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Analizamos el nuevo Microsoft Surface Laptop 3

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A principios del pasado mes de octubre, nuestros compañeros de MC se preguntaban si Microsoft estaba dando algunos pasos para convertirse en una segunda Apple. ¿El motivo? La celebración en Nueva York del evento Surface más importante de su historia. Una auténtica celebración del hardware en la que los de Redmond presentaron nada menos que seis dispositivos: Surface Pro 7, Surface Pro X, Surface Laptop 3, Surface Neo , Surface Duo y Surface Earbuds.

Mientras que para los dispositivos más novedosos todavía habrá que esperar casi un año (Surface Neo, Surface Duo) el Microsoft Surface Laptop 3 ya está aquí, disponible tanto para usuarios domésticos como para profesionales. Es la tercera revisión de lo que es ese portátil «made by Microsoft» y con el que la compañía espera a empezar a competir poco a poco, sin hacer demasiado ruido, contra sus propios socios OEM.

¿Por qué? Porque siguiendo la estrategia que inauguró Google con sus Pixel y Android, Microsoft quiere mostrar al mundo que es sobre esta máquina sobre la que se puede ofrecer la mejor experiencia Windows 10. Veamos si lo consigue.

Especificaciones técnicas

  • Pantalla táctil PixelSense de 15″. Reolución: 2496 x 1664 (201 ppp).
  • Memoria RAM: 8 GB o 16 GB DDR4 RAM
  • Almacenamiento interno: SSD 128 GB, 256 GB, 512 GB, 1TB
  • Procesador: AMD Ryzen 5 3580U / AMD Ryzen 7 3780U
  • Tarjeta gráfica: Radeon Vega 9 Graphics / Radeon RX Vega 11 Graphics
  • Duración de la batería: hasta 11,5 horas
  • Conexiones: 1 x USB-C, 1x USB-A, Tomar auriculares 3,5 mm, Surface Connect.
  • Audio/Vídeo: Cámara web 720p (compatible con Windows Hello), Altavoces Omnisonic con sonido Dolby Audio Premium.

Diseñado para impresionar

Nada más sacarlo de su caja, dos son las sensaciones que transmite: la de tener entre manos un portátil mucho más ligero de lo esperado y realmente bonito. Comencemos por lo primero. Microsoft entrega en su modelo de 15″ un portátil 14,69 mm de grosor y 1,542 Kg de peso. Y esto, para un equipo de insistimos 15 pulgadas es poco, realmente poco. Para que os hagáis una idea, el Dell XPS de 15″, uno de los competidores directos de este equipo, pesa 1,8 kg, lo mismo que el HP EliteBook 850,  mientras que sus equivalente en Lenovo (básicamente la familia ThinkPad X1) solo consiguen bajar hasta los 1,7 kg. Dicho de otra forma, Microsoft presenta un portátil de 15″ con una portabilidad muy similar a la que vamos a encontrar en uno de 13″.

Y como decíamos, muy a la Apple, el Surface Laptop 3 es un portátil ciertamente bonito y bien diseñado. Presenta en este sentido un chasis unibody construido en aluminio y en el caso del modelo que analizamos, acabados en color platino (también está disponible en color megro mate) con reposapalmas metálico. Y esto en novedoso porque en este el modelo de 15″ Microsoft ha dicho adiós a ese material Alcantara que tenía tanto defensores, como sobre todo detractores y que mantiene eso sí, como una opción más en su modelo de 13″.

Cada parte del equipo ha sido diseñado para ofrecer una imagen de continuidad minimalista, en el que el trackpad y teclado forman un todo con el chasis (y no sobre el chasis) y en el que el aluminio pulido de la parte trasera solo se ve interrumpido por una versión mínima del logo de la marca. Y si nos quedásemos aquí, podríamos decirlo alto y claro: el Surface Laptop 3 compite con el MacBook Pro de Apple en cualquier mesa de Starbucks. Así que en este apartado, nada que objetar.

Nuestra impresión cambia ligeramente sin embargo cuando analizamos más de cerca qué es lo que hace la empresa con ese cuerpo de 15″. Porque una cosa es alabar su minimalismo pero otra muy diferente es ser espartano. Y Microsoft en este equipo lo es.

¿Por qué? En primer lugar, sus opciones de conectividad son muy limitadas. Un solo puerto USB-C y un solo puerto USB-A. Podríamos pasarlo por alto en un portátil de 13″ pero no es lo que esperamos encontrar en un equipo de esta diagonal. Tal vez para compensarlo, la compañía ofrece ese Surface Connect que recordando al antiguo MagSafe gracias a su cabeza imantada, nos va a salvar de más de una caída accidental mientras cargamos la batería. En segundo término, aunque aplaudimos desde luego la apuesta por ese Windows Hello que en este equipo funciona además realmente bien, es necesario reconocer que hay espacio más que de sobre para incluir también un lector de huella dactilar.

Una máquina de productividad

Hace tiempo que Microsoft, salvo evidentemente en sus consolas Xbox, ha puesto su mirada en la empresa. Lo hace con Office 365, lo hace con Azure y sí, también lo hace con su hardware, tanto en sus Surface Pro (la Go se queda tal vez fuera de esta ecuación) como en su Laptop. Lo hace en este caso, priorizando aquellos elementos que más van a valorar las personas a la hora de trabajar: gran calidad de pantalla, un teclado que vuela y un trackpad con el que no te puedes equivocar.

Comenzando por la pantalla, la declaración de intenciones comienza por el formato. Microsoft apuesta en este caso por una proporción 3:2 mucho más adecuada para consultar documentos y trabajar con largas filas de Excel que para consumir contenidos multimedia. Su resolución 2496 x 1664 (201 PPI) es excelente ofreciendo colores vivos y naturales, estupendos ángulos de visualización, ausencia de reflejos incluso en exteriores y suavidad extrema en su respuesta táctil (con capacidad multitouch en hasta diez puntos), además de ser compatible con el lápiz Surface.

Peca sin embargo en dos detalles que deben mejorar en próximas revisiones. El primero, unos marcos que se muestran demasiado gruesos para los tiempos que corren (y no es que pidamos un Infinity a lo Dell pero sí que Microsoft se hubiese esforzado más) y un recorrido de bisagras que termina apenas en los 115º.

El diseño del teclado y el trackpad recuerda en mucho a lo que lleva años haciendo Apple en sus portátiles. Teclas espaciadas, perfil bajo y recorrido corto, completado con un trackpad generoso y sensible a distintas intensidades de presión. Microsoft sigue optando por el clásico mecanismo de tijera, lo que demuestra a los de Cupertino que es posible ser mínimo sin necesidad de reinventar la rueda (con todos los «disgustos» que esto le ha dado a la marca) y conseguir a la vez un buen rendimiento.

En cuanto al trackpad, funciona tal y como debería, rápido y preciso, consiguiendo además que resulte muy sencillo «dibujar» todo tipo de gestos como zoom, pasar página, etc. Si a estos dos elementos le añadimos una pantalla táctil con la que resulta muy fácil hacer scroll, seleccionar texto, etc. tenemos casi todos los ingredientes de esa máquina de productividad que hemos anunciado.

Y decimos casi todos porque aunque nos las prometíamos muy felices con esas 11,5 horas de autonomía que los de Redmond prometen en su hoja de especificaciones técnicas, la realidad ha resultado ser muy diferente. En nuestras pruebas, que para medir este parámetro se han limitado a un uso muy ligero aunque continuado (Office, navegación en Internet, reproducción de música en Spotify) la alerta por batería baja ha saltado a las cinco horas. Bien es cierto que la iluminación de la pantalla estaba al máximo y el trabajo insistimos ha sido continuado (si no lo es, podemos estirarla hasta las siete horas tal vez) pero aún así, queda lejos de los valores anunciados.

Una prueba de fuego para AMD

Mientras que en su modelo de 13″ Microsoft ha apostado por el clásico «matrimonio Wintel (Windows + Intel)» en el de 15″ ha sorprendido a casi todos optando de forma exlusiva por AMD. De forma igualmente sorprendente, los resultados están por debajo de lo esperado.

Lo notamos en primer lugar en nuestro trabajo diario. Una sesión con Google Chrome (12 pestañas abiertas) y Office parece funcionar al principio con normalidad, pero poco a poco notamos algunos «tirones» y no esa sensación de fluidez que podríamos esperar del AMD Ryzen 5 3580U y 8 GB de RAM. Así que decidimos reiniciar el equipo y volver a probar… con el mismo resultado.

Como nos intriga, pasamos algunos tests sintéticos. Y los benchmarks en este caso no engañan, hay algo más que una ligera diferencia. Geekbench ofrece un rendimiento total para este equipo de 11,612 puntos, que puede no decir mucho pero que si tenemos en cuenta que al MacBook Pro equivalente le otorga una puntuación de 31.012 puntos y al XPS 15″ 28.882 puntos, comenzamos a ver dónde está el problema. Incluso al compararlo con un ultraportátil como el Lenovo ThinkPad X1 Carbon, se queda corto, llegando en este caso a los 17.000 puntos.

A esto hay que añadir la decisión de Microsoft de volver a incluir un disco SSD lento. Frente a los 508,9 MB por segundo que por ejemplo copia el XPS o incluso los 424 MB por segundo que ofrece el Thinkpad, el equipo de Microsoft se queda en los 282 MB. Para los usuarios que realizan un trabajo ofimático, edición fotográfica, consumo de contenidos multimedia, etc. ni el rendimiento de AMD ni el del SSD de este equipo deberían convertirse en un verdadero problema y de hecho pueden trabajar sin notarlo. Sin embargo ir un paso más allá, es tal vez entrar en un terreno algo más complicado.

AMD lo compensa en parte con su gráfica. Sin por supuesto tener la calidad de una gráfica dedicada, lo cierto es que las Vega 9 y Vega 11 que se incluyen en estos modelos superan con creces a sus compañeras de Intel. Lo notamos desde el primer momento al ejecutar algunos juegos y posteriormente los tests lo confirman.

El test 3DMark da como resultado un más que interesante 100,522 lo que le permite superar con claridad a cualquier competidor del mercado con gráfica integrada (no así al XPS que incluye una gráfica dedicada Nvidia Geoforce 1650) y en un juego como Dirt 3 se comporta de forma fluida a 56 frames por segundo, por encima de la medida que encontramos en los portátiles premium con gráfica integrada.

Conclusiones

El Microsoft Surface Laptop 3 de 15″ es un portátil que tiene muchos ingredientes para convertirse en uno de los grandes lanzamientos de esta temporada (diseño, portabilidad, pantalla, teclado, trackpad, altavoces) pero que bien acaba pecando de optimismo (falta de conectividad, poca autonomía) o que se arriesga demasiado cuando no debería (procesador).

Resulta un muy buen portátil para aquellos que necesitan un equipo que se desempeñe casi a la perfección en las tareas diarias pero sobre todo, que necesiten combinar portabilidad con una gran pantalla. En este sentido no sería raro encontrar este equipo bajo el brazo de todos esos ejecutivos para los que el tren (o el avión) es una extensión de la mesa de su despacho.

Y sin embargo pese a sus bondades, no podemos evitar tener la sensación de que a Microsoft en este caso le ha faltado dar un pasito más, un empujón para poder competir en igualdad de condiciones con lo mejor de Dell, Lenovo o HP en este segmento.

Así que si al principio de este análisis nos preguntábamos si Microsoft está ofreciendo en este portátil la mejor experiencia que se puede enocntrar con Windows 10, la respuesta sería un depende y a medias. Es un portátil claramente prometedor pero tiene que seguir mejorando.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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