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Transforma tu PC en un Chromebook con CloudReady

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¿Eres un fiel usuario de Google, de sus productos y servicios? ¿Te gusta el concepto de los Chromebooks? Entonces tal vez te interese conocer CloudReady, un nuevo sistema operativo que puedes instalar en tu PC o en un USB para vivir la auténtica experiencia en la nube que proponen los de Mountain View. O casi.

Como sabrás, los Chromebooks no son más que portátiles diseñados para ejecutar Chrome OS, el sistema de Google para PC basado en Linux y el navegador web Chrome. Pero mientras que Chrome OS solo se encuentra disponible en los Chromebooks, este tiene su fundamento en el proyecto de software libre Chromium OS, tal y como sucede con Chrome con respecto a Chromium, o Android con respecto a AOSP. Y por fin una empresa se ha decidido a ofrecer una modificación de Chromium OS al gran público sin ligarlo a la compra de un equipo.

La empresa es Neverware y en colaboración con Google han sacado adelante CloudReady, dirigido en un principio a centros educativos -plaza fuerte de los Chromebooks en Estados Unidos- que deseen utilizar el sistema sin renovar el parque informático, con una versión adicional recortada en funciones de administración -que no interesarán al usuario de a pie- para usuarios personales disponible de manera gratuita. Ahí está la gracia, pero solo para máquinas x86 de 32-bit. Sorprende que cubran una arquitectura en vías de extinción forzosa, pero tiene su por qué: el sistema se enfoca en ordenadores «viejos», y de hecho los desarrolladores aseguran que CloudReady puede «devolver a la vida equipos de hasta ocho años de antigüedad«.

¿Es verdad todo lo que afirma Neverware? ¿Merece la pena CloudReady? Vamos a verlo.

Preparando la instalación

Primero, ¿es CloudReady compatible con tu PC? Neverware mantiene una lista de modelos compatibles, que ya han sido testados. Si tu equipo no aparece no quiere decir nada: el alcance del soporte de hardware del sistema es obra de su núcleo, Linux, por lo que la perspectiva será optimista en la mayoría de los casos. Asimismo se señalan unos requisitos mínimos:

  • 1 GB de RAM o más
  • Conexión Ethernet o wifi
  • Mínimo de 8 GB de almacenamiento (HDD o SDD)

A grandes rasgos, indica Neverware, CloudReady debería funcionar en portátiles y sobremesa lanzados a partir de 2007; y en netbooks lanzados a partir de 2009, aunque de estos últimos se advierte de mal rendimiento para aquellos que carguen con gráficas Intel GMA 500, 600, 3600, or 3650.

Para realizar este artículo he instalado CloudReady en un portátil HP Pavilion dm3-1090es de finales de 2009, un campo de pruebas idóneo que además rebasa los requisitos mencionados con holgura: procesador Intel Core 2 Duo a 1,3 GHz, 4 GB de RAM, NVIDIA GeForce G 105M y disco duro de 320 GB (pantalla de 13 pulgadas).

El método de instalación es bastante precario por lo limitado, pero lo compensa con una sencillez pasmosa. Para instalar CloudReady necesitarás:

Una vez descargado el archivo, descomprímelo y el resultado será una imagen BIN de 5 GB y pico. Para grabarla utiliza la herramienta de recuperación de Google y recuerda que todo lo que tengas en el USB se borrará. Para preparar la instalación en sistemas GNU/Linux, por el contrario, la vía más directa es mediante consola con el comando dd. En MuyLinux publicaremos en breve un artículo dedicado.

Para terminar, basta con encender el ordenador con el «pincho» conectado y elegir en el menú de arranque de la BIOS la opción que corresponda. Si prefieres verlo, Neverware muestra el proceso en vídeo.

A considerar que el «grabado» en USB incluye espacio persistente, esto es, no solo puedes ejecutar CloudReady en «modo vivo» sin afectar al sistema ya instalado en disco, sino que guardará los cambios que se efectúen, de manera que puedes utilizar el USB como medio de instalación o sistema portátil. No obstante, el desempeño no será el mismo y para acceder a la instalación completa hay que arrancar igualmente el «modo vivo».

Cabe recalcar que CloudReady sin conexión constante a Internet sirve para poco -las aplicaciones sin conexión hacen el apaño a ratos-, y que una vez completada la configuración inicial durante el primer arranque, el espacio persistente la conservará.

Primer arranque e instalación

Las imágenes que ilustran este apartado son fotos directas tomadas con un móvil sin flash para evitar el reflejo y la calidad es muy pobre. La razón de hacerlo así es que la instalación de CloudReady se complica considerablemente en máquina virtual, pero servirán de muestra.

Lo primero que verás cuando haya cargado el sistema es una pantalla de bienvenida donde elegir idioma, disposición de teclado y red wifi, en el caso de que no estés conectado por cable.

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Si lo que quieres es probar el sistema o utilizar el «modo vivo», el siguiente paso es aceptar la licencia de Adobe Flash Player e instalarlo. E inmediatamente aparecerá la pantalla para iniciar sesión con tu cuenta de Google. De manera adicional se puede utilizar CloudReady como invitado, con opciones recortadas y perdiendo los cambios al cerrar la sesión.

Sin embargo, si lo que quieres es instalar directamente, aunque puedes hacerlo ya iniciada la sesión, es posible desde la misma pantalla de bienvenida: la bandeja de sistema en la esquina inferior derecha guarda la opción.

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Muy importante: la instalación de CloudReady carece de configuración y barrerá con todo lo que haya en el disco duro, no hay partición que se le resista. O sea, asegúrate de que el equipo en el que vayas a instalar esté preparado para la operación y si hubiera más unidades de almacenamiento que no quieras alterar, desconéctalas, pues ni siquiera es posible determinar cuál utilizará el instalador.

Repito: muy importante instalar sobre seguro, porque de ello depende perder todos los datos del PC. Un cartel lo advertirá antes de dar paso a la instalación.

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El proceso es totalmente estático, sin barra de progreso o señalización de ningún tipo aparte de un mensaje indicando la instalación en curso, tras la cual el PC se apagará. El tiempo variará en función del hardware: en un equipo moderno y potente con unidad SSD pueden ser cinco minutos; en mi portátil, unos quince.

Sistema

Ahora sí, ¿qué tiene por ofrecer CloudReady? Personalmente y en primer lugar, un dilema: como en cualquiera otro sistema, hay que introducir una contraseña para iniciar sesión… solo que en este caso es la de Google, crítica donde las haya, no hablemos ya para el usuario de un sistema en la nube basado en los servicios de Google. Si tu contraseña es fuerte, de las que por imposibles de recordar se guardan en un gestor, la faena es tremenda. La alternativa es simplificarla y activar la doble verificación; sin embargo, la solución más interesante es hacerse con una llave U2F. Para saber más, consulta esta guía acerca de la gestión de contraseñas en Chrome.

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Ya en el «escritorio» de CloudReady, el escritorio de Chrome OS, todo es muy simple: un panel abajo cuyo comportamiento se puede modificar mediante el menú contextual para que se oculte automáticamente o no; un lanzador terrible centrado en el omnipresente buscador de Google; una barra de tareas formada a base de webapps que permiten anclaje al estilo dock popularizado en los últimos años; y una bandeja de sistema donde se acumulan las notificaciones y desde donde acceder las pocas opciones disponibles.

Como se ve, todo gira en torno al navegador. El lanzador, además del buscador y las cuatro últimas aplicaciones que se hayan ejecutado, da paso a todas las aplicaciones, que por supuesto se sincronizan -como el resto de datos- con las que se tuviera añadidas en Chrome, incluidos los enlaces de escritorio; y conforme se tenga configurado se abrirán, como ventana independiente o como nueva pestaña en Chrome.

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En este punto vuelvo a señalar que a pesar de mencionar a Chrome como referencia, pues es la referencia, lo que estarás utilizando es Chromium con un par de añadidos que más adelante comentaré. Por eso el icono del navegador se ve azul, y no multicolor.

Pasando a lo que queda del escritorio, la única posibilidad de interacción es cambiar el wallpaper y como excepciones a las aplicaciones de Chrome, hay un gestor de archivos en disco perfectamente integrado con Google Drive que hará las veces -se puede desconectar si se prefiere- de almacenamiento en la nube de respaldo. Sencillo, pero funcional. Los archivos comprimidos, al menos los formatos más comunes, se abrirán en el propio gestor.

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Hay también un visor de imágenes con opciones básicas de gestión y edición y un reproductor multimedia en la misma línea, y lo cierto es que por diseño son realmente agradables en su uso, aunque puede que a la larga se echen en falta características de las aplicaciones tradicionales de PC, mucho más potentes. Otro tipo de archivos, de oficina o PDF, se abrirán directamente en Google Drive. Teniendo en cuenta al público que va dirigido el sistema, usuarios corrientes que tiran de Internet para todo, las herramientas para interactuar con los archivos en disco son correctas, y ampliar la funcionalidad del sistema integrando servicios de terceros como Dropbox, OneDrive… incluso soporte para FTP o sistemas de archivos de Windows, está a un par de clics.

Porque lo demás, es Chrome con algunas diferencias. Lo más notable se encuentra en la configuración de navegador y o sistema, a la que se puede acceder desde uno -bandeja de sistema- u otro -menú del navegador- lado.

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Configuración básica

Las opciones hablan por sí solas y la mayoría te sonarán de Chrome, pero fíjate en la sección Media Plugins. Desde ahí podrás actualizar el plugin de Flash Player e instalar algo de lo que carece Chromium: Widevine Contente Decryption Module, un complemento privativo para reproducir contenidos con DRM en HTML5. Imprescindible para, por ejemplo, utilizar Netflix o ver películas en Google Play.

La opciones avanzadas, por bloques:

Y no hay mucho más que enseñar. El sistema, como Linux que es, permite utilizar la terminal con la combinación de teclas «Ctrl+Alt+F2», pero está capada y la ausencia de utilidades presente por defecto le resta interés.

Conclusiones

CloudReady cumple con el papel de un Chromium OS abierto al público, y si te preguntas en qué se diferencia de comprarse un Chromebook, ahí está la respuesta: un Chromebook es un equipo diseñado para Chrome OS, el tuyo no. Pero como has visto, se lleva sin dramas: el soporte multimedia es bastante completo y su compatibilidad con el hardware muy buena, o esa ha sido mi experiencia; todo funcionando a la primera, con una excepción: la configuración de pantalla no me detectó un segundo monitor conectado por VGA (no llegué a probarlo por HDMI, pero con el enfoque del sistema en equipos «pasaditos», no se entiende).

Otra falta con respecto a los Chromebooks es la omisión de la herramienta de recuperación integrada; y con respecto a algunos Chromebooks, la posibilidad de utilizar aquellas aplicaciones de Android que Google comenzó a portar al escritorio y que por incompatibilidad de arquitecturas se quedan fuera del cuadro. Se puede «guarrear» con ARC Welder, pero todavía no merece la pena.

En cuanto al rendimiento, es otro cantar. Lo de «devolver a la vida equipos de hasta ocho años de antigüedad» es ambiguo cuando menos. Si el navegador de marras destaca por un problema, es por ser un devorador de recursos. En el mismo equipo, el desempeño de una distribución Linux con un escritorio moderno y el propio Chrome en ejecución es similar. Quizás el arranque sea más rápido, sin marcar una diferencia rotunda; y GNU/Linux más -y mucho más- ligeros hay varios (vamos, que con 1 GB de RAM te mueres del asco).

Ahora, para rotundo el sistema. El concepto de sistema, más bien.

Chrome OS, CloudReady… son el sistema operativo de PC del futuro. El modelo de desarrollo en el que se basan es el que en GNU/Linux se conoce como rolling release o actualización continua. Significa que una vez instalado puedes echar millas, porque las actualizaciones «nunca» dejarán de llegar y tu equipo estará siempre al día en cuestión de software, conservando la estabilidad en el kernel, que sigue un ritmo más pausado en lo que actualizaciones se refiere.

Por lo tanto, tenemos una base técnica sólida y un protagonista principal sobre el que recae todo el peso de la experiencia: el navegador; el navegador del momento, para más inri. ¿Y qué no se puede hacer hoy en día en un navegador (a nivel de usuario básico, que es el 90% que puebla Internet)? A comienzos de 2013 publicaba en estas páginas un artículo titulado Livin’ la vida Google que te dará unas pistas, y casi tres años en tecnología son muchos años.

Cualquier a con una cuenta de Google tiene cubierto en la nube el almacenamiento, correo electrónico, productividad, videoconferencia, fotos, música… y Google no es el único proveedor del mundo, por no mencionar lo obvio: la nube está engullendo el software a ojos vistas. ¿Ventajas para el usuario? Solo se tiene que preocupar de usar, porque del mantenimiento se encargan los profesionales. Pero eso no es todo, que dirían en la teletienda, y es que para rematar la jugada te sale gratis de arriba abajo.

Recapitulando, la propuesta de Google, la propuesta del sistema operativo en la nube que bien podría ser de Microsoft u otra compañía, ofrece ventajas incuestionables de cara a quien ya usa el PC exclusivamente para abrir el navegador y hacer sus cosas, porque -tampoco hay que olvidarlo- gran parte de su vida electrónica está en el teléfono móvil. Y no solo eso: para quien trabaja conectado y con el navegador como principal herramienta, también es una opción de lo más interesante, siempre y cuando no dependa de aplicaciones específicas.

Yo mismo podría trabajar muy a gusto con un Chromebook o con un PC con CloudReady… si no fuera por lo que muchos habrán pensado nada más leer el titular del artículo: encomendarse a Google supura un enorme pero: privacidad. Es una pena, e incomprensible que no se comercialice algo así que respete la privacidad, porque el concepto lo merece. Claro que si no tienes problemas con eso; si ya te pasas las horas conectado sin salir de Chrome, identificado y utilizando los servicios de Google y otros de manera constante… Entonces te va a encantar.

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

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