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Análisis

FIFA 13

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Imprevisibilidad. Esa sería la palabra que podría definir la principal diferencia entre este FIFA 13 y sus predecesores. Esa imprevisibilidad hace que por primera vez nos encontremos ante un FIFA que en esas primeras partidas hace sentir incómodos tanto a los nuevos como a los viejos seguidores de la saga.

Porque aceptémoslo: a todos nos gusta eso de llevar el balón pegado al pie nada más recibirlo. Esa era una de las pocas fallas en el realismo de un juego que se ha propuesto seguir su línea ascendente a la hora de reflejar con todo lujo de detalles el deporte rey en prácticamente todo el mundo. El fútbol nunca había sido más realista en FIFA. Y precisamente por eso esas primeras impresiones son las de encontrarnos ante un juego distinto al resto de los anteriores FIFA, Más imprevisible, sí. Pero también más real.

Más control, más realismo

En ese factor ha jugado un papel fundamental el motor de física de este videojuego, que se ha adaptado para integrar esa tecnología llamada First Touch Control, que se une a otras incluidas en la anterior versión («Precission Dribbling«, «Tactical Defending» o «Player Impact Engine«) y que precisamente toma en cuenta factores como la velocidad del pase, su efecto o la velocidad relativa del jugador con respecto al balón para hacer que ese primer toque que da el jugador al recibir un pase sea mucho más impredecible.

De hecho, la tecnología afecta a todos los jugadores: evidentemente los jugadores con mayor calidad acusarán ese caótico efecto de ir a recibir el balón en carrera y ver cómo se pierde el control totalmente en ese primer toque si no tenemos cuidado, pero como ocurría con otros temas (regates, pases), a mayor calidad, mayor control sobre los efectos colaterales de ese primer toque.

Ficha técnica

A esa imprevisibilidad de FIFA 13 que tanto realismo aporta el juego se une una mayor velocidad en todo. Los desarrolladores de FIFA 13 parecen haber creído conveniente poner el juego a más revoluciones. Todo es más rápido, y si uno vuelve a jugar a FIFA 12 u otros antecesores tras jugar a FIFA 13 se da cuenta de que parece que en esta nueva entrega tenemos menos tiempo para pensar, algo que también contribuye al citado realismo.

El apartado de los controles del juego también se ha modificado con el llamado «Complete Dribbling«, que complementa a la tecnología de FIFA 12 para aportar aún mayores posibilidades a la hora de superar a los defensores, ya que se ha separado la dirección del movimiento del jugador de la dirección en la que encaramos a los defensores. Esta característica ha sido trasladada desde FIFA Street, y su efecto es devastador a la hora de generar ocasiones de gol si logramos aprovechar sus posibilidades.

No solo tendremos más posibilidades al atacar: la defensa táctica de FIFA 12, que tan polémica resultó en su arranque –el tiempo ha dado la razón a EA, este sistema es mucho más realista– se ha mejorado y ahora es más fácil presionar al otro equipo, pero además al hacer un intento de quitar el balón al contrario (tackle) no nos quedaremos tan «vendidos» como en FIFA 12, donde intentar uno de estos robos era arriesgarse a dejar al atacante totalmente solo ante el resto de la línea defensiva, descompensando así esa línea.

También es interesante señalar que para hacer el juego aún más realista se han mejorado algunos apartados del Impact Engine, haciendo que las lesiones tanto por contacto con otros jugadores como por un esfuerzo demasiado prolongado –las roturas en medio de una carrera son más frecuentes de lo que nos gustaría si estamos usando demasiado el gatillo- se produzcan con cierta frecuencia.

Modos de juego

Era difícil ofrecer más posibilidades de disfrute de un videojuego que va más allá de los modos de juego online y offline, pero en FIFA 13 se han superado de nuevo potenciando lo que ya funcionaba y reforzando áreas en las que la cobertura no era tan completa.

El primer ejemplo son los llamados Skill Games o Juegos de Habilidad, una serie de pruebas que nos permitirán dominar muchas de las nuevas técnicas de forma bastante notable. De hecho, estas pruebas son casi un juego en sí mismas, ya que existen diversos niveles para cada una de ellas y la dificultad para lograr el máximo nivel (oro, plata bronce) crece de forma significativa, de igual forma que lo hace la adicción a estas pruebas. El reclamo: mostrarlas antes de cada partido contra el ordenador o la consola -en lugar del anterior modo de entrenamiento libre de disparo con un jugador- lo que hace que podamos realizar tantos intentos como queramos antes de pasar al partido en sí.

Otro de los modos mejorados es el modo mánager, en el que además de tener más control sobre todos los aspectos de gestión de nuestro equipo podremos aspirar a convertirnos en seleccionador nacional -siempre y cuando cumplamos y superemos los objetivos de los equipos de los que somos mánager- y que se combinará -algo que no pasa a menudo en el mundo real- con nuestras tareas de mánager en un club. En este punto es interesante señalar el soporte de Kinect como gestor de órdenes de voz, tanto en modo mánager como cuando jugamos un partido, ya que durante su transcurso podremos gritar ciertas frases e incluso hacer ciertos cambios (sin parar el juego, con una pequeña pantalla que aparece sobreimpresionada en una esquina)… si logramos hacer las dos cosas al mismo tiempo.

En el modo Ultimate también se aprecian notables mejoras, sobre todo en la introducción de las temporadas que son ya un modo imprescindible para los jugadores online -ahora también disponibles y muy divertidas en el modo Ultimate- y de los torneos para ir ganando puntos y así posibilitar la mejora de la calidad de nuestra plantilla. La búsqueda y selección de nuevos jugadores, personal técnico, entrenamientos y objetos adicionales (balones, escudos, equipaciones, estadios) se nutre de un sistema de compra de puntos que hace este modo Ultimate mucho más completo y atractivo.

Las famosas Temporadas siguen triunfando tras su debut en FIFA 12, y resultan un modo óptimo de jugar en el modo online y de medirnos a rivales de similares características tanto en experiencia y manejo de FIFA como en calidad de las plantillas. Además, ya es posible guardar las plantillas titulares por defecto sin tener que configurarlas partido tras partido, un pequeño pero interesante elemento adicional de este modo. La presencia de más equipos nacionales -aunque aquí la oferta es aún limitada-  y sobre todo de más clubes de divisiones inferiores -las segundas divisiones de España, Inglaterra, Alemania, Francia e Italia están en FIFA 13- sin duda alegrará a los aficionados a esas categorías.

A estos modos se le une el nuevo Match Day, un sistema que debuta en FIFA 13 y que permite disfrutar de amistosos muy interesantes porque en cada momento se refleja la realidad del mundo futbolístico: los equipos (y jugadores) tendrán mayor o mejor rendimiento en el juego dependiendo de su rendimiento en la vida real, y si un jugador está lesionado en cierto momento en su equipo en la realidad, no podremos seleccionarle en FIFA 13 en modo Match Day porque esa información será igualmente válida en el juego. Una curiosa forma de trasladar la realidad al juego que incluso se nota en los comentarios durante el partido.

Sin embargo en este punto debemos poner el primer y probablemente único «pero» importante a FIFA 13, que tarda demasiado en encontrar una partida online disponible, y que incluso de encontrarla puede que acabe desconectándonos por problemas que no alcanzamos a comprender. Tanto en el modo temporadas como en otros modos en los que podemos jugar online -por ejemplo, en los modos en los que jugamos partidos de hasta 11 jugadores online contra otros 11- lograr que el partido comience por fin puede llevar varios intentos y la sensación acaba siendo decepcionante, sobre todo teniendo en cuenta que si vemos la información de jugadores conectados (cientos de miles) no se entiende que las partidas online tengan tantos problemas para establecerse e iniciarse.

A nivel gráfico y de sonido las novedades son menores, y simplemente se ha mantenido en la mayoría de los casos lo logrado en anteriores entregas. En FIFA 13 encontramos más animaciones de interés -suplentes calentando en la banda, evitar que el balón salga fuera de banda deslizándose, los nuevos movimientos de los regales- pero la calidad gráfica en sí no ha cambiado sustancialmente. El apartado sonoro sigue estando muy bien resuelto y los comentarios de Manolo Lama y Paco González son adecuados, y se complementan además sobre la información «en el terreno de juego» cuando hay una lesión de algún jugador, aportando mayor realismo al juego.

Otro problema que sigue notándose en esta entrega es el hecho de que aunque la IA se ha mejorado en algunos apartados -por ejemplo, nuestros compañeros de equipo buscarán desmarques mucho más activamente en el ataque, y se colocarán mejor en la defensa- no ha sucedido lo mismo al jugar contra el PC o la consola en clase mundial o clase leyenda: seguimos teniendo la sensación de que esos equipos no respetan la realidad, y un lateral de segunda B puede fácilmente correr más y ser más hábil que un Di Maria con el que intenamos ganar un partido de Copa del Rey.

Conclusiones

Los jugadores no tan aficionados a la safa futbolística creada por Electronic Arts quizás no acaben de entender que cada año este gigante de la industria del videojuego lance una nueva versión de un juego que aparentemente ya está lo suficientemente logrado. De hecho, las diferencias fundamentales entre unas y otras versiones pueden no justificar para algunos ese coste de los juegos año tras año.

Y sin embargo, ese ciclo y ese coste nos parece totalmente justificado en un FIFA 13 que vuelve a dar una buena vuelta de tuerca a FIFA 12 para hacerlo más realista que nunca. Puede que ese realismo eche para atrás durante las primeras partidas, pero creednos: la imprevisibilidad acaba agradeciéndose, porque hace que el juego sea mucho más realista, más entretenido, y más adictivo. Salvo por los problemas de conexión a partidos online -que puede que se vayan difuminando a medida que EA y sus servidores se ajusten al número de jugadores- nos encontramos ante otra entrega imprescindible de FIFA.

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