Mientras, el ARM Mali-G77 cuenta con la nueva arquitectura Valhall, con la que se consigue un rendimiento un 40% superior al del modelo previo, el Mali-G76. Además, incorpora diversas mejoras en su microarquitectura. Entre ellas, en el motor, los canales de textura y las cachés de almacenamiento de carga, que cuentan con una eficiencia energética superior en un 30%, la misma mejora que en densidad de rendimiento.

Además, también alcanza un rendimiento en machine learning un 60% superior, lo que mejora el rendimiento de redes neuronales e inferencia para inteligencia avanzada en el seno de los dispositivos. Estas mejoras proporcionan a los desarrolladores más capacidad en el rendimiento, lo que permite diseñar juegos más inmersivos para el ecosistema móvil de apps.

En cuanto al chip de Arm específico para machine learning, se enmarca en el seno del denominado Project Trillium, una plataforma que incluye el procesador mencionado, el denominado ARM ML processor, y el framework software ARM NN, integrado ya en más de 250 millones de dispositivos con Android.

La compañía se ha dedicado, desde el lanzamiento del proyecto el año pasado, a mejorar el procesador, lo que incluye un aumento de la eficiencia energética hasta la actualidad, cuando ya es aproximadamente el doble que entonces. También han mejorado sus técnicas de compresión, que ahora son tres veces mejores que antes, y se ha escalado para conseguir un rendimiento en la próxima generación que pase de 8 núcleos a 32.