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Guía NAS ¿Qué es, cómo se instala, qué modelo compro?

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Hay muchos medios de almacenamiento disponibles, pero pocos tan interesantes como un NAS (Network Attached Storage), una tecnología que nos ofrece soluciones de almacenamiento y conectividad mediante protocolos de red (normalmente TCP/IP).

Para entendernos. Hablamos de un sistema de almacenamiento externo conectado a la red local al que pueden acceder (directa o remotamente desde Internet) todos los dispositivos conectados a la misma, sean PCs, smartphones o tablets, con independencia del sistema operativo que utilicen.

Ventajas de un NAS

NAS suma las ventajas de un disco duro externo simple conectado a un puerto USB y también las de un servicio de almacenamiento en nube como OneDrive, Dropbox o Google Drive, pero sin entregar los datos a a una empresa externa, resolviendo la preocupación de la privacidad y el coste al centralizar el contenido en un único lugar bajo nuestro control. Su principal objetivo es añadir  capacidad de almacenamiento adicional pero sus funciones van mucho más allá:

  • Para mover datos y archivos.
  • Para realizar copias de seguridad automáticas. 
  • Para colaborar en la edición de documentos de una manera similar a Google Docs o Office 365.
  • Como servidor de medios multimedia para transmitir contenido a otros equipos o televisores conectados.
  • Como cliente P2P utilizable sin necesidad de tener encendida la computadora.
  • Para grabaciones de vídeo de cámaras de vigilancia IP.
  • Y en general para montar una nube privada a la que conectar remotamente desde cualquier parte del mundo vía Internet.

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Comprando un NAS

La oferta de estos equipos va desde un simple modelo de consumo con una o dos unidades de almacenamiento hasta grandes bastidores para centros de datos que pueden utilizar centenares de ellos. Centrándonos en un hogar o pequeña oficina, tenemos modelos de todo tipo y tamaño, pero todos tienen características comunes, incluyen su propio hardware interno, sistema operativo y puertos de conexión.

La principal diferencia entre ellos (amén del rendimiento y capacidad total) es si incluyen o no las unidades de almacenamiento. Algunos modelos de consumo vienen completamente equipados, mientras que la mayoría se entregan con bahías «vacías» para que el usuario monte los suyos. Puedes emplear tanto discos duros que tengas por casa o en la oficina sin utilizar o adquirir modelos especializados en NAS, optimizados para un menor consumo y una mayor durabilidad.

En cuanto al hardware interno e igual que un PC, varía extraordinariamente y va desde una base con un simple procesador Atom para un NAS doméstico a un Xeon de 48 núcleos para un modelo de centro de datos.

Una recomendación importante a observar es que venga equipado con un conector Gigabit Ethernet y no una conexión inferior (10/100) porque se notará mucho en el rendimiento. El resto de conectores como USB son opcionales, aunque interesantes porque podrás ampliar la capacidad de almacenamiento del mismo NAS. Hay otros que tienen también una ranura para tarjetas microSD aunque no es imprescindible y otros ofrecen módulos vacíos para ampliar la memoria RAM del dispositivo.

Finalmente, señalar que también es posible crear un NAS propio con hardware de PC que tengamos en casa y un sistema operativo libre y gratuito tan competentes como FreeNAS. Si no quieres complicarte la vida tampoco es necesario porque un NAS básico es muy económico.

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Instalación del NAS

Poner en marcha un NAS de consumo o pequeña oficina es bastante sencillo como habrás podido ver en algunos análisis que te hemos ofrecido, como el del Synology DiskStation DS218+ y pasa por instalar las unidades de almacenamiento que vamos a utilizar, conectarlo a la red local y configurarlo mediante el propio sistema operativo que incluye.

Para estos sistemas se aconseja la utilización de discos duros en vez de SSD por su mayor capacidad y mejor precio por GB. Las ventajas de rendimiento de las SSD aquí no son tan significativas como en un ordenador personal al funcionar sobre la red local. Si tienes algún disco duro libre por casa un NAS va a ser donde mejor utilización le vas a dar.

No es necesario que los discos duros sean de la misma marca ni es obligatorio (sí recomendable) que tengan el mismo tamaño, aunque dependiendo del RAID que uses solo podrás aprovechar la capacidad del más pequeño de ellos.

Una vez montados los discos duros y conectado a la red local a través de su conector Ethernet, toca configurar el NAS. Fabricantes especializados como Synology o QNAP ofrecen sistemas operativos basados en web realmente notables, con asistentes de instalación y configuración automatizados, interfaces de usuario fáciles de usar y una gran cantidad de aplicaciones para ampliar su funcionamiento.

Como decíamos al principio, las posibilidades de un NAS van mucho allá de servir como medio de almacenamiento guardando nuestros archivos y copias de seguridad, y permite su uso como servidor de medios multimedia para transmitir contenido a otros equipos o televisores conectados o como cliente P2P.

Guía de compra NAS y Discos duros

Hay oferta para todos los presupuestos y necesidades y como decíamos, con las unidades de almacenamiento instaladas y otros con bahías libres para que el usuario instale los suyos. Te dejamos una muestra de la oferta existente, con la mente puesta en un hogar, pequeña oficina u oficina en casa, con precios de 100 a 500 euros.

Discos Duros optimizados para NAS

  • WD Digital (RED) – Disco duro para dispositivos NAS de sobremesa (Intellipower, SATA a 6 Gb/s, 64 MB de caché, 3,5″) rojo. 2 TB por 84 euros. (Tienes variantes de la misma serie de 3, 4, 6 y 8 Tbytes).
  • Seagate IronWolf – Disco Duro Interno para Sistemas NAS (3,5″, 5900 RPM, hasta 180 MB/s – SATA con 6 Gbit/s). 2 TB por 81 euros.  (Tienes variantes de la misma serie de 3, 4, 6, 8, 10 y 12 Tbytes).

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