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Europa utiliza metadatos de smartphones como arma para deportar refugiados

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Europa tiene el desafío de resolver la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial una vez que el Mediterráneo se ha convertido en la ruta más mortífera del planeta. Migrantes y/o refugiados son un drama que se cobra miles de vidas anuales y el fenómeno enfrenta a los países de la UE, donde la opinión pública o gubernamental se debate entre los extremos que piden un cerrojazo total y otros que apuestan por la apertura de fronteras.

Más allá del trasfondo político y su tratamiento ético y legal (distinto en este caso entre refugiados de guerra y migrantes hambrientos), que exige urgentemente una verdadera política común europea en materia de asilo e inmigración, un especial de Wired analiza aspectos de privacidad del fenómeno y en concreto, la utilización de metadatos de smartphones de refugiados por los gobiernos europeos como arma para deportarlos.

Los teléfonos inteligentes han ayudado a decenas de miles de migrantes o refugiados a viajar a Europa. Un móvil significa poder mantenerse en contacto con su familia. O conectar con los traficantes de personas, las mafias que se enriquecen con la miseria y desesperación. Durante la travesía, considerada «el primer éxodo del siglo XXI», el móvil inteligente ayuda a su dueño a conectarse con grupos de Facebook que advierten sobre cierres de fronteras, cambios de políticas o estafas varias de las que deben cuidarse. También asesoramiento a través de WhatsApp sobre las distintas políticas de la policía fronteriza.

Smartphone: de la libertad a la deportación

Los gobiernos, conscientes del uso del móvil, ahora lo están usando contra sus propios usuarios. En todo el continente, los migrantes se enfrentan a una floreciente industria forense móvil que se especializa en extraer mensajes de un teléfono inteligente, historial de ubicación e incluso datos de redes sociales, WhatsApp o Facebook. Esa información puede potencialmente volverse contra los propietarios del teléfono.

En 2017, tanto Alemania como Dinamarca ampliaron las leyes que permiten a los funcionarios de inmigración extraer datos de los teléfonos de solicitantes de asilo. Se ha propuesto una legislación similar en Bélgica y Austria, mientras que el Reino Unido y Noruega lo llevan haciendo desde hace años.

Tras los avances de la derecha extrema en una parte de Europa, varios gobiernos han apostado por reducir las cifras de inmigraciónHacer frente a las solicitudes de asilo que se consideran fraudulentas parece una forma fácil de hacerlo. Cuando los líderes europeos se reunieron en Bruselas la semana pasada para elaborar un nuevo marco más estricto para gestionar la migración las agencias gubernamentales de toda Europa se mostraron entusiasmadas por las nuevas normas y el software que pueden usar en casos de deportación.

El móvil es un elemento claveEn Alemania, solo el 40% de los solicitantes de asilo en 2016 pudo presentar documentos de identificación oficiales. En su ausencia, la verificación se realizó con los datos del teléfono móvil y software de análisis de lenguaje, utilizando traductores humanos y computadoras para confirmar si su acento es auténtico.

Alemania están utilizando un software llamado Atos, que combina la tecnología de dos compañías forenses móviles: T3K y MSABSolo lleva unos minutos descargar los metadatos. Dinamarca está dando un paso más allá al pedirles a los migrantes sus contraseñas de servicios como Facebook. Los grupos de refugiados observan cómo la plataforma se usa cada vez más para verificar la identidad de un solicitante de asilo.

Críticas

Grupos de derechos humanos y algunos partidos políticos han cuestionado la legalidad de estas medidas, planteando inquietudes sobre la violación de la privacidad y el efecto de registrar a los migrantes directamente como delincuentes, como explican desde el movimiento danés de ayuda al refugiado: Michala Clante Bendixen

«Pedir la contraseña de Facebook o abrir el teléfono celular de alguien es una violación ética y de privacidad. Para un solicitante de asilo, esta es a menudo la única parte del espacio personal y privado que le queda«

Los activistas de privacidad recalcan también, cómo la información digital puede no reflejar con precisión el carácter de una persona. «Debido a que hay tantos datos en el teléfono de una persona, juicios amplios podrían no ser necesariamente ciertos», dice Christopher Weatherhead, tecnólogo de Privacy International. O aún peor, deportar a un refugiado por ello.

Irónicamente, el teléfono inteligente, durante tanto tiempo una herramienta de liberación, se está convirtiendo en un Judas digital. Ahora, los migrantes o refugiados se ven obligados a enfrentarse a una realidad tan peligrosa como cruzar el Mediterráneo y el mismo dispositivo que les ayuda a «conseguir la libertad», podría ser usado para acabar con la esperanza de una nueva vida

Vía | Wired – Para pensar: En la piel de un refugiado | ElPaís – Para el que quiera ayudar | ACNUR

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