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El círculo vicioso de la mensajería instantánea

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Ayer, definitivamente, murió Google Talk. El viejo servicio de mensajería se venía arrastrando desde hacía años, todavía en funcionamiento, pero eclipsado por su sucesor, Hangouts. El problema es que Hangouts también es un producto eclipsado por la competencia, otro que se arrastra a la espera de que el gigante de Internet lo aplaste en favor de cualquiera de las alternativas que ofrece, o, quizás, de una nueva sacada de la manga tarde y mal, tal y como han hecho en los últimos tiempos.

Hubo un momento, sin embargo, en el que Google Talk brillaba. Convertido en el relevo de facto del Messenger de Windows, el novedoso cliente de mensajería instantánea de Google se asentaba a la sombra de un fenómeno llamado Gmail y su integración con este, además de basarse en el protocolo abierto XMPP, lo cual permitía a aplicaciones de terceros implementar soporte fácilmente, lo elevaron a la altura de los más grandes. Entonces llegó Facebook, popularizando a su vez otro servicio de chat que al igual que Google Talk utilizaba XMPP.

Es decir, ambos servicios eran privativos, pero gracias a un protocolo libre los usuarios podían al menos reunirlos en una misma aplicación. Aquella fue también la época dorada de los clientes multiprotocolo y aún quedan excelentes ejemplo en activo, véase Pidgin. Quién sabe si ambos gigantes hubiesen unido fuerzas por estandarizar XMPP, qué hubiese pasado.

Pero en la última década tecnológica no han habido tiempos muertos que valgan y los smartphones se unían a la fiesta con nuevas y tentadoras capacidades, nacía WhatsApp… Y así estamos. Salvando las distancias, la situación no difiere demasiado: antes mandaba uno rodeado de alternativas, y ahora manda otro rodeado de alternativas, solo que las dos principales, las dos que se comen la mayor parte del pastel, pertenecen a la misma empresa: Facebook Messenger y WhatsApp.

facebook messenger - whatsapp

Mientras tanto, Google ha perdido la ventaja que una vez tuvo. O eso parece, porque la compañía no ofrece datos de uso actualizados. Así, le ha costado años pulir una aplicación tan potente a priori como es Hangouts para asemejarla a otras -de nuevo, a priori- tan sencillas como WhatsApp y cía: mensajería instantánea simple, eficaz, con grupos, etc; todo lo tiene ya Hangouts, pero es tarde y la insistencia en incrustar la aplicación a la fuerza en Android solo ha empeorado su imagen.

Google se plantaba el año pasado con hasta cinco aplicaciones de mensajería -Talk, Hangouts, Allo, Duo y en menor medida Spaces- y ninguna parece haber cuajado, con la honrosa excepción del difunto Google Talk tiempo ha. De hecho, Spaces se daba por finiquitada aún antes, por lo que solo quedan tres. ¿Y el resto de actores? Según el mercado algunos destacan más que otros, pero ninguno es competencia para la pareja de ases de Facebook.

Por supuesto, hay quien usa Telegram (aquí nuestro canal público), quien usa alguna otra de las decenas de alternativas existentes e incluso quien se mantiene con algún cliente de XMPP u otros protocolos libres. Pero nada ha cambiado sustancialmente. Estamos casi como estábamos y todo por culpa de la libre competencia, para más inri. Solo falta por ver qué viene después.

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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