¿Merece la pena comprar un smartphone Mini?

La idea que puede tener un usuario sobre un smartphone mini pasa por un terminal de tamaño y potencia reducido, junto a un precio de venta contenido que permita acceder a un diseño derivado de los grandes superphones sin tener que gastar en su alto coste.

La realidad del smartphone mini es distinta. El público los percibe como una versión pobre y no tan barata comparando con los grandes terminales y por ello las ventas no están funcionando como los fabricantes esperaban.

Para ser justos, el nivel general de prestaciones es superior a lo que podríamos entender por un ‘mini’, con SoC de doble y cuádruple núcleo, 1 o 2 Gbytes de RAM, 8 Gbytes de almacenamiento interno mínimo, buena batería y amplia conectividad incluyendo en muchos casos soporte para redes móviles de cuarta generación LTE.

Su tamaño de pantalla (entre 4,3 y 4,7 pulgadas) suele ser muy equilibrado y adecuado para una parte de usuarios que le resulta demasiado grande un terminal con diagonales de entre 5 y 6 pulgadas. Su resolución de pantalla también es notable, sin llegar al Full HD pero ofreciendo definiciones equilibradas para su tamaño.

¿Dónde está el problema del smartphone Mini?

A nuestro juicio en dos aspectos. Un marketing que no refleja el producto que se trata y confunde al usuario y un precio de venta excesivo de hasta 500 euros/dólares.

En la época del falso «smartphone gratis», cuando las operadoras peleaban brutalmente por conseguir clientes con promociones agresivas que subvencionaban los grandes terminales, la mayoría de usuarios apostaban por los más caros aunque después quedaran prisioneros durante dos años de unas cuotas mensuales altísimas, bajo contratos de voz y datos que seguramente no necesitaban.

El caro «smartphone a ceros euros» pasó a la historia en países como España y hoy en día el usuario valora más y mejor sus necesidades a la hora de elegir un terminal. Con un sector -casi- saturado en mercados occidentales, con aumento de ventas muy por debajo de lo acontecido en años anteriores, los fabricantes han tenido que apostar por otros mercados en desarrollo que generalmente no puede pagar los precios de la gama alta.

Una gama media cada vez más interesante

Con ello, ha llegado al mercado una interesantísima gama media más que suficiente en características para una buena parte de usuarios y muy atractiva por sus moderados precios.  La invasión del smartphone chino es otro punto a destacar con protagonismo para compañías como Huawei o Xiaomi, que mejoran a los grandes del sector en relación características/precio.

Así, nos encontramos que quien tiene presupuesto opta directamente por los superphones y otra buena parte de usuarios compra uno de estos terminales de gama media. el smartphone mini se queda -en nuestra opinión- sin acceso al mercado masivo especialmente a estos precios.

Una comparación: un Nexus 5 con los ‘mini’ con Android que son la inmensa mayoría. No hay color. Es más grande, potente, con mayor resolución, interfaz pura Android, mayor posibilidad de actualización del sistema y encima más económico. En nuestra opinión, pagar 449 o 499 euros por un mini de Samsung, LG, Sony o HTC, teniendo el Nexus 5 por 349 euros, no tiene sentido.

Apple también tiene un iPhone ‘mini’ que no se vende

Ya te puede gustar mucho una marca en particular (o estar desinformado) para optar por ellos y lo mismo podemos decir de un pseudo-mini como el iPhone 5c. Hay que tener un inmenso amor a la firma de la manzana para pagar 549 euros mínimo por un colorido iPhone de plástico con hardware de anteriores generaciones. Al final, el mercado va poniendo a cada cual en su sitio y el iPhone 5C ha sido el primer fracaso de ventas de Apple en smartphones.

No tenemos datos de venta pormenorizados de los smartphones mini pero creemos que son bastante tibias. Y la semana que viene se pone a la venta en Europa el Xiaomi Mi 4 por 399 euros. Vayan comparando. Y hay más ejemplos. O los grandes fabricantes se ponen las pilas a nivel de precio o cambian el enfoque de estos smartphones mini. Lo contrario es ocupar un espacio residual en las comunicaciones mundiales. Te toca opinar…