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Hay servicios de correo electrónico que protegen tu privacidad

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¿Qué importancia tiene el correo electrónico hoy en día en las comunicaciones de las personas? Parece que ha perdido el fuelle de antaño, pero lo cierto es que mucha gente todavía depende de él para sus quehaceres e incluso sin ser así, se mantiene como primer y último recurso al que todo internauta se agarra. Por lo tanto, no importa lo poco o mucho que se use, porque lo que no ha perdido es su esencialidad.

El correo electrónico es el baluarte de la información personal del usuario, donde recibe mensajes, confirmaciones, facturas, suscripciones…; a través del cual verifica cuentas, recupera contraseña, gestiona contactos… Y si bien los principales proveedores se preocupan de garantizar la calidad del servicio, un aspecto crítico como la privacidad es vulnerado sistemáticamente. Un vistazo a las condiciones de uso y políticas de privacidad es suficiente para comprender que de entre los grandes proveedores no se salva ni uno.

Gmail, Outlook, Yahoo Mail y otros tantos son productos de primera, repletos de características, muy potentes, seguros, siempre disponibles y gratuitos. Si viviéramos en el mundo ideal todo estaría en orden, pero no es el caso. En el mundo en que vivimos el bueno, bonito y barato gratis existe porque en lugar de dinero se paga con datos. Datos que la empresa de turno usará por lo general para mejorar el servicio y refinar la publicidad que lo sostiene; datos que sin ser públicos, tampoco son privados en el sentido particular y personal de cada individuo, puesto que no solo el individuo tiene acceso a ellos.

De un tiempo a esta parte, sin embargo, están surgiendo nuevos servicios de correo electrónico que además de respetar la privacidad del usuario, la protegen, que no es lo mismo. Podríamos calificarlos como los e-mail de la era post-Snowden, alternativas enfocadas en la seguridad y privacidad por encima de todo, y aunque resulta obvio señalarlo, suelen compartir cuatro pilares básicos:

  1. Servidores en Europa. Estados Unidos no genera confianza para desarrollar proyectos de este tipo. Nadie se fía de que la legalidad sea respetada o no se doblegue a los intereses de organismos como la tristemente famosa Agencia de Seguridad nacional (NSA). Como muestra, así acabó el FBI con Lavabit, el servicio de correo electrónico cifrado que utilizó Edward Snowden para comunicarse con periodistas.
  2. Cifrado local en el lado del cliente. Los datos se cifran en origen con una clave que solo el usuario posee y que si olvida no podrá recuperar, perdiendo asimismo el acceso al servicio. Un pequeño riesgo a cambio de una gran ventaja que beneficia a ambas partes, pues garantiza la privacidad del usuario y exime a la empresa de responsabilidades por las actividades de éste.
  3. Open Source. Y es que cuando se trata de demostrar la exactitud de un software que dice defender la privacidad cifrando datos en la aplicación que usa el cliente y en ningún sitio más, el código abierto es la única vía posible. Ergo, en pos de una privacidad verdadera, solo cabe total transparencia. «Hablar es barato, enséñame el código» es una cita del creador de Linux que aun estando referida en un contexto diferente, nos sirve.
  4. Facilidad de uso. Porque herramientas para cifrar mensajes y archivos ya existen, pero su uso requiere de interés y aprendizaje, algo a lo que el público no está dispuesto. El reto está en ofrecer un sistema accesible para el usuario común, cuyas características puedan ser verificadas por expertos.

Sobre tal base se han fundado servicios como Lavaboom, ProtonMail o Tutanota, tres de las alternativas más llamativas y avanzadas en este campo, cada cual con su propia visión del producto y camino recorrido. Hay que tener en consideración que el boom de la privacidad es reciente y las cosas están un poco por hacer, por lo que no es de extrañar que no encontrar en ningún caso la solidez de Gmail, Outlook o Yahoo Mail en cuanto a funciones y extras.

Por ejemplo, ProtonMail está por estrenar sus aplicaciones móviles -se puede entrar con cualquier navegador web-, Tutanota aún no ha implementado algo tan básico como los borradores y Lavaboom ni siquiera ha dejado la fase de beta con invitación. De momento ofrecen las funciones y espacio de almacenamiento justos. Por el contrario, son servicios funcionales, que es lo que importa, y están en desarrollo activo, presentando mejoras de manera habitual.

¿Es factible un cambio de plataforma a estas alturas de la vida? ¿Abandonar la comodidad y potencia de Outlook o Gmail solo para disfrutar de privacidad? La decisión es difícil en lo personal e imposible en lo general, debido a la inercia del mundo: si todos los contactos se mantienen inalterables en los servicios tradicionales, todas las comunicaciones estarán igualmente comprometidas; se emplean métodos para contrarrestar este efecto, pero no son razonables a la larga.

En último término las herramientas están, solo falta un cambio de mentalidad masivo que parece lejos de darse. No obstante, es un tema candente sobre el que todo internauta debería permanecer informado, además de un tema interesante para quien se apasiona con la tecnología. Y como nosotros somos de esos, valga esta pequeña introducción mientras probamos a fondo los servicios señalados. ¿Se puede puede sobrevivir a Gmail? Muy pronto en MC (!).

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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