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Identificación automática: cada día más necesaria

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Identificación automática: cada vez más necesaria

Quedan ya lejos los tiempos en los que las identificaciones se podían llevar a cabo de manera manual, y esto tiene aplicación en muchos y muy diversos campos, gran parte de ellos relacionados con la gestión y la logística del producto. primero los códigos de barras, después los códigos bidimensionales (bidis) y más recientemente las etiquetas RFID, hablamos de un conjunto de tecnologías que se han convertido en imprescindibles para intentar aportar el orden en entornos tan propicios para la entropía como los almacenes, los muelles de carga y descarga e incluso los vehículos de reparto, responsables del transporte y la entrega de todo tipo de mercancías.

Esto ha dado lugar a un nuevo paradigma denominado Automatic Identification and Data Capture (AIDC), un modelo en el que todo el proceso de documentación e identificación se apoya en una infraestructura IT, compuesta por soluciones como las que propone Logiscenter, y que es fundamental para, posteriormente, poder ofrecer servicios tan valorados como el de seguimiento de envíos, además, de hacer posibles las consultas y auditorías en tiempo real, permitir detectar las posibles mejoras en los procesos de almacenamiento y distribución, y otras muchas ventajas.

Las necesidades varían, eso sí. No es lo mismo si hablamos de la gestión de un almacén asociado a un punto de venta, aquel del que dependen las entregas a domicilio de minoristas online o de una compañía logística dedicada exclusivamente al mercado mayorista. En cada caso es imprescindible definir claramente los procesos de trabajo y, a partir de ese documento, establecer todos los puntos en los que es necesaria la introducción y/o lectura de datos, el control de los mismos, etcétera.

A lo largo de la definición de dicho proceso surgirán, sin duda, necesidades muy específicas, que deben ser satisfechas de manera que la tecnología esté al servicio de la gestión, nunca a la inversa. Y esto puede sonar extraño, pero lo cierto es que en bastantes ocasiones, por no explorar todas las opciones existentes, se termina por supeditar los procesos a las herramientas empleadas, sin saber que, en realidad, seguramente existen otras que se adaptan mejor a nuestros procesos. Para tal fin, sin duda, la clave es buscar proveedores que, como Logiscenter, cuenten con catálogos realmente amplios, seleccionados precisamente con ese fin, el de ofrecer las soluciones necesarias para cada casuística.

Identificación automática: cada vez más necesaria

Medios de identificación

La primera pregunta que debemos hacernos es, claro, cómo queremos identificar cada elemento de nuestro almacén, red de distribución, etcétera. Un error común en almacenes de pequeño tamaño es confiar en identificadores de texto no normalizados, por ejemplo notas escritas en los paquetes. Esto es, en todos los casos, “un accidente esperando a ocurrir”, pues en primer lugar obliga a la identificación manual, y segundo no facilita el seguimiento.

En su lugar, debemos recurrir a etiquetas, en las que podremos emplear diversos tipos de códigos, eligiendo las variantes de los mismos que mejor se adapten a lo que necesitamos, a las necesidades de nuestros clientes. A este respecto podemos optar por los tradicionales códigos de barras (en cualquiera de sus variantes), que cuentan con un nivel de implantación prácticamente global, o podemos dar un paso adelante y emplear los populares códigos bidimensionales (bidis), que nos permiten codificar muchísima más información en las etiquetas. Para ambos casos, existen todo tipo de escáneres que automatizan por completo la lectura de las mismas.

Otra opción muy interesante, y que con el tiempo no para de ganar tracción, son las etiquetas RFID. Y es que con las mismas ya no es necesaria la lectura “visual” del código mediante un escáner. Simplemente es necesario que el bulto (sea del tamaño que sea) identificado con una etiqueta RFID se sitúe (ya sea de manera estacionaria o en movimiento) cerca del sensor, y éste automáticamente leerá sus datos y, también automáticamente, realizará las acciones que hayan sido configuradas previamente (cambiar su estado, añadirlo a un listado, etcétera).

El potencial de estas soluciones se multiplica de manera exponencial si tenemos en cuenta que, además, podemos combinarlas entre sí. Por ejemplo, podemos emplear identificadores RFID a un palé de productos, y luego identificar de manera individual cada uno de ellos mediante una etiqueta con un código bidi.

Identificación automática: cada vez más necesaria

Medios de lectura

El etiquetado inteligente es solo la mitad de la ecuación. La otra, claro, corresponde a la lectura de dichos elemento de identificación. Y, sorprendentemente, es relativamente común encontrar casos en los que el etiquetado está perfectamente implementado, pero luego los medios de lectura del mismo son más una rémora que otra cosa.

Y es que, una vez más, debemos distinguir sobre las diversas necesidades de lectura. No es lo mismo, por ejemplo, el lector de códigos de barras asociado a un TPV, que lo que podemos necesitar en un almacén o en un vehículo de reparto. Por eso, al igual que es fundamental conocer los distintos tipos de sistemas de lectura por los que podemos optar, con el fin de elegir siempre los que mejor se adapten al contexto.

Por ejemplo, para aquellos casos en los que sea necesario revisar la información de la etiqueta, necesitaremos una PDA o una tablet industriales, dispositivos que integran los elementos de lectura de las etiquetas, y que además cuentan con diseños robustos y adaptados al entorno en el que serán empleados. Distinto es, por ejemplo, en un punto de venta, en el que solo es necesaria una pequeña muestra de la información (nombre de producto y precio, por ejemplo), en cuyo caso un escáner de mano o incluso un lector integrado en una superficie conectados a un TPV se adaptan mucho mejor al contexto.

Y si, por ejemplo, empleamos un sistema de radiofrecuencia para identificar los palés que entran en un camión, y que ya han sido previamente identificados y seleccionados, es posible que ni siquiera necesitemos una identificación visual de los datos del contenido, simplemente querremos tener la constancia de que el palé X ha sido cargado en el camón Y.

El catálogo de soluciones es infinito, y un conocimiento amplio de las mismas nos ayudará, siempre, a identificar las que mejor se adaptan a nuestras necesidades y, por lo tanto, a optimizar nuestros procesos, mejorando así la productividad y, sobre todo, el control sobre todo lo que pasa por nuestras manos.

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