Conecta con nosotros

A Fondo

De paseo por el mundo de los muertos vivientes

Publicado

el

muertos vivientes

¿Qué tienen los zombis que gusta tanto? ¿Tal vez un terror más real, más creíble? Al fin y al cabo no hablamos de dragones o aliens, sino de nosotros mismos, muertos, corrompidos y reanimados con el único objeto de comer carne humana o sucumbir a la putrefacción. ¿O es porque a diferencia de hacerlo con personas y animales, aplastarle la cabeza a uno de estos seres no puede resultar en otra cosa que en satisfacción visceral sin culpa, a sabiendas de que son agresivos maniquíes de carne en movimiento que solo merecen la destrucción?

Me he venido arriba con lo último, lo siento. Ha sido una respuesta automática al pensar en zombis y visualizar mentalmente las referencias que tengo más frescas. Y si los zombis han triunfado especialmente en algún medio, ha sido en cine y videojuegos; y si en el cine los zombis están para dar miedo, en los videojuegos su labor es la de servir de atrezo andante: solo aspiran a asustar por un instante y su segunda muerte será por lo general más violenta que la primera. En cualquier caso, los zombis gustan y lo que antaño fuera un subgénero de terror y fantástico de periferia, hoy se ha vuelto mainstream.

Hoy, de hecho, se celebra ‘Día del orgullo zombi‘, una “festividad” tan friki como suena que cada año atrae a más aficionados, en un principio, para rendir tributo al creador del “movimiento”, el cineasta George A. Romero; en un final divertirse es lo que cuenta y disfrazarse de muerto viviente puede ser un buen comienzo. Se hace hoy porque tal día como este hace 76 años nació el padre de las criaturas.

george romero

George A. Romero

¿Y cuándo nacieron las criaturas? El concepto de no muerto, desde luego, no es de Romero. El de zombi tampoco. El indiscutible mérito del neoyorkino fue transformar la noción original, surgida de las tradiciones vudú, en el estándar de zombi que tenemos actualmente. En el cine previo a Romero los zombis eran bastante diferentes. El primer paso cinematográfica en este sentido lo dio Victor Halperin con White Zombie (1932), en la que participó el mítico Bèla Lugosi.

No fue hasta el debut como director con La noche de los muertos vivientes (Night of the living dead, 1968) que la idea tomó forma. Ahí están los primeros zombis de libro y por la época -cine en blanco y negro- y los medios de que dispusieron -producción semiamateur- no dio de sí todo lo que debería. ¿La has visto? No tienes excusa. Debido a un error de la productora la película pasó a ser de dominio público y está colgada por toda Internet. Puedes verla a continuación si te apetece.

La noche de los muertos vivientes tuvo un remake en 1990 con Romero como productor que es preferible olvidar, no por falta de calidad en comparación. La cruda realidad es que ninguna de las dos es una gran película, pero la primera creó un nuevo subgénero de terror que ha crecido hasta superar en popularidad a los mismísimos vampiros. Ahora los zombis vuelven a estar de moda a niveles insospechados, pero fue en la década de los ochenta del pasado siglo cuando se fraguaron los pilares sobre los que todavía se rige el fenómeno.

La piedra angular la puso el propio Romero un poco antes con Dawn of the Dead (1977), que a España llegaría traducida con el escueto título de Zombi. Esta y su secuela, El día de los muertos (Day of the Dead, 1985), son con diferencia sus mejores aportaciones al género que él mismo se inventó y en el que se ha prodigado con otras tres películas, siempre al frente de la dirección y el guion: La tierra de los muertos vivientes (Land of the Dead, 2005), El diario de los muertos (Diary of the Dead, 2007) y La resistencia de los muertos (Survival of the Dead, 2009).

La segunda parte de la filmografía zombi de Romero, hay que reconocerlo, es muy mala. Se salva el regreso de la franquicia, La tierra de los muertos vivientes, para la que obtuvo más presupuesto y el plantel protagonista más conocido que haya trabajado con él, contando a Simon Baker, John Leguizamo y Dennis Hopper. Sin embargo, el valor adicional de la propuesta del director hasta esa película es el de desarrollar la historia de fondo paulatinamente: primero aparecen los zombis en zonas rurales, luego llegan a las ciudades y por último se adueñan del mundo. Resident Evil repetiría la fórmula añadiendo sus propios ingredientes.

Volviendo a los ochenta, es imposible no mencionar al otro gran clásico del cine zombi de la década, El regreso de los muertos vivientes (Return of the Living Dead, 1985), que haciendo honor a su título regresaría con varias secuelas de las que solo es potable la primera, llamada por estos lares La divertida noche de los zombies; y eso lo dice todo: como contrapunto a los dramas de Romero, una pizca de humor y algo más salpicaba los primeros capítulos de la saga. En 1985 se estrenó también Demons, que no es de temática zombi pero como sucedáneo hace las veces y como película de culto igual.

De los noventa cabe destacar la genialidad gore Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro (1992), tercera obra del por aquel entonces desconocido Peter Jackson. Tampoco es cine zombi puro y duro, pero es lo más digno de la década. Hablando de cine, claro.

Hablando de videojuegos, a mediados de los noventa llegaron las máquinas de 32 bits, la quinta generación de consolas con gráficos 3D y polígonos a paladas como para hacer de un juego una experiencia más profunda. La primera «escena de contacto» en Resident Evil (1996) ha quedado para los anales de la historia del videojuego.

Lo bueno es que le dio una necesaria vuelta de tuerca al género y ya en 2002 entraría fuerte en cartelera con un primer largometraje. Resident Evil: Apocalipsis (Resident Evil: Apocalypse, 2004) aguantó por los pelos y a partir de ahí la serie degeneró notablemente. En 2017 se estrenará su último capítulo, según ha asegurado su inamovible protagonista, Milla Jovovich.

En 2002 también caería 28 días después (28 Days Later) cual bocanada de aire fresco y un año más tarde Robert Kirkman comenzaría a publicar sus cómics de The Walking Dead. En 2004, Zack Snyder nos dejó la obra maestra: El amanecer de los muertos (Dawn of the Dead), un remake del film de Romero que sigue en lo más alto del pedestal del ‘cine zombi’; y el mismo año salió Shaun of the Dead (mejor sin traducción), una divertida contrapartida que merece la pena ver.

En 2006 Max Brooks publió la novela Guerra mundial Z y en 2007 28 semanas después (28 Weeks Later) intentaría repetir hazaña sin conseguirlo. Para sorpresa de muchos, en España Jaume Balagueró y Paco Plaza lanzaban REC, un meritorio trabajo al que las secuelas, de nuevo, terminarían minando. En cuanto a Hollywood, el Soy leyenda (I Am Legend, 2007) encabezado por Will Smith no estuvo mal… o mejor dicho, no empezaba mal, pero acababa sin ser una peli de zombis (también remake de una película basada en un libro). A los británicos se les perdona el fallo por la fugaz pero intensa Dead Set (2008), un miniserie que elevó el listón hacia la pequeña pantalla. Zombieland (2009) cerraría etapa en clave de humor.

En 2010 los cómics de Kirkman darían sus frutos en formato serie con The Walking Dead y los zombis, por fin, tocarían techo con un éxito sin precedentes que perdura hasta hoy. Sin ir más lejos el próximo domingo 14 de febrero, Día de San Valentín, arranca la segunda parte de la sexta temporada… (¿No has visto la serie? Da la casualidad de que desde esta semana está disponible en Netflix España hasta la quinta tempora; ¿cuántos capítulos crees que podrías ver en el mes gratis que dan?; además está El Día de los muertos, Zombieland y unas cuantas más)… The Walking Dead es todo un regalo para los amantes de la carne putrefacta, que tuvieron ración doble a finales de año con los ocho primeros capítulos y un poco antes con Fear the Walking Dead, una derivada que en su primera temporada ha resultado más floja de lo esperado.

Mientras tanto la Guerra mundial Z (World War Z, 2013) de Brad Pitt destrozaba la novela de Brooks y el canal Syfy se atrevía a editar Z Nation (2014), una absoluta locura que sin abandonar el drama tontea con la comedia y funciona estupendamente; George R. R. Martin te lo puede confirmar… con spoiler incluido, ojo.

Y así llegamos a 2016, con los zombis bien asentados en la cultura popular y sin visos de receso en el horizonte. El balance es positivo, a tenor de las toneladas de basura que ha dejado el cine de zombis tras de sí. Lo destacado no es lo mejor por ser lo más conocido, pero no conviene engañarse, porque películas relacionadas de u otra forma hay muchísimas, pero de género «zombi actual-clásico» son menos y la mayoría son tirando a muy malas.

Lo mismo que sucede en el mundo del videojuego. A Resident Evil se pueden sumar títulos como Dead Rising, Dead Island o Left4Dead en lo alto del ranking, e incluso habría sitio para el añejo The House of the Dead de Sega y algunos indie… Y ahora que lo pienso, tengo que retractarme de lo dicho. Sí hay un juego de zombis en el que los zombis dan miedo: Dying Light, para ser más preciso. Si no lo has jugado, apaga la luz, ponte los auriculares, sube el volumen y trágate este vídeo entero.

Claro que los puristas no aceptarán a tales zombis con un poco de razón, porque si empezamos con mutaciones al estilo de Capcom no hay límites y la fantasía se torna más irreal, pierde fuelle. O quizás por eso gustan los zombis, más allá de purismos: igual valen para un roto que para un descosido y anden renqueantes o corran como poseídos, sean producto de un virus o designio divino, tengan predilección por los cerebros o se conformen con cualquier cosa masticable… siguen asustando cuando se les dirige bien y siguen siendo un desahogo seguro mando en mano.

A todo esto, nada mejor que concluir el paseo con un vídeo que colgaban anteayer en la cuenta de Xbox en YouTube repasando «cien años de evolución zombi«. Y aunque no son tantos en realidad, no importa, se lo han currado.

Enfocado en las nuevas tecnologías empresariales y de usuario final. Especializado en Linux y software de código abierto. Dirijo MuyLinux y escribo en MC, MCPRO y MuySeguridad, entre otros.

Lo más leído