Samsung Galaxy S6 y Edge S6, primer contacto

Aunque el Mobile World Congress comienza oficialmente mañana, la expectación desde primera hora de la tarde por ver qué tenía preparado Samsung ha servido como pistoletazo de salida para la gran cita de la movilidad. Con Apple haciendo la guerra por su cuenta (aunque no se olvidaron de recordar que estaban vivos hace un par de días), estamos en un reino llamado Android donde no faltan aspirantes al trono. Un año después Samsung da un importante paso adelante respecto al S5 y mejora todo lo que crítica y publico reclamaba pero… ¿será suficiente?

En una presentación que habéis podido seguir en directo en MuyComputer, Samsung ha presentado su nueva generación de smartphones en un evento corto pero intenso. Para destacar las virtudes de sus nuevos terminales la firma coreana ha apostado por compararse de manera directa con el iPhone 6, criticando detalles como el rendimiendo de su cámara en condiciones de baja luminosidad o recordando el famoso blengate con un nada sutil «el nuestro no se dobla» que recibió tímidos aplausos de un auditorio sorprendido.

Antes de continuar solo recordar que este artículo refleja unas primeras impresiones del tiempo que hemos tenido para probar el dispositivo. A pesar del despliegue de unidades de Samsung había cientos de medios acreditados y solo hemos podido estar unos diez minutos con cada modelo. Seguro que a lo largo de este MWC tendremos ocasión de realizar alguna prueba más y, por supuesto, publicaremos un análisis completo cuando recibamos una unidad en el laboratorio técnico.

El salto definitivo a la gama premium

Se acabaron las excusas; tras años explicando las bondades del policarbonato Samsung da el salto al metal por la puerta grande, con un chasis unibody de tacto fantástico y acabados espectaculares especialmente en los modelos dorado y negro (los terminales estarán disponibles en Blanco Perla, Negro Zafiro, Oro Platino, Azul Topacio y Verde Esmeralda).

En las manos, los nuevos teléfonos de Samsung ofrecen el equilibrio justo entre robustez y elegancia, sin resultar pesado en ningún momento y ofreciendo la resistencia necesaria como para no tener que estropear su diseño con una funda. A esto ayuda la tapa posterior con protección Gorilla Class 4, toda una garantía para soportar el ajetreo diario sin mayores problemas. El Samsung Galaxy S6 solo pesa 138 gramos, por los 172 que pesa un iPhone 6 Plus.

Por cierto el nuevo diseño implica renunciar a elementos clave como la ranura para tarjetas microSD o la batería extraíble, dos factores que pueden resultar determinantes para determinado perfil de usuarios y que, además, tienen muchas opciones en el mercado que lo ofrecen. De nuevo, un acercamiento a la estrategia de Cupertino en busca de mejorar el margen por unidad.

Músculo técnico para aburrir

Cada presentación de un nuevo Galaxy supone un nuevo listón técnico para el resto y el S6 no es una excepción. Tenéis todas las especificaciones detalladas en este artículo pero nos gustaría destacar tres puntos que nos parecen claves: la pantalla, la memoria DDR4 y la nueva cámara.

La pantalla del nuevo Samsung Galaxy S6 (y por extensión del S6 Edge) es impresionante. En 5,1 pulgadas de diagonal encontramos 2560 x 1440 pixeles, una densidad de  577 ppp que, en la práctica, significa que nadie será capaz de distinguir un pixel. Si a esto sumamos la nueva generación de Super AMOLED, los 600 nits de brillo máximo (clave para uso exterior) y unos ángulos de visualización brutales estamos ante una de las mejores pantallas que hemos visto en cualquier dispositivo. Espectacular.

El Galaxy S6 Edge ha supuesto una gran mejora sobre aquella primera versión que vimos en IFA; la curva de la pantalla es más suave, desde el puntos de vista estético queda espectacular y el software ha madurado. Ahora bien, desde el punto de vista práctico no sabemos si compensa perder unos cuantos píxeles en los bordes a cambio de la pantalla curva, un efecto que nos ha resultado molesto a la hora de leer o de ver vídeos.

En términos de rendimiento los coreanos apuestan por un procesador Exynos 7 de 14 nm y ocho núcleos (4 x 2.1 Ghz y 4 x 1.5 Ghz) que mejora un 20% el rendimiento del anterior y 3 Gbytes de memoria RAM DDR4, un 80% más rápida que el modelo al que sustituye. Se venderán modelos con 32, 64 o 128 Gbytes de almacenamiento interno, no ampliable. Con estos mimbres, tanto Android como cualquier aplicación vuela y escenarios multitarea complejos son gestionados con una fluidez insultante, máxime teniendo en cuenta que todavía hay margen de optimización hasta que veamos el modelo final en tiendas.

Los responsables de Samsung se han detenido un buen rato en destacar las posibilidades de la nueva cámara, con sensor de 16 megapíxeles y una apertura f1.9 (la frontal se queda en cinco megapíxeles). Nos ha dado tiempo a probar detalles como el encendido instántaneo (podemos tomar una foto en solo 0,7 segundos), el modo Pro (con distintos tipos de enfoque y ajustes dignos de una buena manual) y el nuevo algoritmo para reducir el ruido en condiciones de baja luminosidad.

El hardware nunca es suficiente

Expuesto todo lo anterior uno podría pensar que estamos ante el próximo superventas y que en Cupertino deberían empezar a preocuparse. Sin embargo, Samsung ha mejorado todo lo que podía pero, como cualquier otro fabricante Android, su margen de actuación en lo relativo al software es limitado y,como el resto, debe bailar al son que marca Google.

Ante el feedback de los usuarios que se quejaban de capas de personalización demasiado pesadas y bloatware de serie, los ingenieros han apostado por volver a lo sencillo y Touchwiz ahora intenta simplificar y limpiar la interfaz de serie de opciones superfluas, ofreciendo al usuario solo lo que necesita en cada momento. Hay multitud de pequeños detalles que comentaremos con detalle en el análisis pero, en términos generales, es más evolución que revolución. Por cierto, Samsung ofrece apps extra, pero siempre en formato opcional y descargable, no preinstaladas.

En un mercado donde 93 de cada 100 euros que se generan van a las arcas de Apple, es evidente que marcas como Samsung, Sony, LG o HTC no pueden estar contentas con un escenario donde deben limitarse a vender hardware y mirar como Google hace negocio con el software, al tiempo que lidian con una competencia asiática que ya se atreve con la gama alta. Que el Samsung Galaxy S6 es uno de los mejores terminales que se pueden comprar para disfrutar de Android es una obviedad; que a Samsung le va a costar hacer dinero con él también.

En definitiva, una generación que tiene todo lo que esperábamos de la anterior y un poco más, una Samsung que se erige como líder tecnológico del mercado Android y un gran arranque para el MWC15. El Samsung Galaxy S6 se pone a la venta el 10 de abril a un precio de 699 euros el modelo base (32 GB), 799 euros el de 64 GB y 899 por el tope de gama, con 128 GB de memoria.