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Análisis

LG G8s ThinQ, análisis: lo mejor del G8 a mitad de precio

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Las cosas como son. LG es una marca valiente cuando hablamos de movilidad. Con su G Flex (el último lo vimos en 2016) se atrevió con las pantallas curvadas; en generación G5 se introdujo en el pantanoso terreno de la modularidad, un espacio en el que han hecho algunos pinitos otros marcas pero que a día de hoy, únicamente ha conseguido explotar con relativo éxito Motorola y con el V50, nos propone nada menos que una doble pantalla pensada para mejorar la experiencia a la hora de consumir contenidos y jugar.

Frente a todos ellos el LG G8s ThinQ se presenta tal y como lo que es: la versión lite del LG G8 ThinQ que se presentó en el pasado MWC de Barcelona y que para disgusto de los fans de la marca, se ha puesto a la venta con algunos meses de retraso frente a los planes iniciales.

Para muchas marcas, hablar de una versión lite supone pensar en un terminal en el que se ha recortado significativamente sus principales características y ahí tenemos los casos de Samsung, Huawei o Google y sus Pixel para dar fe del asunto. Curiosamente este no es exactamente el caso de LG. Y es que las diferencias, que evidentemente existen, son tan ligeras que prácticamente podríamos afirmar que tenemos entre manos el mismo terminal que se presentó el pasado mes de febrero.

En este sentido, la única diferencia notable la encontramos en la pantalla. El terminal mantiene el panel OLED Full View (aunque curiosamente crece en 0,1 pulgadas, hasta las 6,2″) pero reduce ligeramente en la resolución de la misma, que baja del QHD+ original hasta el FHD+. ¿Se nota la diferencia? En realidad, solo ligeramente. Los ángulos de visión son estupendos, la legibilidad de los textos es excelente y eso sí, la luminosidad sigue siendo algo excesiva (con un 80-85% es más que suficiente) y únicamente en determinados juegos podemos llegar a apreciar una diferencia notable.

Por lo demás. ambos terminales comparten la misma versión de sistema operativo, chipset, CPU, GPU, memoria RAM, configuraciones de cámara, presencia de reconocimiento facial y el sensor de huellas trasero. Se reduce eso sí el almacenamiento base, que a diferencia de su hermano mayor parte en esta ocasión desde los 64 GB (si bien es posible adquirir la versión de 128 GB).

Es decir, tenemos entre manos un smartphone que realmente es de alta gama (SnapDragon 855, 6 GB de memoria RAM, GPU Adreno 640, certificación de resistencia IP68, configuración de cámara principal con triple sensor, gran angular de 13 MP, estándar 12 MP y telefoto 12 MP…) por un precio que en estos momentos no supera los 400 euros. Difícilmente vamos a encontrar algo parecido en otras marcas.

Esto por supuesto también implica dos cosas: tenemos entre manos un smartphone que repite todos los aciertos del LG G8 original, pero también todos esos detalles que en su momento apuntábamos que debían mejorar…siete meses más tarde.

 Una fórmula que funciona

Desde el LG G7 la compañía coreana mantiene un diseño continuista en sus «topes de gama», lo que como no podía ser de otra manera, también se plasma en esta versión lite del G8.

Mantiene por lo tanto un notch con sensor ToF (diseñado por Infineon) que el terminal utiliza tanto para la identificación segura (rostro y palma de la mano) y desbloqueo del terminal, como para la interpretación de gestos para llevar a cabo acciones a distancia, sin necesidad de tocar el teléfono. Recordemos que estas son algunas de las ideas que recoge el Google Pixel 4 que analizamos hace unas semanas. ¿Qué sistema funciona mejor?

Aunque hay que reconocer los méritos de LG, que consigue en general resultados bastante aceptables, es justo reconocer que Google con Pixel ofrece una tecnología más rápida y segura, con la que únicamente Apple puede rivalizar. La buena noticia sin embargo es que LG no se desprende de la identificación por huella dactilar, por lo que para nuestro gusto, la solución es más completa. ¿Y en cuánto a Hand ID y el reconocimiento de gestos en el aire? En estos momentos sigue siendo más una curiosidad que una función que marque la diferencia. Un gimmick que en este momento las marcas ofrecen sin saber muy bien para qué y que habrá que seguir esperando para ver cómo evoluciona.

Y sin embargo, casi un año después de la presentación del LG G8 original, el rendimiento de su hermano pequeño sigue estando a la altura de los mejores (Qualcomm 855, 6 GB de RAM), ofreciendo esa experiencia rápida y fluida que en estos momentos solo encontramos en smartphones que cuestan como mínimo el doble.

Ya hemos dicho que no hay ninguna diferencia en cuanto a las cámaras (que como dijimos en su momento aunque son notables, se sitúan un peldaño por debajo de Google, Apple o Samsung, al no incluir por ejemplo un modo noche). Pero lo que no hemos contado es que también aquí se mantiene su sobresaliente sistema sistema de audio, convirtiendo el interior del chasis en una caja de resonancia para un subwoofer “Boombox Speaker” que acompaña a los dos satélites estéreo, soportando Hi-Fi Quad DAC, sonido DTS:X virtual 3D y audio de 7.1 canales a través de los auriculares. ¿Tenemos conectividad jack para auriculares? ¡La tenemos!

¿Y una oportunidad perdida para mejorar?

Las líneas de producción son las que son y una vez que un fabricante pone en marcha la producción de su flagship phone resulta tremendamente complicado que salvo errores garrafales vayamos a ver cambios en el diseño de sus versiones menores.

Pese a ello, este no sería un análisis objetivo si no señalásemos algunos detalles a los que LG debería haber prestado atención y aprovechar la nueva oportunidad que este lanzamiento presentaba para mejorar dos o tres cosas.

La más evidente, algo tan sencillo como la posición de los botones. LG G8s ThinQ mantiene en el lateral izquierdo los controles de volumen y bajo estos un tercer botón que pese a que parece ser el botón de encendido, en realidad lo que hace es una llamada a Google Assistant. El botón de encendido se encuentra de hecho en el lateral opuesto.  Pues bien, la solución que ha encontrado LG no podía ser menos intuitiva y práctica y a menudo nos hemos encontrado pulsando el botón de Assistant cuando lo que queríamos era activar el terminal y viceversa.

También nos hubiera gustado no solo que LG se hubiese tomado la molestia de entregar a estar alturas un terminal con Android 10 (se sigue manteniendo en Android 9) sino un esfuerzo serio para pulir y mejorar el diseño de una capa de personalización que tiene que mejorar de forma urgente. Esto por supuesto no es culpa de este terminal en concreto, sino que es un problema que afecta al conjunto de su gama de teléfonos  Si tras años intentándolo Samsung casi ha dado con la tecla, LG no debería de ser menos. En una posición similar está el bloatware y las aplicaciones «de la casa»: o se incluyen aplicaciones de calidad o es mejor no ofrecerlas…y es que en este campo, algunos fabricantes Android parece que no les importa pegarse un tiro en el pie.

Conclusiones

Que nadie se lleve a engaño. El LG G8s ThinQ es un gran smartphone, a un precio realmente atractivo. Si además estamos acostumbrados a utilizar teléfonos LG y estamos pensando en cambiar de terminal, pocas veces vamos a tener una mejor excusa.

Y sí, es cierto que no tiene el diseño más atractivo del mundo, las mejores cámaras del mercado o algún elemento realmente innovador. Pero si dejamos a un lado la «wow feature», lo cierto es la suma de sus partes es realmente interesante. Gran rendimiento, autonomía más que suficiente para acabar el día sin agobios y una pantalla a la que muy pocas pegas se le pueden poner. ¿Tiene que mejorar? Lo hemos dicho en el análisis: LG tiene una asignatura pendiente con el software de sus smartphones, pero todo tiene remedio.

Puntuación final
8.2 NOTA
NOS GUSTA
Gran rendimiento y autonomía
Precio muy atractivo
Buen sistema de identificación facial
Prácticamente las mismas características que el G8 ThinQ original
A MEJORAR
Posicionamiento algo confuso de las teclas
El software de LG tiene mucho que mejorar
LG se ha quedado un tanto atrás en las cámaras
RESUMEN
Gran rendimiento, autonomía más que suficiente para acabar el día sin agobios y una pantalla a la que muy pocas pegas se le pueden poner. ¿Tiene que mejorar? Lo hemos dicho en el análisis: LG tiene una asignatura pendiente con el software de sus smartphones, pero todo tiene remedio.
Diseño y construcción8
Pantalla8
Rendimiento9
Cámaras8
Software7
Autonomía9

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