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El Snapdragon 835 decepciona en las primeras pruebas de rendimiento

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Todos sabemos que el Snapdragon 835 de Qualcomm ha sido elegido como «corazón» para dar vida a buena parte de los smartphones tope de gama de nueva generación, pero las primeras pruebas de rendimiento que han aparecido nos dejan un sabor «agridulce».

Anandtech ha tenido acceso a una unidad de prueba (Mobile Development Platform) que monta dicho SoC, además de 6 GB de RAM y una pantalla de 5,5 pulgadas con resolución 1440p, y los resultados no son todo lo buenos que cabía esperar.

En general su rendimiento es prácticamente idéntico al de otros SoCs como el Kirin 960 de Huawei, pero además llega a quedar por debajo del Snapdragon 821 en la prueba de coma flotante de GeekBench 4, un detalle que os vamos a explicar a continuación de una manera sencilla.

Qualcomm ha destacado por utilizar diseños de CPU totalmente personalizados, lo que significa que aunque sus SoCs vienen con procesadores basados en arquitectura ARM se introducen modificaciones importantes sobre los mismos que acaban mejorando en gran medida el rendimiento.

Esto es en esencia lo mismo que hace por ejemplo Apple con los SoCs serie A9, utilizados en su gama de productos iPhone, iPad y iPad Pro, y logra marcar una diferencia muy grande frente a los otros chips que podemos encontrar en el mercado.

Sin embargo esa estrategia ha vivido algunas interrupciones. Un ejemplo claro lo tenemos en el Snapdragon 810, probablemente uno de los peores silicios que ha fabricado Qualcomm y no sólo por los problemas de sobrecalentamiento, sino porque además apostaba por una base pura de núcleos Cortex-A57 y Cortex-53, sin mejoras.

Con los Snapdragon 820 y 821 volvieron al buen camino e introdujeron avances importantes utilizando la arquitectura Kryo, pero en el Snapdragon 835 han llevado a cabo una estrategia a medio camino entre esas dos posturas que hemos explicado.

Esto quiere decir, en resumen, que el Snapdragon 835 utiliza núcleos Cortex y que trae mejoras propias, pero que las mismas han sido aplicadas directamente por ARM y son mucho menos pronunciadas que las que vimos en la arquitectura Kryo 280 del Snapdragon 820-821.

Esa realidad nos ayuda a entender mejor la decisión de LG, que como sabemos decidió mantener el uso de un Snapdragon 821 en su nuevo G6.

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