Samsung suspende la producción del Galaxy Note 7

Samsung ha detenido (temporalmente) la producción del Galaxy Note 7 ante los últimos incidentes con los terminales nuevos (reemplazados), informa la agencia de noticias coreana Yonhap. 

La suspensión temporal de la producción del Galaxy Note 7 se produciría para colaborar con los reguladores de consumo de Corea del Sur, Estados Unidos y China, explica a la agencia un ejecutivo de Samsung que ha preferido mantenerse en el anonimato porque la noticia aún no es oficial. Dala por hecha. La suspensión incluye una fábrica en Vietnam encargada de los envíos internacionales del terminal.

Como sabes, Samsung anunció a comienzos de septiembre una retirada masiva y global del Galaxy Note 7. Una medida drástica y sin precedente fruto de una investigación interna sobre los casos reportados de calentamiento e incendio en las baterías en un pequeño número de unidades, pero suficientes para detener su venta por motivos de seguridad.

Samsung puso en marcha un programa de devolución de todos los Galaxy Note 7 vendidos hasta entonces. Unas 2,5 millones de unidades que serían reemplazadas por unidades nuevas con las baterías revisadas.

Siguen los incidentes con los modelos nuevos

Cuando pensábamos que Samsung había recuperado el control con el relanzamiento de las nuevas unidades y en teoría sin los problemas con las baterías, un Galaxy Note 7 nuevo (reemplazado) se incendió el pasado miércoles en un avión antes del despegue de un vuelo de Southwest Airlines. No hubo heridos ni otros daños que el del propio terminal, pero obligó a la evacuación de la tripulación y los pasajeros con la consiguiente publicidad negativa para Samsung.

En los días siguientes se han reportado hasta 8 incidentes con modelos nuevos en Estados Unidos, Taiwán y Corea del Sur. El resultado ha sido que operadoras como AT&T y T-Mobile anunciaron ayer mismo la suspensión de venta de terminales “a la espera de una mayor investigación de los incidentes reportados”. Tampoco reemplazarán los terminales devueltos con los nuevos, sino con otros terminales, de Samsung o de terceros.

Si el primer programa de reemplazo (gratuito, rápido y contundente) fue valorado positivamente como soporte a sus clientes y muestra de responsabilidad corporativa, lo sucedido esta semana es un desastre para Samsung porque se trata de terminales reemplazados y vendidos como “nuevos” y “seguros”.

Aunque los terminales afectados sigan siendo mínimos en relación a unas ventas que deberían estar siendo millonarias, porque más allá de los problemas de las baterías es uno de los mejores phablets del mercado, la suspensión de la producción del Galaxy Note 7 estaba cantada y ya estaba sonando este fin de semana ante los nuevos incidentes que exigen una investigación mucho más amplia que un cambio de baterías.

Una pesadilla para Samsung

El Galaxy Note 7 estaba destinado a ser el mejor phablet del mercado. Los primeros análisis apuntaban a un terminal sobresaliente al incluir lo mejor del S7, el diseño Edge y otras características de máximo nivel.

Además, era un arma que Samsung pretendía usar contra una Apple en horas bajas para apuntalar su posición de privilegio a la cabeza del mercado del móvil. El fallo de las baterías (o quizá algo más precisamente por las prisas de Samsung de lanzar el Note 7 antes que los nuevos modelos Apple, iPhone 7) puede dar al traste con la estrategia porque según los cálculos, Samsung puede perder una cifra multimillonaria.

Pérdidas directas por las ventas del terminal pero también en un coste de reputación incuantificable que cuesta mucho ganar, ya que a estas alturas de la película el caso se ha convertido en pesadilla.

Antes de los nuevos incidentes con los modelos reemplazados, Samsung estaba seguro de poder recuperar el terreno perdido y compensar las pérdidas por este caso en “un fuerte 2017”. No sabemos si hoy la opinión es la misma. Quizá la estrategia cambie, Samsung se centre en vender los Galaxy S7 y adelante la llegada del Galaxy S8  ¿Tiene recuperación posible el Galaxy Note 7?