Análisis
Tesla Model S 100D, sueños
«El material del que están hechos los sueños» Sam Spade, El Halcón Maltés 1941
Franz es jefe de ingenieros en Stuttgart y tiene frío. A pesar de ser alemán no le gusta madrugar y no le gusta congelarse las manos esperando en la puerta de una empresa de alquiler mientras le traen un coche. Pero es una petición del consejo de administración que no admite réplica: «Franz, lo harás, mañana a las seis. Está todo preparado» le dijo Greta, la secretaria del presidente. Mientras intenta calentar sus manos con el aliento se va impacientando. Es una persona importante en la fábrica, medita, indispensable en su empresa. Todo el mundo lo reconoce así que ¿por qué está esperando en una acera a dos grados bajo cero?
Un tipo joven y sonriente se baja de un coche gris oscuro aparcado a unos pasos de donde se encuentra él y le hace gestos de que se acerque. ¿No podría haber llevado el coche hasta donde él estaba? La impaciencia de Franz se va convirtiendo en enfado mientras se dirige al rubio sonriente que le espera ahora dentro del coche. No está mal, piensa mientras se acerca fijándose en la línea del vehículo aparcado, pero hacemos cosas mejores…
Golpea el suelo con los pies para entrar en calor mientras espera a que el joven le abra la puerta del conductor, tarda demasiado. Así que este es un Tesla, piensa, un coche californiano en Baden-Wurtemberg a dos grados bajo cero. Un surfista en el congelador. Sonríe al pensar en ello mientras el joven (bien mirado, con aspecto precisamente de surfista) sale y le deja sitio para sentarse tras el volante. El empleado de la casa de alquiler intenta dar una serie de explicaciones mientras Franz le cierra la puerta sin contemplaciones gruñendo un laconico «Danke».
Ficha técnica
Franz pasea sus manos sobre el volante, luego sobre el salpicadero y enciende el motor. Silencio. Los acabados son buenos, pero nosotros los hacemos mejores. Franz no es un tipo que pierda el tiempo en Internet, lo que necesita está en su cabeza y el los libros de su despacho. No tiene tiempo para distracciones, cosa que al parecer no pasa con el consejo de administración, piensa dejando escapar una sonrisa. Tesla, no saben hablar de otra cosa refunfuña para si.
Inserta la D y pone en marcha el coche. Silencio. La pantalla es grande, demasiado grande y luminosa, piensa Franz mientras casi sin pensar busca a Wagner en Spotify. Y entonces, cuando la cabalgata de las Walkirias empieza a atronar el habitáculo se incorpora a la Autobahn. Es un conductor cuidadoso, no como los ingenieros jóvenes que de vez en cuando programan excursiones a Nurburgring. Comprueba que no haya obstáculos y pisa el acelerador a fondo. Han pasado veinte minutos. Franz detiene el coche en una gasolinera. Se aleja de él un par de pasos y se gira para mirarlo. Entonces coge el móvil: «Reúne el equipo. Hay que hacer algo».
El sueño
Se lo que estáis pensando, yo estaba en vuestro lugar hace no mucho. Me explico: hasta hace poco envidiaba a todo youtuber, periodista o aficionado que se grababa un vídeo o aparecía en un artículo después de haber probado un Tesla, un vehículo que se ha convertido en casi mitológico en especial para los aficionados a la tecnología. Y os lo confirmo, y aunque se trata de un mínimo spoiler del artículo que leeréis a continuación: esa envidia es totalmente justificada.
Tesla ha tardado menos de diez años, desde el lanzamiento de su primer Roadster, en revolucionar el sector del automovil. Un sueño que nació del desmantelamiento del proyecto de General Motors al retirar su modelo EV1 y que Elon Musk ha alimentado durante todo este tiempo con una imagen de millonario excentrico que algunos han comparado con la de Tony Stark, el alter ego del vengador Iron Man.
Su propuesta de vehículos eléctricos no solamente se basa en lanzar al mercado modelos como el S, el X o el Model 3 (además del recién anunciado Camión y la renovación del Roadster) que compiten y superan en prestaciones a sus homólogos alimentados por combustibles fósiles, sino en una apuesta integral por la movilidad desplegando tanto en Estados Unidos como en Europa una red de cargadores rápidos o Superchargers que facilitan el que el propietario de un Tesla pueda viajar sin problemas de autonomía.
El coche
Pero centrémonos en lo que nos ocupa. El fabricante californiano Tesla ha desembarcado de forma decidida en España desplegando tiendas y servicio técnico y por fin hemos podido acceder a probar uno de sus modelos más emblemáticos: el model S. En nuestro caso se trata de la variante 100D, el que mayor capacidad de almacenamiento en batería dispone, hasta 100 kWh (equivalente a una autonomía de 632 kilómetros en ciclo NEDC) con dos motores, uno por eje, que le confieren tracción a las cuatro ruedas.
Empezaremos por el aspecto exterior. Aunque apenas ha cambiado desde su lanzamiento allá por el año 2012, el diseño del Model S es tremendamente actual, en línea con la tendencia de las grandes berlinas deportivas del mercado. Es un diseño pensado para la aerodinámica (tiene un coeficiente aerodinámico de 0,24) y que transpira deportividad. Llama la atención la enorme distancia entre ejes (casi tres metros), sin apenas voladizos y con un aspecto compacto y tremendamente agresivo.
Los grupos ópticos delanteros afilados son estrechos pero no restan a la hora de iluminar la carretera. Por detrás sorprende la forma del maletero ya que queda entre medias de una berlina y un familiar, arrancando el portón muy arriba y abriendo un espacio enorme para la carga. Por lo demás dando vueltas alrededor del model S y si no reconocemos la inconfundible silueta del Model S solamente nos daremos cuenta de que estamos frente a un automóvil eléctrico cuando nos demos cuenta que no existe parrilla del radiador (aunque sí ventilación debajo del parachoques para refrigerar las baterías).
El aire
Una vez disfrutado de las líneas a cierta distancia otra sorpresa más: los tiradores de las puertas no están. Se trata de tiras metálicas que solamente se convierten en tiradores si abrimos con el mando (con forma de Tesla Model S, por cierto) o si nos acercamos al coche con él en el bolsillo. Un detalle vanguardista que de paso proporciona una ayuda adicional para mejorar el flujo del aire sobre la carrocería. Cerca del coche apreciamos también las múltiples cámaras escondidas en diversas zonas del coche que son los ojos de los sistemas de conducción automática y semi automática del Tesla.
Una vez abierta la puerta el primer titubeo, hay que bajar bastante para acomodarse en el asiento del conductor pero tampoco de forma exagerada. Además después de la última actualización de software de Tesla (sí, actualización de software) se puede elegir la función de «easy entry» que desplaza el asiento y el volante para que podamos entrar más fácilmente y luego vuelve todo a su lugar. Despliegue de mínimos zumbidos de los varios servomotores que acunan la sensación de entrar en una película de la ciencia ficción.
La imagen
No hay nada que hacer, en cuanto entramos en el Model S los ojos se deslizan rápidamente hasta la pantalla. No se trata solamente de su tamaño, nadie en su coche, a menos que desmonte la pantalla de su portátil o acople el monitor de su casa con cinta americana al salpicadero, poodrá disfrutar de 17 pulgadas táctiles en su automóvil. Es que además es una pantalla excelente, con una visibilidad en cualquier condición de iluminación que impresiona. Además regula automáticamente la luminosidad por lo que no llega a ser molesta si conducimos de noche.
Despegando la mirada de la pantalla, con cierto esfuerzo, recorremos los excelentes acabados del Model S. Hay que decir que en coches de este precio sí que hay cosas mejores. Cualquiera que haya tenido la suerte de posar sus dedos en las costuras de los acabados de modelos de alta gama de Jaguar o de Maserati notará la diferencia. Aún así se trata de terminaciones muy buenas que salvo algún detalle menor no muestran ninguna imperfección (ni problemas como los que se encontraban por lo visto en los primeros modelos).
El diseño en general del interior lo protagoniza la extrema sencillez y limpieza. No hay palanca de cambios (hay una palanca de selección tras el volante), ningún dial, botón… solamente fibra de carbono (el acabado de nuestro modelo) y las rejillas de ventilación (en el Model 3 incluso éstas desaparecen). Ni siquiera el volante dispone de demasiados botones o selectores. Da la impresión de que a los lápices se ha puesto un diseñador nórdico obsesionado con las líneas más puras.
La sencillez
No hay botones ni selectores porque todo, absolutamente todo, se controla desde la pantalla táctil. Además de las funciones habituales de control de reproducción, navegación o teléfono, desde la pantalla controlamos el movimiento de los asientos, su refrigeración o calentamiento, la colocación del reposacabezas, la climatización, la apertura de puertas, los retrovisores, las luces, todas las cerraduras, la altura de la suspensión (que puede guardarse para que el coche suba en un determinado lugar marcado por GPS) e incluso la apertura del techo solar, que puede abrirse total o parcialmente incluso marcando el porcentaje.
Es verdad que esta forma de controlar los parámetros del coche choca en un primer momento, pero nada que alguien acostumbrado a utilizar la tencología no se adapte en menos de cinco minutos. Una vez acostumbrados es realmente agradable no tener que memorizar dónde está el botón de cada cosa. Aunque es verdad que para algunas funciones hay que entrar en menús y quizás sea algo más lento, también es cierto que las funciones más utilizadas (como las de la climatización) están siempre en pantalla y a mano.
La información
Abrimos un paréntesis para el sistema de información y entretenimiento que se encuentra tras la impresionante pantalla táctil. El sistema de navegación es responsabilidad de Google Maps, que funciona gracias a la conectividad 3G que funciona siempre y que corre por cuenta de Tesla. Se muestra tanto el mapa tradicional como el proporcionado por las fotos vía satélite y marca rutas teniendo en cuenta el tráfico y otras circunstancias de la ruta.
Al mostrar el recorrido nos presenta la carga al comenzar y al terminar, calculando el consumo teniendo en cuenta velocidad media y la diferencia de altitud que tendremos que salvar con lo que el cálculo de la autonomía es de lo más preciso. A la hora de un viaje largo si necesitamos recargar durante el camino nos llevará al cargador o supercargador que esté de camino y añadirá el tiempo de recarga al total del viaje. Todo lo necesario para que no sintamos eso que han bautizado en Estados Unidos como «ansiedad de autonomía».
Desde el sistema de entretenimiento podemos acceder directamente a Spotify con una cuenta premium asociada al automóvil con la que podemos escuchar todo tipo de música. También podemos acceder a un navegador y aunque la pantalla invita a que podamos ver los resultados del fútbol y podamos leer sin problemas un artículo de MuyComputer por favor, hacedlo con el coche totalmente detenido.
Aunque el sistema de información y entretenimiento y el navegador son excepcionales hay una laguna importante y es el sistema de reconocimiento de voz. Se activa en el volante y permite algunas funciones básicas, pero aún se encuentra en fase de desarrollo para el reconocimiento de palabras en español por lo que hemos tenido algún problema incluso con las frases de prueba que propone el propio sistema. Así que a pesar de su amable invitación nos hemos quedado con las ganas de escuchar a Julio Iglesias pidiéndolo a viva voz…
El volante
Detrás del volante otra gran pantalla se ocupa de proporcionar la información más inmediata como la de la velocidad o la autonomía, aunque puede mostrar el mapa de navegación, curva de consumo, datos sobre la música que estamos escuchando, datos de los sensores de aparcamiento además de información del sistema Autopilot o de la marcha que tengamos seleccionada. EL puesto de conducción se regula de forma eléctrica tanto en el volante como en el asiento y dispone de memoria.
Los asientos de hecho son uno de los puntos fuertes del Tesla, realmente cómodos sobre todo los reposacabezas, elegantes y los más cómodos que he podido probar en muchos años. Sin embargo al mirar a nuestro alrededor una sorpresa. Todo tiene un diseño tan sencillo y funcional que apenas encontramos huecos portaobjetos, por ejemplo no hay en las puertas. Solamente podremos almacenar en la guantera y en el hueco central con varios posavasos o en un espacio bajo la pantalla. Todo algo pequeño que choca por ejemplo con los teléfonos de grandes pantallas de última generación.
El clima
Capítulo aparte merece la climatización. Además de ser muy eficaz en el caso de este modelo de Tesla aporta una ventaja adicional. Según los datos del fabricante el sistema de ventilación no solamente elimina hasta el 99,97% de las partículas nocivas que puedan entrar en la cabina sino que ofrece un modo de defensa contra armas biológicas que creapresión dentro del coche para dejar fuera el aire contaminado. Estas funciones se realizan gracias al diseño de la canalización de aire que es forzada a través de unos filtros de alta densidad HEPA.
Antes de arrancar y pese a la impaciencia por hacerlo nos pasamos por la parte trasera para ver cómo es la vida en la parte de atrás de un Tesla. El techo es algo bajo, pero es un inconveniente que comparten otras berlinas deportivas de este tamaño por necesidades de la aerodinámica. A pesar de ello es posible acceder sin problemas y tener espacio incluso midiendo metro ochenta o algo más. Para las piernas hay espacio de sobra, gracias a la longitud y gran distancia entre ejes del coche.
A lo ancho caben tres adultos sin problemas y la ausencia de túnel de transmisión ayuda bastante a esta comodidad ya que el suelo es contínuo de puerta a puerta. Aunque las baterías se encuentran bajo el suelo del coche la verdad es que no se nota esa falta de espacio salvo que la regulación en altura tiene quizás menos recorrido que en otros modelos con motores de explosión o eléctricos con las baterías colocadas bajo el suelo del maletero. Atrás encontraremos aún menos espacio para objetos pues no hay ni en las puertas ni en la parte trasera de los asientos delanteros. Para la parte de atrás disponemos de tomas USB y boquetas de ventilación.
La carga
El maletero como hemos comentado abre casi completamente la parte trasera para dejar un amplísimo espacio de carga que incluso puede en opción montar dos asientos adicionales mirando hacia atrás (aptos solo para niños). El espacio es grande, 750L, y dispone de la posibilidad de ampliar el espacio de carga abatiendo los asientos. Además del maletero trasero y gracias a que los motores están montados en los ejes, el Tesla dispone de un maletero delantero complementario de casi 60 litros en el que puede colocarse una maleta pequeña o bolsas.
El silencio
Finalmente la impaciencia nos arrastra de forma inevitable tras el volante para accionar el botón de encendido. Silencio. Es lo que esperábamos, lo que no esperábamos es que el silencio no solamente se debe a que el motor eléctrico no genera apenas ruido sino que el aislamiento del sonido del exterior es increíblemente eficaz, a la altura de los coches de su categoría pero unido al funcionamiento eléctrico la impresión es casi de sala de conciertos. Por cierto que el excelente equipo de música, opcional en el modelo que probamos, saca buen partido de ello…
Con la música a un volumen más razonable de lo que es habitual cuando conducimos un coche y disfrutando del grupo Spoon, recomendación de un buen amigo, emprendemos la marcha con el Model S. La calibración del acelerador es muy buena, a pesar de disponer de 422 caballos y la locura de 967 Nm de par el coche no reacciona bruscamente, las ruedas no patinarán incluso pisando el acelerador a fondo.
Se trata de un refinado equilibrio que se logra con una intervención muy profunda de la «inteligencia» del coche que tiene en cuenta los parámetros de adherencia para entregar la potencia precisa a cada rueda. Una sensación que vuelve a la hora de frenar el coche que a pesar de que su masa supera los 2.300 kilos no ha habido ninguna situación en la que hemos tenido la sensación de tener dificultades de parar el coche. De hecho la mayoría de las veces ni siquiera tendremos que pisar el freno ya que ra recuperación de energía del motor eléctrico interviene para ralentizar el coche y al mismo tiempo cargar las baterías.
El control
Con un poco de adaptación la sensación es de control con un solo pedal en la mayoría de las situaciones. Aunque con ese mismo pedal puede alcanzarse también el descontrol absoluto. A pesar de que este no es el modelo de Tesla que ofrece una mayor capacidad de aceleración las pruebas de aceleración y recuperación han sido impresionantes. El coche con todos sus 2.316 kilos más los ocupantes acelera de cero a cien en apenas 4,3 segundos, a la altura de muchos deportivos.
Y os aseguro que no se trata de una cifra sobre el papel, es una sensación de aceleración salvaje. La diferencia con otros coches deportivos con motor de explosión es que no hay preliminares, no hay tirones ni marchas escalando, no hay un ruido de tubo de escape que transmita al habitáculo la cantidad de potencia que están transmitiendo las ruedas sobre el asfalto. Es silencio y aceleración pura, una sensación de teleportación, de viaje alucinante, de regreso al futuro que es difícil de describir. Repito, y este no es el que más acelera, el nuevo Roadster de Tesla baja de los 2 segundos. La mitad que este Model S.
Lo notable al conducir este model S en ciudad es que no transmite sensación de apremio, no hay impaciencia en la forma de conducirlo, si acaso lo contrario, el silencio y el control con solamente un pedal invitan a una conducción tranquila y a disfrutar de la cuenta de Spotify incluida con el coche. Paz. Pero en carretera o autopista es otro cantar, el coche responde a cualquier velocidad a la mínima sugerencia del acelerador con todo el par y la potencia disponible sin excusas y eso… eso es muy divertido.
La diversión
Llevando el Model S a las afueras empieza la diversión, aunque se trata de una diversión tranquila. El aplomo del coche en las curvas es sorprendente, la suma de la tracción a las cuatro ruedas y el bajísimo centro de gravedad por la colocación de las baterías así como una suspensión realmente notable y que se adapta a cualquier circunstacia de conducción transmiten una sensación de seguridad que invita al caracoleo por las rutas más viradas. En cualquier situación la seguridad percibida es impresionante, no se inclina ni cabecea a pesar de tener que lidiar con una carrocería muy grande.
Los consumos se disparan si apretamos mucho, eso hay que advertirlo. Si somos cuidadosos con el acelerador podemos alcanzar los 500 kilómetros de autonomía en carretera y superarlo sin problemas si el uso es principalmente urbano. Son suficientes kilómetros para plantearse incluso algunos viajes, teniendo en cuenta además que como propietarios de Tesla nuestra vida es bastante más fáicl que la de otros coches eléctricos.
La energía
Hay que tener en cuenta que, además del cargador que podamos instalar en casa que puede recargar la batería en unas 8 horas dependiendo de la potencia de la instalación. Un enchufe convencional solamente podrá darnos 150 kilómetros en esas 8 horas. En ciudad también encontraremos Destination Chargers que podrán darnos en una hora unos 80 a 100 kilómetros de autonomía. Éstos los encontraremos en hoteles y centros comerciales de las grandes ciudades y no tienen coste.
Pero es que gracias a la red de supercargadores que está desplegando Tesla en España (exclusiva para sus vehículos) podremos recargar en más de 16 puntos estratégicamente repartidos en las principales autovías del país. Con este tipo de recarga podremos recuperar hasta 250 kilómetros de autonomía en 20 minutos. Y totalmente gratis para usuarios de Tesla S y X. Esto convierte a un Tesla en la mejor opción para viajar con un eléctrico. Además los vehículos Tesla son compatibles con cualquier cargador tipo Mennekes que encontremos, tanto gratuito como de pago.
El conductor
No, no nos hemos olvidado del famosísimo Autopilot… pero ha supuesto una pequeña (pero lógica) decepción. Lo hemos probado y sí, se pueden soltar las manos del volante (teóricamente, queridos lectores de la DGT…) pero tiene bastantes lagunas. El sistema es muy sofisticado y puede funcionar como un sistema de control de crucero muy avanzado pero aún no lo vemos preparado para llevarnos a un lugar marcado por el navegador sin que tengamos que intervenir para nada.
Los propios responsables de Tesla lo definen como ayuda a la conducción para que tengamos las manos en el volante y la mirada al frente. El sistema consta de Control de crucero adaptativo que ajusta la velocidad a la presencia de otros vehículos, sistema de giro del volante automático según las líneas de la carretera (más sensible que otros sistemas pero nopuede compensar las lineas mál pintadas, obviamente), cambio de carril automático si accionamos el intermitente…
También dispone de función de aparcamiento automático tanto en línea como en batería y la verdad es que funciona muy bien y resulta muy útil dado el taaño del coche. En un futuro dispondrá de conducción autónoma más completa, incluso hemos podido ver vídeos de pruebas de Tesla con el sistema de aparcamiento automático sin necesidad de conductor y el sistema Summon que hace que el coche vaya a buscarnos dejando el aparcamiento y conduciendo de forma autónoma hasta donde estemos. Incluso un sistema que «evita» que nos pongan multas por aparcamiento… Pero aún terdará un poco en ser realmente efectivo.
Antes de terminar… hay una cosa que no me quito de la cabeza. Así que salgo del coche, doy la vuelta y echo un buen vistazo. Vuelvo a entrar, nuevo recorrido con la mirada. Conduzco un poco más… Estoy al volante de un coche que se lanzó en 2012 y que no ha sufrido tantos cambios. Pequeñas actualizaciones, mejoras en las baterías y en los motores pero nada radical. Un coche análogo de explosión del 2012 no ha envejecido tan bien.
Conclusiones
Ha sido un sueño probar un Model S. No nos volvamos locos, el futuro es eléctrico pero los coches eléctricos actuales no son perfectos. Lo que sí es verdad es que el camino recorrido por Tesla es impresionante y sí que se puede decir que con modelos como el S que hemos probados están indudablemente en la vanguardia. Como coche en sí tiene una personalidad única, es un coche deportivo que no contamina sin renunciar para nada a prestaciones (¡qué aceleración!), autonomía o comportamiento en carretera. Todo ello aderezado con tecnología del futuro como el Autopilot.
Un posible pero es el precio, pero es un argumento que flaquea en cuanto se comparan prestaciones. ¿Cuánto tenemos que pagar por una berlina deportiva que acelere como un Tesla? Y por cierto, Tesla ofrece 8 años de garantía y una financiación al 0,99%. Algunos detalles sí que son mejorables como el sistema de reconocimiento de voz o los huecos para almacenar objetos pero… Es un coche innovador como no los ha habido en décadas pero es que encima regala sensaciones y no se trata de un prototipo, es un coche perfectamente funcional.
Salvo algunos detalles en los acabados puede mirar fijamente a los ojos a cualquier M3, AMG, Jaguar XJ, Maserati Ghibli y otros muchos y darles muchos problemas en una pista de pruebas (basta echar un vistazo en YouTube). La sensación es que se está al volante de un coche que va a marcar el paso del futuro y que ha podido cambiar los planes de los grandes fabricantes de automóviles. Y eso… no es cualquier cosa. En fin, en el cajón de mi mesa hay un boleto de la lotería. No digo más.
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