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Cinco razones por las que retrasamos la compra de un PC nuevo

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compra de un PC nuevo

El mercado PC sigue en franco retroceso según los datos de venta relativos al primer trimestre de 2019, que han publicado las firmas de análisis IDC y Gartner. La industria busca compradores, pero no los encuentra, a pesar que nunca ha habido más y mejor oferta de equipos informáticos.

La sangría del mercado PC continúa y los “brotes verdes” observados a mediados de 2018 han quedado en un espejismo. Los datos de IDC y Gartner son ligeramente distintos aunque ambos concluyen en el mismo sentido. Según IDC, el mercado mundial de computadoras tradicionales, que incluye sobremesas, portátiles y estaciones de trabajo, cayó un 3% hasta 58,4 millones de unidades.

Gartner estima el mismo número de unidades vendidas en el trimestre (58,5 millones) aunque eleva la caída hasta el 4,6% frente al primer trimestre de 2018. Aunque la caída no afecta a todos los fabricantes y se confirma una concentración de ventas en torno a los tres grandes, HP, Lenovo y Dell. Sin embargo, en el global, los descensos se acumulan en una caída que parece no tener fin y que se acumula desde hace siete años.

mercado PC 2019 Q1

¿Por qué retrasamos la compra de un PC nuevo?

Para poner el problema en perspectiva señalar solo un dato. A comienzos de la década las ventas de PCs superaban los 100 millones de unidades. Casi el doble que los 58 millones de unidades del primer trimestre de 2019 que reflejan los datos de las consultoras.

Hace ya unos años que el por entonces jefe de Intel, Brian Krzanich, advirtió que el ciclo de actualización de PCs se estaba desacelerando drásticamente. Frente a un ciclo de renovación media estimada en 3-4 años a comienzos de 2010, la industria había pasado a 6 años. Nada menos que un 50% y en un corto espacio de tiempo.

A pesar de la gran oferta actual en cantidad y calidad la realidad es que el cliente del PC hoy “aguanta” cada vez más sus equipos informáticos. Y hay motivos conocidos para ello.

1. Nuevas plataformas de procesamiento

Hace una década, cada nueva plataforma de procesamiento que llegaba al mercado impulsaba casi directamente las ventas de PCs. Repasando hoy el catálogo del mayor fabricante, Intel, observaremos cerca de tres centenares de modelos distintos. Todas han ido mejorando en algún aspecto (rendimiento o consumo) a las precedentes pero ¿lo suficiente como para obligar a renovar equipos?

La respuesta directa es que no. Todavía existen decenas de millones de máquinas con plataformas anteriores que funcionan para lo esencial. Son capaces de mover los sistemas operativos más utilizados y trabajar con ofimática, accesos y servicios a Internet y reproducción multimedia. Salvando nichos concretos más especializados, el usuario no ve la necesidad de actualizar.

2. Componentes

Consecuencia de lo anterior, todo indica que el consumidor está apostando por mejorar componentes concretos del equipo que optar por la compra de un PC nuevo. Cambios que sí aportan valor tangible, como reemplazar un disco duro por una SSD; aumentar la memoria RAM; renovar la tarjeta gráfica o adquirir un nuevo monitor.

No hay cifras concretas, pero el mercado de componentes, accesorios y periféricos es tan importante para la industria global como las mismas ventas de PCs nuevos.

3. Competencia de otros dispositivos

En plena era post-PC, otros dispositivos como smartphones (y en menor medida tablets) se han convertido en grandes competidores y alternativa a los ordenadores personales. Cada vez más grandes y potentes, en regiones en desarrollo muchos usuarios se han estrenado en computación e Internet con ellos sin pasar por los PCs.

Aunque no pueden compararse, el presupuesto destinado a compras tecnológicas es limitado y hoy un usuario reemplaza antes un smartphone que un PC, a pesar del punto de saturación observado también en el segmento del móvil.

4. Windows 10

El último sistema operativo de Microsoft no ha sido un impulsor de venta de equipos nuevos como había venido sucediendo en el lanzamiento de sistemas anteriores. Su enfoque como sistema operativo único, con doble interfaz enfocada a la movilidad, no ha terminado de gustar en el escritorio informático.

Por otra parte, su gratuidad en el lanzamiento para actualizaciones de equipos con Windows 7 y Windows 8.1 y unos requisitos mínimos hardware similares al de sistemas anteriores, no favorece (u obliga) a la compra de equipos nuevos. La finalización del soporte a Windows 7 puede cambiar la situación y favorecer las grandes migraciones en empresas.

5. Economía y precios

El precio medio de ordenadores personales ha subido (y bastante) en los últimos años. Aunque la oferta es amplísima y algunos segmentos como el de portátiles básicos se pueden encontrar desde un precio muy económico de 200 dólares, adquirir un buen PC que marque verdaderas diferencias con plataformas anteriores exige una gran inversión.

Por otro lado, la economía de los hogares no es la mejor y el precio de la tecnología ha aumentado a medida que el dólar se ha fortalecido frente al resto de divisas, especialmente el euro y en Europa donde los precios son mucho más caros que en Estados Unidos o Asia. Otra problemática añadida ha sido el altísimo precio de los memorias RAM en los últimos dos años y más recientemente el bajo stock de chips Intel.

¿Qué te parece? ¿Ves más razones para no comprar un PC nuevo? ¿Cada cuánto renuevas tu PC? ¿Apuestas por nuevos o por actualizar componentes?

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