo el equipamiento siempre te da algo, y te quita de otra cosa, pero a niveles muy altos sí que pueden marcar una diferencia.

El problema es que en principio a este equipamiento se puede acceder simplemente mejorando y subiendo de nivel, pero cuesta mucho conseguirlo, y aquí es donde entran nuestros amigos los micropagos a fastidiar la fiesta

De los micropagos no me voy a detener a hablar, todos sabemos lo que pensamos, pero si espero una actualización pronto que solucione los temas de conexión y Matchmaking.

Conclusiones

A pesar de lo malo, recomiendo For Honor, si bien no a todo el mundo, eso sí, si además tenéis amigos para jugarlo, lo vas a disfrutar muchísimo más. Leed, probad, informaros y tener presente que no es un juego que tenga que atraer a todos, pero se ha ganado su público y ha tenido un éxito inesperado. Hacía mucho que un nuevo online no se sentía realmente distinto, que no exigía tanto del propio jugador, y que no te daba ansia por llegar a casa y jugar y por proponerte a ti mismo mejorar. Con un estilo artístico y unas animaciones muy pulidas que te atrapan. Y con un sistema que hace que luchar con otro jugador sea un espectáculo de habilidad y un reto personal muy satisfactorio.

Notas finales

8Nota

Gráficos8

Mecánica8

Jugabilidad 8

Historia5

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