Conecta con nosotros

Análisis

Opel Cabrio, abierto

Publicado

el

«To every broken heart
For every heart that cries
Love left a window in the skies»

U2, Window in the skies 2006

No lo comprendí hasta el último momento y ya era demasiado tarde. Ese ruido sordo que había escuchado, el suspiro del último soplo de aire del exterior y la oscuridad, una capa negra y pesada que cubrió los últimos estertores de luz de la habitación. Me habían encerrado. Corrí asomándome al primer pasillo al que tenía acceso envuelto en un silencio roto por mis propias pulsaciones martilleándome los oidos, mi propia respiración acelerada.

Me golpeé con algo en la oscuridad y caí. Rodé dos o tres veces, totalmente desorientado, desesperado. Estuve largos minutos tumbado boca arriba en el suelo, abriendo y cerrando los ojos sin notar ninguna diferencia. Mis ojos buscando la luz miraban no sabía a donde, mis brazos no alcanzaban a tocar ninguna pared, estaba solo flotando en medio de la oscuridad, del silencio, sin ninguna esperanza…

Me era imposible ordenar mis pensamientos para buscar una forma de salir de allí, el silencio me aplastaba, me susurraba que no había esperanza, que este era ahora mi mundo, frío y oscuro. Entonces repentinamente una luz lo invadió todo, tuve que protegerme con la mano para que no me deslumbrara.  Y una voz surgió de la claridad: «Carlos, sal de ahí, no seas teatrero. Me he cansado de esto, vamos a jugar a otra cosa…»

Ficha técnica

Descapotarse

No creo que haya que andarse con medias tintas, un descapotable es un juguete para adultos, un verdadero capricho, un vehículo que cumpliendo sus funciones de moverse de un lado a otro sacrifica muchas de sus cualidades prácticas como medio de transporte para ofrecer una experiencia diferente: conducir y ser transportados en contacto con en aire, disfrutando del cielo abierto sintiendo el viento sobre nosotros.

Creo que una de las claves para analizar un descapotable como el que Opel tuvo la amabilidad de cedernos (Opel cabrio u Opel Cascade, según dónde se venda) es medir por un lado cuántas de esas cualidades prácticas han sobrevivido para dar forma al coche y por otro lado medir en la medida de lo posible el componente de emoción y por supuesto deportividad, algo que acompaña a este tipo de modelos de coches.

Lo primero que hay que apuntar es que para este modelo de descapotable Opel ha optado por un techo de lona, al contrario que otros fabricantes que apuestan por el «hard top». En principio las ventajas e inconvenientes son las que se pueden intuir: un techo de lona es menos rígido y por otro lado pesa mucho menos que un techo metálico plegable. Sobre el tema de la rigidez Opel asegura que los refuerzos incorporados en el resto del chásis hacen que el coche tenga una rigidez incluso más alta que otros modelos con techo «duro».

Hay que ser rígidos

Como el tema de la rigidez influye en la conducción dejaremos para más adelante el veredicto. Otros puntos como la mayor facilidad para acceder al coche se han superado hace mucho y casi resulta más fácil romper un cristal que desgarrar la lona del techo. Si nos fijamos en el apartado puramente estético la verad es que el techo de lona, que se ofrece en color burdeos en nuestro caso, es un toque positivo, una nota de color que da mucha personalidad al coche.

La plataforma del Cabrio de basa en la del Astra, aunque por el empaque y el tamaño del coche no lo parezca (30 centímetros más largo y más ancho) pero las modificaciones para aumentar la rigidez del chásis y la necesidad de un maletero capaz de alojar la capota y dejar espacio para algo de equipaje hacen inevitablemente que las cifras sean distintas. La parte delantera, sin embargo, conserva esa impronta Opel con sus grupos ópticos y rejilla de ventilación con aire de familia, de hecho idéntica al Opel Insignia de la generación anterior.

La parte trasera es otro cantar, con el amplio voladizo que permite un gran maletero y faros adaptados a las formas del mismo que una vez más se han incorporado utilizando los del mencionado Opel Insignia. A pesar de la combinación de Astra e Insignia, el Cabrio tiene una personalidad propia y un perfil francamente deportivo que se ajusta muy bien a los propósitos del coche, que es lo que se busca en este tipo de coches.

En el interior

En el interior encontramos cuatro plazas, número máximo que encontraremos en la práctica totalidad de los descapotables, con asientos de cuero de buena calidad. Las pazas traseras son muy cómodas y los asientos envuelven como se espera de un coche que busca la deportividad. Los acabados de los mismos son muy buenos y en la versión que probamos (en realidad el único acabado disponible) ofrecían un sistema de ventilación y calefacción, muy útil en este tipo de coches.

La sorpresa agradable han sido sin duda las plazas traseras, que son mucho más cómodas de lo que cabría esperar en un coche de estas características, dignas de los mejores descapotables del mercado (con precios mucho más altos). Es cierto que el acceso no es de los más cómodos, pero una vez atrás adultos incluso de cierta estatura viajan cómodos por altura (con la capota bajada, claro está) y por espacio entre las piernas, incluso si los ocupantes de las plazas traseras «se ponen cómodos».

En la parte delantera la inclinación del parabrisas entorpece la visibilidad en el caso de que midamos a partir de 1,85, pero no más que otros modelos similares y en el caso del Cabrio, ajustando los asientos, podemos paliarlo casi por complto. El salpicadero del Cabrio tiene un aspecto deportivo, con detalles de costuras y acabados en piel y plásticos de buena calidad. Las molduras de las puertas se han forrado en color claro y también muestran costuras y buenos materiales.

Algo de confusión

La parte tras el volante ofrece una disposición y diseño muy deportivos, con relojes para proporcionar información de las revoluciones y la velocidad que alcanza el coche con una pantalla digital monocolor en el centro para ofrecer otros datos del ordenador de viaje como consumos u otros. Por encima de la pantalla otros dos relojes traen recuerdos de modelos deportivos de antaño, ofreciendo información de la temperatura del aceite y del nivel de gasolina. Un toque retro que nos ha encantado, desde luego.

En la parte central está la poblada zona del climatizador y sistema de información y entretenimiento. Decimos poblada porque bajo la pantalla hay una gran cantidad de diales y botones de todo tipo que controlan todas las funciones del sistema, ya que Opel ha optado por no instalar un sistema táctil. Ignoramos si esta decisión obedece a prevenir los posibles problemas de funcionamiento que pudiera presentar si el coche va descapotado.

El caso es que el funcionamiento del sistema se hace confuso, sobre todo las primeras veces y requiere que desplacemos la mirada de la carretera. Hasta 47 botones y diales que accionan opciones como el modo Sport, luces de emergencia, memorias de la radio, climatización, opciones del navegador, sensores de aparcamiento, teléfono, sistema de audio… Por un lado resulta confuso, por el otro redescubrimos la alegría de cambiar de emisora pulsando solamente un botón, cuando en algunos sistemas multimedia no hay más remedio que navegar por distintos menús.

Por otro lado tanto el navegador como el sistema multimedia trabajan como se le espera, con la calidad de los sistemas montados en toda la gama Opel. Reseñar que el sistema de sonido es de buena calidad y responde bien incluso con la capota plegada (obviamente no es así si lo hacemos a cierta velocidad por el sonido del viento). Notar que los altavoces se han integrado de forma muy discreta en las puertas, un punto a favor.

En este modelo se ha incorporado el sistema OnStar de Opel del que ya hemos hablado en ocasiones que proporciona tanto acceso WiFi dentro del coche para los dispositivos que puedan acceder a esa conexión de red como el sistema de asistencia en carretera y de emergencias que funciona a través de una centralita. Con solamente pulsar un botón podrán sacarnos del apuro, ya sea este grave o no… En fin, no nos ha parecido un hándicap importante pero sí algo a reseñar en un modelo que se vende en 2017.

Descapotando

El sistema de accionamiento del techo, por su lado, no puede ser más sencillo.  En la parte central junto a la palanca de cambios hay una pequeña asa plateada que si tiramos de ella accionará el sistema de plegado o desplegado del mismo. Junto a ella el botón que baja o sube todas las ventanillas conjuntamente, importante ya que en caso de cierre de la capota éstas no suben automáticamente.

Hay que decir que junto a este accionador se encuentra el del freno de mano y las primeras veces hay que ser cuidadosos no vaya a ser que accionemos una cosa queriendo accionar la otra. La capota se puede accionar en marcha (hasta 50 kilómetros por hora) y todo el proceso dura aproximadamente 17 segundos. Realmente cómodo y sin problemas, siempre que al plegarla hayamos dejado espacio suficiente en el maletero.

Maletas y capota

Éste se encuentra dividido entre la zona de la capota y en la que podemos cargar equipaje. La capacidad total, si el coche está cubierto, es de unos notables 380 litros, que se reducen a 280 litros si respetamos el espacio de la capota, más que suficiente para almacenar las maletas de un viaje corto, aunque el acceso queda dificultado porque la zona de la lona está en la parte superior y la carga y descarga es algo más compleja que en un maletero tradicional. En todo caso dentro de la familia de descapotables es un maletero que podemos considerar más que aceptable.

Sensaciones

Pero una de las cosas que apuntábamos al principio es que el descapotable tiene que proporcionar sensaciones, y la tarea de proporcionarlas se ha encomendado por parte de Opel a un motor 1.6 turbo de gasolina que rinde 170 caballos. No son malas cifras pero mover más de 1.700 kilos no es ninguna broma (100 kilos más que un Insignia, por ejemplo) por lo que no hay más remedio que ponerse al volante para comprobar qué comportamiento tiene nuestro Cabrio.

Una de las manías que tengo al montarme en un coche con aspiraciones deportivas es el sonido del motor. No hay que esperarse un rugido de circuito de carreras, pero es un elemento que inevitablemente tiene que dar personalidad al coche, y en un descapotable en el que el sonido nos va a llegar más directamente a nuestros oidos más importante aún. El caso del 1.6 turbo de Opel es de notable, buen sonido al arrancar, sin grandes aspavientos, y un ronroneo sostenido y ronco al subir de revoluciones, en línea con los excelentes motores de las series GTC de la marca.

El coche está equipado con una caja de cambios automática de 6 velocidades, algo tímida en comparación con el motor pero que espabila y mucho si accionamos la opción Sport en el salpicadero. A pesar del peso la verdad es que el Cabrio se desenvuelve bien, aunque en aceleración finalmente se quede un poco torpe en comparación a otros deportivos ya que apenas baja de los diez segundos para alcanzar los 100 kilómetros por hora.

Prestaciones sin alardes

La sensación es que no recupera mal, pero tampoco va holgado, en cualquier caso potencia más que suficiente para un uso normal, pero algo decepcionante si se pretende un uso más dinámico, y eso siempre que tengamos accionada la opción Sport, si no es así lo que tendremos en nuestras manos es el comportamiento de una berlina cómoda pero nada agresiva. En la modalidad deportiva se apuran más las marchas y entonces la personalidad del 1.6 turbo tiene más posibilidades de emocionar.

El chásis por otro lado nos ha dado muy buenas sensaciones, estable en curva y sin titubeos en las frenadas incluso bruscas, por lo que no tenemos ninguna duda de que se ha hecho un grandísimo trabajo en cuanto a la rigidez. En este sentido también los frenos dan muestra de su buen comportamiento, incluso en bajadas pronunciadas y con algo de fatiga sobre sus discos. El aplomo del coche incluso en recorridos virados es muy bueno y quizás pide un propulsor con algo más de potencia.

Conclusiones

El Opel Cabrio es un modelo que sorprende, aunque algunos elementos parezcan de generaciones anteriores la verdad es que el conjunto es armonioso y no se echa en falta ningún elemento que encontremos en coches más modernos. Por otro lado por tamaño, acabados y confort en el habitáculo quizás compite más con modelos descapotables de una gama más alta que lo que se esperaría de un coche derivado de un Astra.

Quizás frente a estos coches más caros y lujosos el Cabrio esté en desventaja sobre todo por el motor y el comportamiento deportivo, que ni mucho menos es inexistente pero si que se echa en falta algo más de punch en algunos momentos. Lo que es indiscutible es que el coche es un descapotable más que respetable, que si no se buscan sensaciones extremas cumple más que de sobra y por encima de lo que indicaría su precio.

 

 

Notas finales

8Nota

Prestaciones7

Diseño8

Consumo7

Confort8

Sistema de Infoentretenimiento8

Lo más leído