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Guía SSD: todo lo que debes saber, modelos y precios (Mayo 2018)

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[Última actualización Mayo 2018] Guía SSD con todo lo que debes saber de estas unidades de almacenamiento, incluida actualización de precios.

SSD es uno de los componentes más interesantes que hoy en día un usuario debe valorar en la compra de un equipo informático nuevo o en la actualización de un equipo existente, sea reemplazando el disco duro en un portátil o instalando una SSD junto a él en un ordenador de sobremesa.

Las ventajas de estas unidades de estado sólido sobre los discos duros son variadas, especialmente un rendimiento muy superior en tiempos de acceso, arranque del sistema operativo, en la apertura de aplicaciones o en transferencia de datos.

Basadas en memorias NAND flash, la ausencia de partes móviles de una SSD también le otorgan otras ventajas, en ruido, emisión calorífica o consumo. La mejora de su robustez y resistencia a fallos ha sido otra constante y las últimas generaciones se acercan al tiempo medio entre fallos (MTBF) que ofrece un disco duro de consumo.

La llegada al mercado de nuevos formatos aún más interesantes que los clásicos conectados a la interfaz SATA y la rebaja de precio constante que ha venido registrando el sector hasta 2016, ha añadido atractivos adicionales para convertir a SSD en el componente recomendado para almacenamiento masivo. Hoy repasamos todo lo que un usuario debería conocer de estas unidades y actualizamos la guía de compra con los modelos más interesantes en rendimiento/precio.

Formatos

El formato más popular y versátil es el que utiliza el estándar de 2,5 pulgadas (igual que los discos duros). Si lo vas a montar en un ordenador portátil solo tienes que asegurarte que su altura sea soportada, porque existen unidades de 9,5 mm y 7 mm. Para ordenadores de sobremesa, te sirven todos los existentes. Puedes utilizarlos tal y como se entregan aunque lo ideal es comprar un adaptador a 3,5 pulgadas para un mejor montaje en una torre de PC.

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El segundo formato más importante a valorar es el denominado M.2. Destinado a sustituir a los mSATA, sus ventajas en tamaño, peso y consumo sobre los que usan el estándar de 2,5 pulgadas, son enormes y se pueden utilizar en portátiles o sobremesa. También mejora en rendimiento dependiendo de la interfaz utilizada como luego veremos. Entre sus desventajas, podemos citar un mayor coste y menos versatilidad ya que no todas las placas base lo soportan.

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Un tercer formato que podemos encontrar para equipos de sobremesa es el de tipo tarjeta pinchada directamente en un slot PCI de la placa base. En este formato se incluyen las unidades que montan sus chips directamente en la tarjeta o si ésta se utiliza como accesorios para poder montar las M.2 anteriores en placas que no tengan un conector especializado.

Intel Optane 905P, otra SSD para la gama alta

Rendimiento – Buses de conexión

Otro elemento distintivo a la hora de comprar una SSD es su bus de conexión. Las unidades de 2.5 pulgadas se conectan a la interfaz SATA (no compres nada que no soporte SATA-III – 6 Gbps), mientras que M.2 se pueden conectar a SATA o a PCIe. Son éstas últimas las más extendidas y las que marcan la diferencia en rendimiento.

La interfaz utilizada termina redundando en un mayor rendimiento y es una de las principales ventajas de las SSD. Cuando reemplaces un disco duro verás como tu portátil “vuelve a la vida” en tiempos de arranque, apertura de aplicaciones, transferencia de archivos y en rendimiento general de la máquina.

Sin embargo, no todas las SSD ofrecen el mismo rendimiento incluso bajo el mismo bus de conexión, derivado de las memorias utilizadas y especialmente de su controlador. El usuario que compre hoy un SSD, no debería conformarse con menos de una unidad que no alcance los 500 Mbytes por segundo sobre SATA en velocidades de transferencia de datos tanto en lectura como en escritura. Hay SSDs muy baratas que rebajan este dato especialmente en escritura. Evítalas, no merecen la pena.

Las M.2 que utilizan PCIe son las unidades más rápidas que vas a encontrar en almacenamiento sólido de consumo. Utilizan la interfaz nativa PCI-e para disparar su rendimiento hasta un máximo teórico que llega a multiplicar por cinco el de las unidades de estado sólido conectadas a SATA. Aunque en sus inicios su precio era prohibitivo para el gran consumo, las distancias frente a SATA se están reduciendo y por ellas pasan el futuro del almacenamiento en PC.

A destacar que las nuevas generaciones de SSD M.2 PCIe soportan el estándar NVM Express, diseñada desde cero aprovechando la baja latencia y el paralelismo de los SSD PCI Express, ofrecen un rendimiento espectacular, convierten la unidad en arrancable, permitiendo prescindir completamente de otras unidades de almacenamiento, como los discos duros.

Si vas a comprar este tipo de SSDs para reemplazar por completo disco duros, asegúrate que tu placa soporta o puede ser actualizada para soportar el protocolo NVM y convertir la unidad en arrancable. De lo contrario, no podrás utilizarla como unidad principal para instalar en ella el sistema operativo.

Capacidad

Hay una diferencia importante entre la forma que manejan los datos una SSD y un HDD. Una SSD escribe datos en trozos llamadas “páginas”. Un grupo de páginas se denomina un bloque y con el fin de escribir nuevos datos en un bloque ocupado, todo el bloque tiene que ser borrado primero. Para evitar la pérdida de datos, toda la información que existe en el bloque primero debe ser trasladado a otro lugar antes de que el bloque se puede borrar. Una vez que los datos se mueven y el bloque se borra, sólo entonces se pueden escribir.

Este proceso es casi instantáneo pero requiere espacio libre vacío para que funcione correctamente. Si no hay suficiente espacio libre el proceso pierde eficiencia y se ralentiza. Comentamos este apartado técnico porque afecta a la capacidad cuando realizamos la compra de una SSD. Para lograr su máxima eficiencia deberíamos dejar libre aproximadamente un 20 por ciento de la unidad.

De ahí que -actualmente- recomendemos la compra de una unidad de al menos 250 Gbytes si la queremos instalar en un ordenador portátil para reemplazar el disco duro instalado. Evitaríamos las unidades de 128 y 64 Gbytes, exceptuando si el presupuesto es crítico.

En un PC de sobremesa las necesidades de capacidad de almacenamiento son mayores tanto si reemplazamos todos los discos duros (caro pero más efectivo) como si hacemos convivir la SSD (como primera unidad de arranque para el sistema y aplicaciones) con el/los discos duros instalados.

Guía: Montaje de SSD en un PC manteniendo el disco duro

Montar una SSD de baja capacidad y precio que funcione junto al disco duro es una buena opción para no gastar demasiado. Si tu presupuesto es más amplio y quieres lo mejor, puedes apostar totalmente por SSD. Unidades con 1, 2 y 4 Tbytes son ya comunes; Fixstars tiene a la venta modelos con 6 Tbytes; SanDisk o Samsung comercializarán unidades de 8 Tbytes este año, lo mismo que Intel de la mano de Micron ofertará modelos con 10 Tbytes.

Resistencia y Longevidad

A pesar de sus componentes mecánicos, los discos duros siguen siendo “norma y seña” en cuanto a resistencia de unidades de almacenamiento y de ahí su uso masivo en servidores y centros de datos 24/7 donde prima la fiabilidad por encima de todo. Además, requieren pruebas y certificaciones que pueden durar meses y por ello la entrada de SSDs ha sido hasta ahora tímida.

A diferencia de los discos duros, las SSD no tienen partes móviles lo que les otorgan una gran ventaja en cuanto a imposibilidad de fallo mecánico. Por contra, los SSD son más propensos a fallos de energía eléctrica mientras que la unidad esté en funcionamiento, provocando corrupción de datos o incluso el fallo total de los dispositivos. Además, los bloques de memoria en un SSD tienen un número limitado de operaciones de escritura.

Afortunadamente, las nuevas generaciones han mejorado muchísimo en fiabilidad. Todas las SSD incluyen células de memoria adicionales libres para cuando las otras fallen no perder capacidad, reasignando sectores dañados. Los fabricantes ofrecen 3, 5 o hasta 10 años de garantía y la vida media oficial de una SSD se estima entre 5 o 7 años.

Últimas pruebas de resistencia han confirmado este aumento de fiabilidad con algunas series de unidades sobreviviendo después de soportar una prueba masiva de escritura por encima de los 2 petabytes. Una cantidad de datos enorme que un usuario en condiciones reales (normales de uso) tardaría decenas de años en completar.

En las últimas generaciones de SSD, los fabricantes están apostando por las memorias flash NAND TLC, triple nivel por celda. Esta tecnología aumenta la densidad de almacenamiento y rebaja costes, pero reduce la resistencia de formatos anteriores como MLC y especialmente SLC, Single-Layer Cell que solo almacena un bit por celda y que ya no verás en el mercado de consumo.

Compra SSD – Modelos y Precios (Mayo de 2018)

Una vez conocido todo lo anterior nos vamos de compra. Aunque no es el motivo de esta guía, tendríamos mucho que tratar sobre el controlador utilizado, la caché, el fabricante de la memoria, su tipo o el sistema de fabricación que veíamos en el párrafo anterior. Baste conocer que cualquiera de los grandes fabricantes (Samsung, Kingston, OCZ (Toshiba), SanDisk (WD), Crucial…) nos van a ofrecer modelos interesantes y variados en rendimiento y capacidad.

En cuanto al coste, destacar que todas y cada una de las series que seguimos regularmente han bajado de precio en el último trimestre. Y algunas de ellas con mucha fuerza, tanto en los modelos SATA como los PCIe, rompiendo como pronosticaban los analistas la subida de precio del último año a medida que se ha ido reduciendo los costes de memorias NAND Flash.

Desde la última actualización de esta guía en febrero, ha habido algunas novedades interesantes, si bien no todas están disponibles todavía. Las más importantes han sido las SSD 970 PRO y EVO, rapidísimas conectadas a PCIe. Otra ha sido la Micron 5210 ION, un SSD que viene equipado con memoria NAND Flash QLC y que marca un avance importante frente a las generaciones actuales basadas en memoria NAND Flash TLC. La Intel Optane 905P es otra de las nuevas SSD para la gama alta, además de la WD Black 3D NVMe para el gran consumo.

Si estás dispuesto para la compra, te ofrecemos una selección de la oferta actual de unidades de estado sólido, con diferentes capacidades. Los separamos por los formatos SATA y PCIe que hemos visto en el artículo. No te vas a equivocar; hay muchísima oferta de todos los fabricantes y repetimos, con amplia rebaja de precios desde comienzos de 2018.

SSD SATA

  • Samsung EVO 860. Una serie que ofrece 250 GB, 500 GB y 1 TB por 69, 115 y 234 euros, respectivamente. Las nuevas versiones añadidas son las de 2 TB por 556 euros y 4 TB por 1.018 euros. Samsung también mantiene la distribución del modelo anterior EVO 85o, aunque la verdad es que no merecen la pena porque tienen un precio igual o superior.
  • Kingston SUV500. Novedad de este mismo mes. Gran velocidad y 5 años de garantía, con 480 GB de capacidad por 119 euros y 960 GB por 326 euros.
  • Kingston SSDNow UV400. Versión anterior con variantes de 120 GB supereconómicas por 39 euros; de 240 GB por 66 euros, 480 GB por 133 euros y una versión con 960 GB por 297 euros.
  • Crucial MX500. Novedad de comienzos de año se ofrece en versiones de 250 GB, 500 GB, 1 y 2 Tbytes, con precios respectivos de 69, 121, 226 y 482 euros.
  • SanDisk SSD Plus. Otra de las grandes del sector, adquirida por WD, con una serie de consumo que ofrece versiones de 240 GB por 65 euros, 480 GB por 113 euros y la versión de 960 GB por 212 euros.
  • OCZ TR150. Recuperada con la compra de Toshiba, monta memorias del fabricante japonés (de lo mejor del sector) y ofrece unidades de 480 GB por 149 euros.
  • Crucial MX300. Muestra de integradores que trabajan con memorias externas, en este caso de Micron, ofreciendo unidades en capacidades de 275 GB por 79 euros; 525 GB por 124 euros y de 1 TB por 236 euros. La unidad superior de 2 Tbytes cuesta 487 euros.
  • Toshiba TR200. Una de las novedades de este año fue la Toshiba TR200, disponible en capacidades de 240, 480 Gbytes por 52 y 121 euros, respectivamente. La versión de 960 Gbytes no está actualmente disponible.
  • WD Blue SSD. Muestra de la entrada de los grandes fabricantes en el sector de las SSDs son las nuevas unidades de Western Digital, con capacidades de 250 y 500 Gbytes por 90 y 141 euros, respectivamente. La unidad superior con 1 Tbyte cuesta 254 euros.

SSD M.2 – PCIe

  • Samsung 960 EVO. De lo mejorcito del segmento en rendimiento  en almacenamiento de consumo: 3.200 Mbytes por segundo en modo lectura. De nuevo ha bajado de precio y ahora mismo se puede comprar la unidad de 250 GB por 101 euros, el modelo de 500 GB cuesta 177 euros y la versión de 1 Tbyte, 339 euros.
  • Samsung 960 PRO. Pocas más rápidas. a del mercado y la más rápida: 3500 MB/seg en lectura. La unidad de 512 GB ha vuelve a bajar de precio hasta 252 euros, mientras que el modelo de 1 TB cuesta 485 euros. La versión superior de 2 Tbyte cuesta 1.099 euros.
  • WD Black PCIe SSD. Otra de las novedades este año es una unidad de estado sólido del líder de discos duros con 2050 MB/s en lectura. Con 256 Gbytes cuesta 96 euros y con 512 GB por 170 euros. Como la inmensa mayoría del resto de modelos, han bajado de precios.
  • Toshiba OCZ RD400. Toshiba ofrece un modelo MLC NAND con memorias propias de 15 nanómetros y un rendimiento estratosférico: hasta 2.600 MB / s y 1.600 MB / s. La variante de 256 GB cuesta 150 euros, mientras que la de 512 GB cuesta 303 euros. De las contadas que han subido de precio.
  • Kingston A1000. Otra de las series de M.2 recomendables (de menor rendimiento que las anteriores, pero más baratas). con velocidades de hasta 1500 MB/s en lectura y 1000 MB/s de escritura. Ofrece un adaptador HHHL opcional para pincharlo en slot PCI si no tiene un conector M.2 dedicado. La versión de 240 Gbytes cuesta 86 euros y la versión de 480 GB tiene un precio de 141 euros y la de 960 GB cuesta 297 euros. Si tienes bastante con su rendimiento es una de las más baratas SSD PCIe.
  • Corsair MP500. Utiliza memorias de Toshiba y es muy rápida (3.000 / 2.400 MB/s). En formato M.2, ofrece versiones de 120, 240, 480 y 960 Gbytes, con precios respectivos de 78, 115, 232 y 547 euros. Menos esta últimas, las otras tres han bajado de precio.
  • Intel – 600p. Interesante por precio es este modelo M.2 con 512 GB por 193 euros.
  • Intel Optane SSD 900P. Una de las novedades del trimestre cuesta 421 euros en su versión de 280 GB. Más lentas que las grandes del segmento (Lectura: 2400 MB/s, escritura: 2000 MB/s) son muy, muy caras. Su única ventaja es su formato U.2, 2,5 pulgadas pero conectable a PCIe cara todavía.
  • Samsung 970 PRO. Una de las grandes novedades de este mismo mes y la más avanza y rápida del sector (3.500 MB/s lectura y hasta 2.700 MB/s en escritura). La versión con 512 GB cuesta 313 euros y la de 1 TB, 608 euros.
  • Intel Optane 905P. Otra de las novedades también está disponible, pero su precio de 1.432 euros por 1 TB es una auténtico disparate y no supera al modelo de Samsung. A este precio, olvídala.

Recursos, comparativas, guías de uso y montajes:

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