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Guía: ¿Qué procesador es el mínimo recomendable para cada tarjeta gráfica?

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Una de las cosas que más preocupa a los usuarios a la hora de montar un nuevo PC es el conocido tema del cuello de botella originado por la CPU, algo comprensible ya que cada tarjeta gráfica puede tener unos requisitos determinados y necesitar un procesador de mayor o menor potencia.

Antes de nada quiero aclarar de forma extensa y clara qué es exactamente el cuello de botella provocado por la CPU, ya que es un tema bastante amplio y que creo que no todo el mundo ha terminado de entender, ni siquiera tras la publicación de este artículo, que sin duda os invito a repasar.

El cuello de botella implica que uno o más componentes ofrecen un rendimiento inferior al de otros elementos del sistema, y como trabajan de forma conjunta con aquellos frenan o limitan su verdadero potencial. Esta es la definición más simple que os puedo dar.

En el caso de la CPU es el procesador el que «alimenta» de datos a la GPU, y si ésta «tira fotogramas por segundo» con mayor rapidez de la que recibe información del procesador se verá frenada y no podrá trabajar a su máxima potencia. Esto nos permite entender exactamente qué es un cuello de botella por CPU.

Diferentes niveles de cuello de botella

Antes de nada quiero dejar clara una cosa que parece que no se entendió bien en el artículo anterior, y es que hay muchos niveles de cuello de botella dentro de un mismo tipo, y los mismos se ordenan y diferencian en función de su gravedad.

Con esto quiero decir que tener un cuello de botella por culpa de la CPU puede ser normal y de hecho ocurre incluso en equipos equilibrados, pero no es lo mismo que éste sea leve y aceptable o que sea grave y por tanto llegue a perjudicar nuestra experiencia de uso.

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Un claro ejemplo de cuello de botella aceptable puede ser el que se produce con un Core i5 2500K y un Core i5 6600K con ciertas tarjetas gráficas, como por ejemplo las GTX 980-GTX 1060-RX 480. Con el Core i5 podemos perder de media entre 2 y 15 FPS, pero en todo caso tendremos medias de fotogramas por segundo y una estabilidad que nos permitirán jugar sin problema.

Sin embargo un caso de cuello de botella que debemos evitar a toda costa sería el que tendríamos por ejemplo al utilizar un Core i3 2100 con cualquiera de las tres gráficas anteriores, ya que no lograremos aprovecharlas en absoluto y tendremos tasas de fotogramas por segundo bastante flojas, aunque tampoco llegarán a impedirnos jugar.

Finalmente podemos distinguir un tercer cuello de botella, que es aquél que llega a ser tan grande que aunque tengamos una tarjeta gráfica impresionante nos impedirá jugar con un mínimo de fluidez a una gran cantidad de juegos. Este sería el caso por ejemplo de unir por ejemplo una GTX 980 TI o una GTX 1070 con un Pentium serie 2000, 3000 o 4000.

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¿Qué procesador con qué tarjeta gráfica?

Antes de nada quiero dejar claro que es imposible hacer una recomendación con absoluta precisión por un hecho muy simple, cada juego tiene unos requisitos concretos y por tanto aprovecha mejor o peor un tipo determinado de procesador.

Un ejemplo sencillo lo tenemos en la mayoría de juegos anteriores a 2012, que funcionan sin problemas con procesadores Core 2 Duo o superiores a frecuencias 3 GHz, mientras que otros títulos más actuales como GTA V necesitan sí o sí cuatro hilos mínimo y un buen IPC (Sandy Bridge o procesadores FX de segunda generación) para conseguir un buen rendimiento.

Por otro lado también hay que tener en cuenta que algunos juegos (muy pocos) aprovechan más de cuatro núcleos, pero hoy por hoy lo que manda una vez que llegamos a ese mínimo es el IPC, es decir, el rendimiento bruto por núcleo, y en este sentido Intel saca una gran ventaja a AMD, cosa que esperamos se resuelva o al menos se acorte considerablemente con la llegada de ZEN.

Sin más preámbulos entramos con las recomendaciones concretas. Tened en cuenta que vamos a hablar de un mínimo para evitar cuellos de botella problemáticos, pero que son aproximados y hay muchas variaciones como hemos indicado anteriormente.

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Tarjetas gráficas de gama baja

En este grupo tenemos todas aquellas que empiezan a partir de una GT 740 con GDDR5-Radeon HD 7750 y llegan hasta una RX 460 o GTX 950.

El mínimo para estas tarjetas gráficas es un procesador Core i3 serie 2000, un FX serie 4300 o un Athlon X4 serie 800.

Tarjetas gráficas de gama media

Dentro de este grupo tenemos todos los modelos que van desde un GTX 770-Radeon HD 7950 y sus equivalentes más actuales, como las GTX 960 y R9 280, hasta las GTX 980-GTX 1060 y RX 470-RX 480.

El mínimo recomendable es un Core i3 6100, un Core i5 2500 o un FX 6350 de AMD.

Tarjetas gráficas de gama alta

Es una categoría en la que tenemos soluciones gráficas como las GTX 1070, GTX 1080 y las Radeon Fury X. Son tarjetas muy potentes y necesitan procesadores que puedan aguantar el tipo.

El mínimo recomendable es un Core i5 4460 o un FX 8370.

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Notas finales

Como hemos dicho en ocasiones anteriores a la hora de ampliar un equipo es imprescindible buscar un buen equilibrio de componentes si queremos tener una buena experiencia de uso, sobre todo en juegos, máxime con la mala costumbre que han tomado buena parte de los desarrolladores de hacer malos ports a PC y de no optimizar en absoluto.

Os recuerdo que hoy por hoy no vale la pena invertir en un procesador superior al Core i7 6700K, al menos en equipos para jugar, ya que sus cuatro núcleos y ocho hilos son junto a su alto IPC más que suficiente para mover cualquier cosa, y todo lo que está por encima de él no nos compensará en relación rendimiento-gasto.

Enlaces de interés: Guías MC.

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