Las horas bajas de los ordenadores de consumo se sostienen, en gran parte, por el auge de nichos como el gaming. Lo evidencia nuevamente un estudio de IDC que habla de un incremento de la demanda que para este año se calcula del 8,2%. El segmento seguirá creciendo hasta 2023 mostrando una oportunidad con mucho potencial.
Las previsiones de la consultora apuntan a unas ventas por encima de los 42 millones de ordenadores gaming en 2019. El nivel de ventas irá a más con una subida media del 9,8% en el intervalo de 2019 a 2023 alcanzando los más de 61 millones de equipos anuales vendidos dentro de cuatro años.
Aunque tradicionalmente el interés se centraba en los equipos sobremesa, hace tiempo que las opciones portátiles han arrebatado el primer puesto. Según este análisis este año se enviarán más de 20 millones de portátiles para jugones y 15,5 millones de sobremesa. La brecha se irá ampliando con los años y en 2023 veremos que las alternativas portátiles supondrán más de la mitad del mercado.
El cambio de tendencia hacia los modelos portátiles tiene diferentes motivos. Principalmente, la mejora de las especificaciones técnicas de los portátiles gaming. Cada día es más sencillo encontrar modelos que respondan a las exigencias de los jugadores en un equipo que se pueda trasladar a eventos o partidas comunitarias. Algo propiciado, entre otros, por los e-sports que han aumentado sus ingresos un 500% desde 2012 hasta los 769 millones en 2018. Según datos de la consultora Newzoo, los ingresos globales del mercado de los deportes electrónicos llegarán en 2022 a 1.593 millones de euros.
Aprovechando el tirón
No es nada nuevo que el gaming es una salida comercial en un sector que esperamos ver remontar durante este año. Una ventana que en España grandes referencias como PcComponentes, Amazon o Game, o tiendas más de nicho como LDLC, Versus Gamers, 4Frags, Coolmod o Aussar llevan mucho tiempo explorando desde diferentes vertientes.
Dentro del canal también nos encontramos con figuras especializadas como MCR o DMI. Los grandes fabricantes de PCs hace tiempo que tienen sus líneas especiales de gaming: HP con OMEN, Lenovo con Legion o Dell con Dell Gaming y/o Alienware. Un catálogo creado especialmente para unos usuarios que buscan unas condiciones especiales en sus equipos y están dispuestos a que el precio esté por encima.
Pero el gaming no solo vende ordenadores. El ecosistema mira mucho más allá y se fija en otros sectores como los componentes por separado. Muchos usuarios con conocimientos más avanzados apuestan por crear sus propios equipos personalizando la compra de tarjetas gráficas, procesadores o memorias. Una tendencia en auge que se observa también en los complementos y periféricos que rodean a este mundo: teclados, ratones, sillas o auriculares.
El gaming se torna así como una propuesta de consumo más para vender. Un mundo de posibilidades en el que hay que nos podemos encontrar dos opciones: o un cliente muy informado que solo necesita disponibilidad y precio; o un cliente que busca asistencia y personalización.
